jueves, 5 de octubre de 2023

El Salto. “Illich es uno de los más notables ejemplos en el pensamiento humanista de nuestros tiempos”, de CARLOS SOLEDAD

 Carlos Soledad   3 SEP 2023 

La Universidad Virtual Anarquista Iván Illich inicia sus actividades el 4 de septiembre. Conversamos con Braulio Hornedo, uno de sus fundadores y amigo cercano de este pensador.

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Jerry Brown, Braulio Hornedo e Iván Illich, en la casa de Jerry Brown en Oakland, California, cuando fue alcalde en mayo de 2001. / Ceslaus Hoinacki



Braulio Hornedo, amigo y promotor del pensamiento de Iván Illich, lo conoció en 1972 en el Centro Intercultural de Documentación CIDOC,  en la ciudad de Cuernavaca, en el Estado de Morelos, México. En aquella época, este espacio de aprendizaje dirigido por Illich atrajo el interés de la intelectualidad crítica mundial opuesta al progreso capitalista. Braulio se define como “estudiante obstinado de casi cualquier cosa curiosa desde que se acuerda. Desescolarizado de origen por conducto de las circunstancias azarosas de la vida, pero merecedoras de todo su agradecimiento. Profesor decidido a compartir su enciclopédica ignorancia (asegura que lo ignora casi todo), pero eso sí, gozando apasionadamente por las seductoras consecuencias del vivir para saber y enseñar para vivir”.

En la década de los setenta, el CIDOC autopublicó unos Cuadernos donde aparecieron los famosos “panfletos”, como se refirió Illich a sus textos que representaron un mazazo para el pensamiento industrial y progresista, tanto capitalista, como socialista: La sociedad desescolarizada; La convivencialidad; Energía y Equidad; Desempleo creador; Némesis médica; Trabajo fantasma y otros. En los jardines del CIDOC conversaban intelectuales de la talla de Sylvia Marcos, Paul Goodman, Erich Fromm, Peter Berger, Paulo Freire, Ramón Xirau, Salazar Blondy y muchos otros. 

Con el paso del tiempo, el pensamiento de Iván, crítico con la modernidad y con sus instituciones, fue considerado por la izquierda mundial demasiado radical y relativamente olvidado. No es hasta ahora, bien entrado ya el siglo XXI, cuando la crisis civilizatoria acecha al mundo, que está siendo otra vez rescatado y retomado como faro para el pensamiento crítico de colectivos y comunidades que construyen otros mundos desde abajo.  Tuvimos la oportunidad de conversar con Braulio con la idea de realizar una breve presentación de Illich, pero también para promover la Universidad Anarquista Iván Illich. Buscamos invitar a todo el mundo a sumarse a este nuevo espacio virtual, que pone el acento en “aprender” y no en “educar”, con la máxima de “entre todas  y todos, lo sabemos todo”.

Para quienes no han oído hablar de Iván Illich. ¿Quién fue y porqué es tan importante para tantos críticos radicales?
En mi opinión, Illich es uno de los más notables ejemplos en el pensamiento humanista radical de nuestros tiempos. El humanismo hoy no nos exige cultivar una profesión o adquirir una especialidad de naturaleza filosófica o literaria. Ser humanista en nuestros días, según Alfonso Reyes en su libro, Andrenio o del perfil del hombre, lo que nos exige es poner con pasión todos nuestros saberes y actividades diarias al servicio del bienestar humano. Al servicio de la paz, la justicia, la equidad. Ser humanista hoy es reconocernos como resultado de una antigua tradición del pensamiento universal de la humanidad. 

Pero existe una importante, aunque poco conocida variante de esa tradición del pensamiento humanista, que consiste en la estudiada por Erich Fromm y que él identifica a partir de las fuentes griegas y hebreas, al analizar críticamente el Antiguo Testamento, identificando de esta manera, una tradición política del pensamiento que parte de la milenaria antigüedad de los tiempos bíblicos hasta nuestros días. A esa tradición, Fromm la llama radicalismo humanista, la cual no representa una teoría acabada, ni es una ideología que hay que aprender y recitar. Esta variante del radicalismo humanista la resume Fromm en su introducción al libro Alternativas de Iván Illich en tres puntos: es una actitud, es una aptitud y es una fe poética, política y moral. 

Ser humanista radical es una nueva actitud y una nueva aptitud, para ser en el mundo, comprometidos constantes con el poder servir al otro, a los otros, mis prójimos, que también son yo. El radicalismo humanista es una actitud moral ante el mundo y sus circunstancias. También es una aptitud política para con el mundo y mis semejantes. El radicalismo humanista es un decir que es una forma de hacer. También es un hacer que es una forma de decir. 

Radicalismo no significa solamente profesar un conjunto de ideas, sino sobre todo es una manera de ver, es una forma de hacer, que se caracteriza por el principio epistémico: omnibus dubitandum. Dudar de todo. Dudar particularmente de las ideologías, instituciones y las creencias que son ampliamente compartidas por todos, y que, en consecuencia, asumen el rol de axiomas dominantes para mantenernos dominados. Resumiendo, Iván Illich es, en la república de las ideas políticas que van a las raíces, un  destacado humanista radical contemporáneo (...) 



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