10/10/22
Sigamos en homenaje a Bruno Latour: de todos los inventos humanos pocos hay con tanta fuerza actante sobre nuestros comportamientos e identidades como el váter, water closed, inodoro, excusado, baño, ... Está asociado a la invención y creación de intimidad y espacio de privacidad. En las sociedades premodernas la persona está continuamente expuesta a la mirada ajena. Todo es escrutable. Calvino exigió en Ginebra que desapareciesen las cortinas de las casas para que todo el mundo pudiese observar la modestia de la familia. Menos el excusado, que fue una conquista tardía, un lugar de refugio, de desahogo, un lugar con puerta. Un lugar en disputa en la casa ("perdí una hija, pero gané un cuarto de baño", cantaba Sabina). Recuerdo mi niñez en aldeas donde las aguas mayores se hacían en la cuadra o más habitualmente en un callejón por donde corría un arroyito, y donde se podía uno encontrar gente afín en los afanes. Las aguas menores eran de común observación por cualquier rincón. Recuerdo a las viejas abriendo las piernas en medio de la calle y aliviándose de sus exigencias. La ciudad y el ciudadano implicaron una domesticación (literal) de la conducta y la creación de desagües, sifones, duchas, bañeras, lavabos, bidets..., una constelación de dispositivos de intimidad.
La subjetividad era eso, nos explicaría Latour.
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