17/1/23
(...) Cuando medios como el ABC y sus avatares impugnan una gestión internacionalmente aplaudida con el argumento de que trata de imponer “un discurso ideológico monolítico, siempre en socorro de las más radicales militancias de la izquierda iberoamericana”, no hay que ser muy perspicaz para sospechar acerca de la naturaleza de las acusaciones blandidas y de qué intereses persiguen. Es la caverna de siempre la que grazna contra la labor de Borja-Villel al frente del MNCARS, sin que ninguno de los escasos medios de tendencia progresista haya reaccionado apenas, o lo hayan hecho con reportajes supuestamente neutrales acerca de la polémica levantada. La novedad la aporta esta vez la connivencia de un espeso conglomerado de artistas, galeristas, mandarines, opinadores del arte, periodistas, jerarcas y ex jerarcas culturales que sienten mermados sus intereses y sus privilegios por el modelo transformador que Borja-Villel ha implantado en el MNCARS durante los últimos quince años. Se trata de un nuevo paradigma que, entre otras cosas, entraña una concepción ampliada de la práctica artística y de su relación con los diferentes públicos, una concepción asimismo ampliada de la institución museística y de su relación con lo público; una nueva narrativa de la historia del arte que socava las hegemonías establecidas, también una nueva cartografía de la producción artística y de sus circuitos de difusión; una nueva manera, además, de conectar arte de vanguardia y cultura popular, y de hacerlo en el marco de una nueva pedagogía social y de nuevas prácticas críticas (...)
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