martes, 5 de septiembre de 2023

El Salto. Ángela Lara: “Es necesario un modelo socioeconómico justo y ecofeminista de la agroproducción” de AMAL TARBIFT

 Amal Tarbift   5 AGO 2023

Ángela Lara (Sevilla, 1979), activista del derecho humano al agua y doctora en Geografía, analiza las relaciones entre el territorio urbanizado, la población y el contexto socio-ambiental. Su preocupación por el ecofeminismo y por una gestión eco-integradora del ciclo urbano del agua, la ha llevado a desarrollar trabajos que ponen en el centro un reparto justo del bien común más preciado.

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Ángela Lara, doctora en Geografía y activista del derecho humano al agua JULIO ALBARRÁN


Ángela Lara se autodefine como “medio geógrafa, medio arquitecta”, además de madre. Profesora en la Escuela de Arquitectura de Sevilla, especializada en derecho humano al agua y transición hídrica, analiza en esta entrevista la gestión y situación de deterioro e incremento de la demanda del agua en Andalucía desde una visión ecofeminista. Reconoce el papel fundamental que tienen las mujeres en los procesos de diálogos porque tienen una visión del agua como fuente de vida, “a pesar de que han sido los hombres quienes han ocupado los espacios de responsabilidad en la toma de decisiones a nivel público y político”. 

Forma parte de la Fundación Nueva Cultura del Agua y de la Red Andaluza del Agua. Es conocedora del cambio que ha supuesto la gestión de los recursos hídricos en el territorio. Trabajó en Bolivia en gestión autónoma, donde pudo aprender, junto con movimientos sociales del territorio andaluz, cómo llevar a cabo un reparto social del agua, incidiendo en garantizar un “mínimo vital” de suministro a las personas que carecen de recursos económicos.

¿Cuál ha sido la trayectoria que ha tenido Andalucía en la lucha del reconocimiento al derecho humano al agua? 
La lucha por el reconocimiento del derecho humano al agua se intensifica en el ámbito institucional a partir del año 2010, que se reconoce por Naciones Unidas el derecho humano al agua y el saneamiento. A partir de entonces, empieza en toda Europa el movimiento ciudadano right to water, que consiguió con casi dos millones de firmas llevar al Parlamento Europeo el reconocimiento de este derecho.

Al calor de esta iniciativa ciudadana, en España se conforma la red de agua pública y se empezó un movimiento en defensa del reconocimiento del derecho humano al agua, además de una gestión pública transparente y adecuada del agua para el consumo humano. En paralelo, en Andalucía se está reelaborando una modificación del Reglamento domiciliario de agua, que trae consigo un proceso de participación bastante intenso y largo en el que conseguimos que se diera cabida a organizaciones sociales. Cuando estaba un texto bastante acabado, se produce el cambio de gobierno.   

En la última Ley de cambio climático aprobada por el gobierno del PSOE se incluye un articulado referido al reconocimiento del derecho humano al agua como mínimo vital en Andalucía. Aunque en el marco legal está reconocido y eso, sin duda, es importante, no está reglamentado como se tiene que aplicar a nivel concreto. De ahí que la implementación de ese derecho a nivel andaluz haya sido desigual en función de la voluntad de los gobiernos municipales o de las empresas de agua.

¿Las iniciativas ciudadanas han tenido peso en las instituciones para una mayor democratización del agua?
Los casos de Sevilla y Cádiz, por ejemplo, son bastante paradigmáticos por haber conseguido dos sistemas bastante importantes y establecer mecanismos concretos.  

En Sevilla, en paralelo a esos procesos, hay nuevas iniciativas ciudadanas en las instituciones municipales, con respaldo del movimiento. En Emasesa (Empresa Metropolitana de Abastecimiento de Agua de Sevilla) se produjo un movimiento vecinal para reivindicar el abastecimiento de agua a hogares que tenían la posesión, pero no tenían reconocido el derecho de uso de su vivienda. Gracias a los movimientos vecinales, se consiguió que en el reglamento de Emasesa se incluyera la prohibición de corte por razones económicas, siendo una de las primeras empresas públicas de agua (porque las privadas obviamente no la han hecho) que en su normativa reconoce la prohibición de cortes. 

¿Está habiendo una mayor concienciación, gracias a los movimientos ciudadanos, de la importancia de una buena gestión pública del agua?
Todo ese proceso de movilización, que comenzó ya en el 2011, y gracias al movimiento de la red se sigue reivindicando en el tema de la gestión pública del agua como condición necesaria bajo el marco del derecho humano al agua. Ahora se ha transpuesto la directiva de aguas potables gracias a la aprobación en enero del 2023 con la modificación del texto legislativo de la Ley de Calidad del Agua. En esta se establecen ciertos mecanismos: aunque no se reconocen de una manera explícita el mínimo vital, sí se habla de una cantidad mínima de 100 litros, de garantía de accesibilidad, no se habla de prohibición de cortes. Sí se habla de la identificación de grupos vulnerables que tengan problemas de acceso al agua y la obligación de los gobiernos municipales y de otras instituciones de garantizar el acceso al agua de estas personas. 

¿Es posible una transición hídrica justa y ecológica ante la escasez de agua que está viviendo Andalucía?
En Andalucía concretamente, aunque creo que es extensivo a otras partes del territorio, el problema de la sequía coyuntural y de la escasez estructural es que se tiene que dar prioridad en los usos. En teoría, según la ley, el uso prioritario tiene que ser el del abastecimiento humano y esto no tendría que afectar al agua disponible. Del agua que hay, si se resta el caudal ecológico que hay que respetar, teniendo en cuenta que el abastecimiento nunca es más del 10% del agua que se consume, siempre debería haber recursos para esto. 

Pero cuando se sobreexplotan los acuíferos y los recursos hídricos, lo que no se está respetando, en realidad, es esa prioridad. Por eso, los abastecimientos, sobre todo de las poblaciones más pequeñas, que habitualmente son más vulnerables, se ponen en riesgo. Pero, en teoría, tendría que haber recursos suficientes para cubrir esta demanda. 

¿Los cortes que está habiendo de agua, entonces, son debido a una sobreexplotación de los recursos hídricos y no a la sequía
Con los recursos que hay, se debería de poder garantizar el abastecimiento humano. Sin embargo, está habiendo cortes en zonas de la sierra de Huelva, de la sierra de Cádiz, etc. porque no se han respetado las reservas de agua (...)


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