26/7/22
En Canadá , pero también en Australia, Nueva Zelanda y USA, miembros de la Iglesia Católica, participaron en notorios crímenes contra los pueblos aborígenes.
Autoridades policiales secuestraban a niños de corta edad, arrebatándolos a sus familias, y los recluían en albergues- escuelas, regentados por religiosos y religiosas, donde eran expuestos a tratos degradantes e infamias racistas.
El objetivo sería "cristianizar" a los pequeños paganos, y de paso romper los lazos culturales con sus pueblos. Muchos murieron en el proceso por maltratos y enfermedades.
Una vil forma de colonización.
El Papa Francisco a viajado a Canadá a pedir perdón.
Ahí reunido con representantes de los pueblos afectados ha calificado aquellas iniciativas como actos repudiables y maldades, más propias de colonialistas que de evangelizadores.
Ya Francisco había pedido perdón a nombre de la Iglesia Católica a México y otras naciones americanas por el trato degradante que recibieron los pueblos originales.
Este acto de humildad causó malestar entre los nostálgicos de la derecha española, que insisten en presentar la conquista a sangre y fuego de las tierras americanas y la esclavitud de las encomiendas, como actos de generosidad del Reino de España.
Europa se hizo dueña del mundo por la fuerza, y con la cruz como cómplice.
Está claro que lo que corresponde, como mínimo, es pedir perdón.
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OTRA COSA: "Memorias de una mirada". Obra fotográfica y la vida de Ricardo Compairé, por Eduardo De la Cruz.
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