martes, 13 de junio de 2023

Un milenio de economía circular en Murcia: la clave para frenar al desierto está en las acequias

 Aldo Conway   23 de abril de 2023 

La primavera ha caído a plomo. A poca distancia de la carretera del municipio murciano de Alcantarilla, un camino de tierra con surcos de neumático trascurre en paralelo a un cauce de agua de losas de cemento con un par de palmos de altura. “No hace tanto tiempo no había nada alrededor. Las vías sí que estaban, y las casas más viejas también, pero, qué va. Esto ya no es lo que era”. Juan Carlos, vecino de la zona criado entre aquellos caminos, lo cuenta con nostalgia; recorre a pie los tres kilómetros que separan Alcantarilla de Nonduermas y percibe los cambios con sensibilidad. “A veces no sabes ni para dónde tirar”. Hace décadas no había más que decenas de tahúllas –1.118 m2– diseccionadas por verjas de hierro corroído. Casonas y palacetes, testigos del esplendor agrícola de épocas pasadas, se erigen como guardianes de la historia. A cien metros del lugar, unas excavadoras perforan el túnel por el que pasará el AVE.

La red de riego milenaria recoge las aguas del Segura a través de sus dos arterias principales: las acequias mayores. De ahí, se subdividen en acequias menores, azarbes y cauces más estrechos que nutren de agua las fértiles tierras de la comarca. Las dos figuras principales en la cuestión son Huermur, una organización para la defensa del patrimonio cultural huertano, y la Junta de Hacendados, el lobby de regantes que aglutina a más de veinte mil propietarios.

El 27 de febrero, la Junta de Hacendados se opuso en los tribunales contra la catalogación como Bienes de Interés Cultural de las acequias mayores de Murcia, la Aljufía y la Alquibla. Huermur se declaró en contra de la posición de los Hacendados, porque entendían que “no había nada que recurrir”. Sobre la red de acequias, que se han heredado de los árabes y ha sido testigo del desarrollo de la Región durante más de un milenio, han corrido ríos de tinta, declaraciones y promesas electorales. Mientras la Junta de Hacendados trata de optimizar –a cualquier precio, según Huermur– el funcionamiento de la distribución de aguas de riego, la asociación para la conservación del patrimonio huertano presiona por la vía legal e institucional para lograr la protección completa de las acequias: “Si de verdad tuvieran [la Junta de Hacendados] la voluntad de preservar [la red de acequias] esto, no se opondrían a la protección legal”, considera Sergio Pacheco, presidente de la asociación para la conservación del patrimonio.


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