Los asesinatos extrajudiciales generaron un terror que paralizó a la población, los franquistas prohibían el entierro de los fusilados hasta que comenzaban a descomponerse. Uno de los primeros asesinados fue Mariano Lario González, jornalero, 24 años, residente en Ambasaguas de Curueño. El 1 de agosto, Isidro del Valle Díez, médico de 51 años, Arsenio Fuertes González, 68 años, Domingo Gutiérrez Costilla, 21 años, Bernardo Orejas García, 53 años, y Amador Arias Arias, fueron trasladados en camión a «El Rabizo», y allí asesinados.
La represión extrajudicial afectó a igualmente a los maestros. En Lario fue fusilado en el Pozo Grajero de Lario el maestro Primo Demaría Casares, de Izquierda Republicana. El 30 de septiembre de 1936 los falangistas asesinaron de forma rápida al maestro de Burón, Eusebio González Ordóñez, pero la maestra de Burón, María de los Desamparados Blanco, fue torturada, violada y golpeada con un pico en la cabeza hasta la muerte. Maestros Republicanos sometidos a procesos depurativos habían sido asesinados previamente mediante “sacas”, como sucedió con José Fernández Rodríguez, afiliado al PSOE, Eugenio Segoviano Núñez, y Justo García Alonso, maestros de Boñar, Pola de Gordón y Cerecedo respectivamente. Justo fue fusilado el 1 de noviembre de 1937 junto a 4 vecinos de Puebla de Lillo: Marcelino Blanco Liébana, Antonio Marcos García, Miguel Muñiz González y Pascual González Muñiz, y luego inhumados en la fosa del cementerio de Boñar. El maestro de Lugán, de identidad desconocida, fue asesinado por haber retirado el crucifijo del aula.
El 21 de septiembre de 1936 fue hallado muerto en Lugán un hombre de unos 65 años, objeto de represión extrajudicial. Ángel Fernández Fernández, teniente de alcalde de Redipuertas, fue asesinado extrajudicialmente. Su viuda, María, madre de 11 hijos, era obligada a acudir de forma regular al puesto de la guardia civil para que le raparan la cabeza. Entre el 25 de agosto y el 4 de octubre aparecieron varios muertos a tiros en el término de Lugán. El 22 de agosto fueron enterrados varios vecinos asesinados en el cementerio de Valdepiélago. José María Viñuela Llanes, vecino de Busdongo y miembro de Unión Republicana fue asesinado el 8 de agosto; en 1937 también fueron asesinados su esposa Aurora Cañón y su hijo Amador. Casimiro Diego Macho, «desapareció» de La Losilla el 15 de enero de 1937; con Rafael Alonso Valladares ocurrió lo mismo en febrero de ese mismo año (...)
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