lunes, 16 de enero de 2023

Estandarización de la imagen, de Fernando Broncano

16/10/22 


Esta es la fotografía de Lenna (la modelo sueca Lena Forsèn). Fue publicada en Playboy y desde 1972 fue utilizada en por los laboratorios de imagen de la universidad de Southern California para calibrar los colores en los procesos de compresión JPG que es el estándar actual más extendido y en parte responsable del mundo en el que vivimos. Lo interesante de esta foto es su carácter de suplente de todas las imágenes, algo así como el metro de platino iridiado que se conserva en París y que nos aprendíamos en la escuela como patrón de unidad de longitud. Los estándares necesitan siempre patrones, lo que ocurre en la sociedad de las mil pantallas es que estos patrones aplicados a las imágenes tienen un componente agente cada vea más importante. Todas las imágenes son tratadas, todas son reconocidas por los sistemas algorítmicos. Pero necesitan patrones de estandarización. Sabemos, por ejemplo, que esos algoritmos tienen problemas en la identificación de las pieles no blancas, tal como se ha denunciado. Santa Lenna ha sido por décadas el patrón de color del reconocimiento de caras.
Dylan Mulvin ha publicado un interesante libro sobre la vida de estos patrones, apoderados, suplentes, en los que se basa uno de los pilares de la modernización: la estandarización.
Comienza el libro con un caso apasionante: la ciudad de Yodaville en el desierto de Arizona, construida por el ejército de Estados Unidos después del famoso resbalón en Mogadiscio (descrito en la película Black Hawk Down), compuesta de contenedores y dedicada a calibrar los bombardeos inteligentes.
La vida de los proxies o apoderados con los que se elaboran las métricas que nos ordenan la vida es un tema de reflexión filosófica apasionante, que Latour comenzó pero del que queda muchísimo por decir en todas las ramas de la filosofía y estudios de la cultura: metafísica, epistemología, filosofía política, etc.
Por cierto, cuando Errejón proponía el otro día en el Parlamento que las fotografías de personas publicadas en redes deberían ser acreditadas si han sido tratadas o deformadas, estaba apuntando a un problema muy serio de la estandarización de la imagen como estandarización de cuerpos y pieles.


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