domingo, 3 de julio de 2022

Un incendio en un asentamiento de Palos de la Frontera arrasa cien chabolas

 ELSALTODIARIO.COM

Pepa Suárez   11 JUN 2022 

Sobre las dos de esta madrugada se ha producido un incendio en el asentamiento Baldifresa, situado junto al Polígono Industrial de Palos de la Frontera en Huelva. Según el servicio de Emergencias 112 Andalucía, una persona ha resultado herida por quemaduras y varias han sido atendidas por crisis de ansiedad.

“¡Rápido, rápido, vete de la chabola, hay fuego!”. Así llamaban a Zainab sus vecinos cuando a la 1.30 hora de la madrugada se producía un gran incendio en el asentamiento de Baldifresa, en Palos de la Frontera (Huelva). A Zainab (Marruecos, 25 años) le dio tiempo a sacar alguna ropa pero, afortunadamente, su chabola no se quemó, solo le afectó el lateral “porque pudieron apagar el fuego a tiempo”, comenta. Ahora dice que tiene mucho sueño y dolor de cabeza.

A las 10 de la mañana el sol aprieta sobre los restos calcinados y humeantes del asentamiento. El incendio se ha producido en medio de una ola de calor. Nadie ha podido dormir esta noche pasada; Yousef, Naema y Aziza están sentados en el suelo con la mirada perdida. Sus chabolas han sido devoradas por las llamas; frente a ellos, los restos de hierro retorcidos se esparcen por toda el área arrasada, ennegrecida por el fuego.  El olor a quemado y el humo hacen irrespirable el aire. No hay una sola sombra donde resguardarse. Ni árbol en pie. Yousef apenas puede hablar. Está conmocionado. Su chabola se ha quemado tres veces.  “Ahora tendré que volver a construirla otra vez ¿Qué voy a hacer? No tengo a donde ir”, explica este migrante marroquí vencido por el cansancio, la falta de sueño y el hastío. 

Otros no paran a pesar del cansancio y el calor agobiante. Omar ha empezado a retirar los hierros de lo que fue su hogar hasta hace unas horas. Ya tiene, incluso, los pales para comenzar la construcción de otra chabola: “Tengo que dormir en algún sitio, no tengo otra solución, nadie nos va a ayudar”, aclara. Con sus brazos o con carretillas de mano, algunos habitantes del asentamiento amontonan los restos del incendio y limpian la zona para volver a construir un techo donde poder descansar. 

Incendios en el asentamiento de Baldifresa

En marzo de 2021, Yousef El Halili perdió su chabola en un gran incendio que dejó a 400 personas durmiendo al raso en el mismo asentamiento. Dos meses después, otro gran incendio arrasó el 60% de las chabolas. Una de ellas fue la de Yousef. Y esta madrugada su chabola forma parte de la centena que ha desaparecido bajo las llamas. Los incendios en los asentamientos de migrantes  de la provincia de Huelva son continuos. “Las personas viven de manera infrahumana“ según Ana Pinto de Jornaleras en Lucha. “Tienen bombonas de gas y son chabolas hechas de madera, cartón y plástico, esto es inflamable a tope”, apunta Pinto. 

Para la representante de Jornaleras en lucha, esta situación es una auténtica vergüenza: “Se pasan la pelota de una administración a otra y no han hecho nada para cambiar la situación”. Según Pinto, hay gente trabajando con papeles en regla pero no les quieren alquilar casas por ser negros. Otro problema con el que se encuentran los temporeros es la escasa oferta de alquileres. La llegada de trabajadores temporeros  a la campaña de los frutos rojos produce una demanda de viviendas que no se corresponde con la oferta. 

Muertes por fuego en los asentamientos

Pero además de la destrucción, el fuego en los asentamientos ha provocado, hasta la fecha, la muerte de cuatro personas. Toufik Alasar, murió en un incendio en este mismo asentamiento de Palos hace ahora dos años y medio. Le siguieron Ato y Esaadia. Murieron calcinados en una chabola de un asentamiento de Lucena del Puerto, el año pasado. La última víctima murió el 22 de abril en un incendio de su chabola en Lepe mientras dormía.

En su visita a los asentamientos de migrantes de Huelva en febrero de 2020, Phillip Alston, Relator especial de la ONU sobre la pobreza extrema y los derechos humanos, aseguró en rueda de prensa y, posteriormente, en un informe, que la situación de los recolectores de la fresa en Huelva es “peor que en un campo de refugiados” (...)

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