domingo, 31 de julio de 2022

¿Por qué los fascistas están fascinados por 'Peaky Blinders'?

 ARA  20/6/22

🗣️ "Si eres fascista probablemente te gustará 'Peaky Blinders', pero para que te guste 'Peaky Blinders' no tienes que ser fascista por fuerza"
✍️ Por Jordi Garrigós


Este enero, en plena campaña electoral por las elecciones de Castilla y León, una serie de televisión saltó a la palestra de manera involuntaria e inesperada. El motivo: se habían viralizado unas imágenes de varios líderes de Vox, entre los cuales su secretario general, Santiago Abascal, con una estética similar a la de sus protagonistas. La ficción era, por supuesto, Peaky Blinders, uno de los productos audiovisuales más exitosos de la última década. Para los que todavía no la hayan visto, la historia resigue las peripecias delictivas de una familia mafiosa de Birmingham de principios del siglo XX. Estrenada en 2013, justo la semana pasada Netflix añadió a su plataforma estatal la sexta y última temporada de la producción.

Toneladas de masculinidad, boina en la cabeza, tirantes bien apretados al cuerpo y miradas desafiantes. Aquella instantánea de los líderes de la ultraderecha española era tan parecida a la de los delincuentes de Peaky Blinders que incluso el candidato de Ciudadanos expresó su sorpresa por que un partido que pretendía gobernar la comunidad adoptara alegremente la estética de un gang mafioso, aunque fuera de ficción. Como no podía ser de ninguna otra forma, la siempre polémica Macarena Olona, candidata de Vox a la Junta de Andalucía, reaccionó a las críticas comparando, con orgullo, una imagen de la serie con la de sus compañeros de partido.

Obviamente, Peaky Blinders no es una ficción fascista per se, sino una serie de éxito transversal en todo el mundo que, además de estar protagonizada por una familia de etnia gitana, en su quinta temporada se enfrentaba a un político de ultraderecha, Oswald Mosley. Pero indiscutiblemente reúne ciertas características que la han convertido en un espejo para una parte de la ultraderecha, que ha adoptado la estética y la ha convertido en uno de sus referentes.

Violencia extrema, masculinidad tóxica, códigos de honor, delincuencia, vida a los márgenes y hasta cierto punto ideología antisistema. Son características magnéticas para el movimiento ultra, del mismo modo que pasó con The Sopranos a principios de siglo. Solo hay que recordar aquel infausto equipo formado por skinheads nazis, miembros de los Boixos Nois, que atemorizaron los campos de fútbol de medio Catalunya a base de palizas e intimidaciones. El club se llamaba Bada Bing, como el local de striptease que regentaba Tony Soprano. No era casualidad: eran fans de la serie, del mismo modo que posiblemente ahora lo son de Peaky Blinders. Siguiendo esta tendencia, las redes sociales están repletas de montajes y tatuajes con imágenes de la serie colgadas por personas vinculadas a los movimientos fascistas (...)

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