La construcción de villas de lujo en el pueblo pesquero del Puertito de Adeje sigue en marcha, perseguida por la sombra de los daños al patrimonio y la afección medioambiental.
SANTA CRUZ DE TENERIFE
"Tenemos todos los permisos", recalca el director del proyecto de Cuna del Alma,
Andrés Muñoz. En esa línea se posicionó también el 16 de mayo el presidente del
Cabildo de Tenerife, Pedro Martín (PSOE), cuando aseguró que, hasta ese momento,
"todos los informes emitidos por los técnicos del Cabildo habían sido favorables"
para el macroproyecto turístico planteado en el Puertito de Adeje. Entre las dos
afirmaciones han pasado cuatro meses y el aumento de la presión sobre la promotora
Segunda Casa Adeje SL y las instituciones públicas, encargadas de velar por el
cumplimiento de la ley, han puesto sobre la mesa una lista de contradicciones y
una posible sanción de 600.000 euros.
La Memoria Arqueológica presentada por la promotora y firmada por Arqueocanaria SL
preveía que para proteger los yacimientos se iba a actuar en dos etapas. "Se hizo una
primera actuación y se recogieron restos, que están inventariados y pendientes de entregar
al museo del Cabildo", declara Muñoz. Antes de poder terminar la segunda parte de la
recogida, "por error o por accidente, a pesar de estar marcado en el suelo y haberse
indicado que no se podía pasar la máquina, la máquina pasó por donde no se debía
y, efectivamente, produjo daños a una parte de los restos", continúa.
Los movimientos de tierra con maquinaria pesada y sin supervisión arqueológica
supusieron la afección y daños "irreversibles", calificados así por el Cabildo de
Tenerife y el Ejecutivo canario. El director del proyecto insiste en que la destrucción
del yacimiento "no tiene el carácter, ni el tamaño, ni la gravedad que el Gobierno de
Canarias ha dicho en su apertura de expediente" y que presentarán las correspondientes
alegaciones. Mientras tanto, la directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno
de Canarias, Nona Perera, que firmó el inició del expediente sancionador, explica que
la empresa, "conociendo que había bienes patrimoniales en su suelo, inició las obras
sin aplicar las medidas recogidas por el estudio que ellos mismos encargaron y pagaron".
"Siendo conocedores y agrediendo varios puntos patrimoniales, se les abre el expediente
porque no hicieron lo necesario para conservarlo", recalca la directora de Patrimonio
Cultural. Por su parte, el director del proyecto privado insiste en que "es un error de las
personas que están trabajando allí". "No me gustaría cargar las tintas sobre el trabajador
porque la responsabilidad última es nuestra como directores de la obra por no asegurarnos
de que nadie, ni siquiera por error, mete una máquina donde no tiene que meterla", añade (...)
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