29/11/22
AMADA GARCIA fusilada a los 27 años, el 27 de enero de 1938. Como estaba embarazada cuando la condenaron, esperaron diera a luz a su hijo para asesinarla, algo habitual en las condenadas en estado, alguna pidió que la fusilaran con el hijo en brazos para que no tuviera que vivir en una España fascista.
Amada García era gallega, vecina de Mugardos, era una de tantas mujeres que florecieron con la República. Comunista, buena oradora, luchadora en favor de los derechos de las mujeres y de la libertad y la justicia. Su activismo político ejercido durante años, su resistencia en los primeros días del golpe de estado, despertó el odio en los sectores más conservadores de la sociedad de Mugardian. Por esto y solo por esto decidieron ejecutarla. Cientos de páginas con falsas acusaciones componían el sumario que la sentenció a muerte. Ninguno de los cargos que pesaron sobre ella en el consejo de guerra sumarísimo celebrado en Ferrol el 1 de diciembre de 1937 por delito de rebelión era cierto.
Amada García era gallega, vecina de Mugardos, era una de tantas mujeres que florecieron con la República. Comunista, buena oradora, luchadora en favor de los derechos de las mujeres y de la libertad y la justicia. Su activismo político ejercido durante años, su resistencia en los primeros días del golpe de estado, despertó el odio en los sectores más conservadores de la sociedad de Mugardian. Por esto y solo por esto decidieron ejecutarla. Cientos de páginas con falsas acusaciones componían el sumario que la sentenció a muerte. Ninguno de los cargos que pesaron sobre ella en el consejo de guerra sumarísimo celebrado en Ferrol el 1 de diciembre de 1937 por delito de rebelión era cierto.
En víspera de su fusilamiento Amada García explicó en una carta las circunstancias de su desgracia y la identidad de las personas que lo acusaron. Su proceso estaba lleno de irregularidades y la vengativa aversión de ciertas personas es notable. Uno de los acusados visitó a Amada García y quiso retirar sus cargos explicando las circunstancias por las que lo hizo, pero fue amenazado. También protestaron 2 residentes de Mugardos que eran analfabetos, cuando descubrieron que habían firmado una declaración que no incluía lo que habían dicho en el interrogatorio. A pesar de declarar que el contenido de la escritura no era lo que se leía, no se tuvo en cuenta. En 2 días, 45 personas de Ares y Mugardos fueron juzgadas y se dictaron 37 condenas a muerte.
Amada estaba embarazada y sus verdugos decidieron esperar a que naciera el niño para ejecutar la condena, el 27 de enero de 1938. Un pelotón de fusilamiento acabó ese mismo día con la vida de otras 7 personas: Ángel Roldos Gelpi (profesor de la escuela pública Pitieiro), Antonio Eytor Cañizo, José María Montero Martínez, Juan José Teijeiro Leira (de Mugardos), Jaime González Pérez y Ramón Rodríguez López (de Ares), y Germán López García (de Cabanas). Su hijo Gabriel (en la foto sostiene la carta que dejó su madre) creció lleno de tristeza y atesorando el recuerdo de su madre, hasta el 2 de mayo de 2014 en que murió. Desde ese día está con ella en una fosa del cementerio de Serantes.
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