En la madrugada del pasado 6 de febrero la tierra tembló en el sureste de Turquía y norte de Siria como no lo había hecho en décadas, provocando la muerte de más de 46.000 personas y dejando decenas de miles de heridos. La elevada intensidad de ambos terremotos, su localización y la potencia de las réplicas explican en gran medida la devastación generada, pero la calidad de las construcciones también ha sido un factor clave.
OTRA COSA: PoemaDelDía "Queja de un poeta frustrado", de Aldous Huxley
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