lunes, 13 de marzo de 2023

CTXT.ES - Ferrovial: hace tiempo que nos fuimos

Carlos Martín Urriza 5/03/2023

 Alegar que se van por inestabilidad jurídica es un claro gesto político con el que el consejo de administración de la compañía entra en la campaña de un año electoral

CTXT.ES

Las personas que componen el consejo de administración de Ferrovial han anunciado que trasladan su sede social a Países Bajos, pero en realidad hace ya bastante tiempo que se fueron. Ellos y su empresa no se sienten ni forman parte de nuestra comunidad. Solo buscan ampliar su beneficio caiga quien caiga y, si había alguna duda, nos acaban de dejar claro que nosotros somos un asunto más entre el aeropuerto de Heathrow y el de Glasgow, una línea más en su cuenta de resultados. Siguen siendo personas, pero no como el resto, el mal del tío Gilito –el atesoramiento como fin en sí mismo– les ha hecho algo inhumanos. Como una especie de inteligencia artificial. El algoritmo de la acumulación de beneficios guía sus acciones.

Pruebas de esta deserción de nuestra comunidad las publica El País. Ferrovial solo ha pagado impuestos en tres años de la última década. En los seminarios de la Agencia Tributaria se pone a esta empresa y a la familia que la dirige como paradigma de la ingeniería fiscal y financiera. Desgraciadamente no es un fenómeno aislado, las grandes empresas hace tiempo que desertaron del sostenimiento de lo común. Por ejemplo, los mayores grupos del sector de la construcción, aquellos con una cifra de negocio superior a 500 millones, nunca han pagado más del 2% de sus beneficios en el impuesto de sociedades desde 2016. Y aquellos que ingresan más de 1.000 millones pagan menos del 1%.

Ferrovial solo ha pagado impuestos tres años en esta década. Las grandes constructoras pagan menos del 2% de sus beneficios 

Esta actitud gorrona es común a los grandes grupos empresariales en todas las ramas de actividad. Detrás de ello está el hecho de que las multinacionales han escrito las reglas de la globalización a su medida. Consiguieron que los beneficios obtenidos en el extranjero quedaran exentos cuando los repatriaban (en España lo están al 95%), a pesar del desempleo que generaron con la deslocalización de su producción y las deducciones que se aplicaron en el impuesto sobre sociedades para financiar la internacionalización. La deserción de las grandes empresas del sostenimiento de lo común debería movilizarnos como comunidad porque el algoritmo que las guía es insaciable y ya no tiene suficiente con que asumamos que no van a contribuir. Ahora, frente a la reglobalización, desde la Comisión Europea se lanza el mensaje de que hay que subvencionar a las grandes empresas para que no se vayan a Estados Unidos. Posiblemente terminemos haciéndolo y nada impedirá que se larguen con el riñón forrado de subvenciones, como ha hecho Ferrovial tras los muchos apoyos y negocios que ha hecho a costa de los Presupuestos Generales del Estado español (...)


No hay comentarios:

Publicar un comentario