Suzanne Kröger 19 MAY 2023
El antropólogo especializado en economía es un destacado defensor del decrecimiento. Su premisa es clara: reconocer la gravedad de la crisis climática implica aceptar la necesidad de transformar radicalmente nuestras economías.
Jason Hickel, antropólogo especializado en economía, es un destacado defensor del decrecimiento, la teoría que argumenta que si queremos proteger nuestro bienestar y la salud del planeta debemos abandonar nuestra obsesión capitalista con el crecimiento económico. Recientemente acaba de publicar Menos es más. Cómo el decrecimiento salvará el mundo (Capitán Swing, 2023) Su premisa es clara: reconocer la gravedad de la crisis climática implica aceptar la necesidad de transformar radicalmente nuestras economías.
El debate sobre desplazar la centralidad del crecimiento en nuestras economías está en pleno apogeo. Esto es un paso en la buena dirección, ¿no?
Por supuesto. Es fantástico que esté teniendo lugar un cambio en la manera en la que medimos la prosperidad; que ahora valoremos cuánta gente tiene acceso a una vivienda digna, o la esperanza de vida. Incluso ciertos economistas de la escuela clásica como Stiglitz afirman que el PIB, el valor de mercado de todo lo que se produce, presenta deficiencias para medir el bienestar. Sarskozy estableció una comisión estatal sobre este tema cuando era presidente de Francia.
Pero no creemos que esto sea suficiente. Si tu coche está punto de a punto de caer por un precipicio no basta con reducir la velocidad. Este enfoque no soluciona el problema subyacente: nuestro uso de la energía y de los recursos es mucho mayor de lo que nuestro planeta puede soportar. Hay que coger el toro por los cuernos, y esto es de lo que trata el decrecimiento.
En teoría deberíamos poder tener un desarrollo económico que combine el crecimiento del PIB con un menor consumo energético y un uso de los recursos más eficiente. Pero ¿podemos desvincular realmente el crecimiento de nuestros límites planetarios?
En teoría sí, pero en realidad no. La ciencia es muy clara a este respecto. A lo largo de los años hemos podido determinar que un mayor crecimiento implica un mayor uso de los recursos, incluso en un contexto de alta eficiencia. Y el Panel Internacional de Recursos de la ONU ha llegado a la misma conclusión.
Algunos de los países con rentas más altas han sido capaces de aumentar su PIB y reducir a la vez sus emisiones de gases de efecto invernadero mediante el cambio hacia la energía solar y otras fuentes de energía renovables. Pero esta no es la cuestión. Debemos acelerar la reducción de nuestras emisiones. Nuestra sugerencia es reducir la producción de productos menos esenciales con tal de reducir el consumo de energía. Esto ya no es una visión minoritaria: el informe más reciente del IPCC también dice que los países industrializados deberían consumir mucha menos energía, y que esto no casa con una economía del crecimiento.
(...) El economista e historiador francés Thomas Piketty dice que reducir el poder adquisitivo de los ricos es la mejor manera de luchar contra el cambio climático. Debemos también iniciar una conversación democrática sobre los ámbitos a reducir. No puede ser tan difícil dar con regulaciones razonables para poner coto a la industria altamente contaminante de la moda rápida, por ejemplo. Al fin y al cabo, ya tenemos límites de velocidad y estándares de emisiones para los coches (...)
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