Icíar Gutiérrez 6 de noviembre de 2023
El médico español Raúl Incertis llegó a la Franja de Gaza el 1 de octubre con una misión “relativamente sencilla”: trabajar en las cirugías del Hospital Al-Awda, en el norte del enclave palestino, para “intentar arreglar las piernas de muchachos y hombres gazatíes que acudían al muro diariamente a tirar piedras al otro lado o a los soldados, que respondían disparándoles, particularmente en los tobillos, con balas especiales para generar el mayor tipo de destrozo”.
Solo le dio tiempo a acudir dos días al hospital, donde se practicaban unas cinco o seis operaciones cada jornada. El viernes 6 de octubre, Incertis tenía el día libre y salió a dar un paseo por la playa de la “hermosa franja”. “Había calma, tranquilidad, era un lugar bello. Y el sábado empezó todo”, dice en referencia al estallido de la guerra tras el ataque de Hamás en territorio israelí. “Desde ahí hasta que salimos fue un atropello constante. No sabría explicarlo de otra manera”, ha incidido el anestesista de Médicos Sin Fronteras (MSF) en un encuentro con los medios de comunicación tras lograr salir de Gaza el pasado 1 de noviembre con 21 trabajadores internacionales de esta ONG a través del paso de Rafah, que une el enclave con Egipto.
Ya desde su casa en Valencia, Incertis, que se convirtió aquel día el primer ciudadano español en salir de Gaza, ha recordado este lunes lo vivido durante las tres semanas de guerra que ha estado atrapado en el interior de la franja, sometida a los incesantes y destructivos bombardeos israelíes. “Básicamente, como el resto de la población gazatí, seguí los dictados del Ejército israelí hasta que finalmente pudimos ser evacuados. Nos tuvimos que ir al sur, obligados sin duda por el Ejército israelí como miles y miles de gazatíes”, ha afirmado en referencia a la orden de evacuación masiva del norte de la franja lanzada por primera vez el 13 de octubre. “Afortunadamente, con mucha suerte y mucho trabajo, logramos salir”, ha dicho durante el acto, en el que también ha participado David Cantero, coordinador general de MSF con sede en Jerusalén, quien ha reiterado el llamamiento de la ONG a un alto al fuego que dé un respiro a la población de Gaza.
(...) “La población civil es avisada normalmente por mensajes de texto [de los bombardeos israelíes], con lo cual es difícil que le llegue a quien no tiene móvil. El aviso es: 'Vamos a bombardear en esta zona en cinco minutos. ¿Se pueden imaginar edificios de cinco plantas con varios apartamentos por planta, cómo tiene que ser para las familias extensivas recoger todo y bajar a la calle? Esa es la modalidad más habitual”, ha indicado. “Luego, está la modalidad de avisar que van a bombardear un edificio o una zona. Bajan a la calle y no bombardean el edificio, con lo cual ya entramos dentro de una dinámica de terror psicológico. Y la última modalidad, que pasó en Rafah hace unos días, fue que dijeron: 'Vamos a bombardear este edificio”. Las familias abandonaron ese edificio, se fueron a uno que estaba contiguo. Bombardearon el edificio contiguo y no el edificio que habían abandonado“.
Incertis ha insistido en que, a pesar de que el Ejército israelí pidió a la población gazatí que se trasladara al sur, los bombardeos no han cesado allí durante todas estas semanas. “Cada día se convierte en el peor día de la guerra en términos de bombardeos. Va subiendo. Yo pensaba que la noche del lunes al martes de la primera semana fue lo peor que podría haber pasado. Y luego, cuando fuimos al sur, mientras estaba dentro de un centro de la ONU, era impresionante la frecuencia de bombardeos. Se supone que los bombardeos son selectivos, pero la artillería naval no es selectiva, son proyectiles que dependen de la temperatura, del viento...”, ha dicho el anestesista, quien ha recalcado que una de las noches de la semana del 23 de octubre “más del 65% de las muertes de la franja se produjeron en el sur”. “Entonces, todo el mundo se pregunta: ¿Si nos dijeron que fuéramos al sur, por quéd están bombardeando el sur además en esos términos tan atroces?”. Alrededor de 1,5 millones de personas se han desplazado en el interior de la franja. De ellos, unos 717.000 están refugiados en 149 instalaciones de la UNRWA (la inmensa mayoría en el sur) y 122.000 en hospitales, iglesias y edificios públicos, según la ONU.
(...) Incertis ha insistido en que, a pesar de que el Ejército israelí pidió a la población gazatí que se trasladara al sur, los bombardeos no han cesado allí durante todas estas semanas. “Cada día se convierte en el peor día de la guerra en términos de bombardeos. Va subiendo. Yo pensaba que la noche del lunes al martes de la primera semana fue lo peor que podría haber pasado. Y luego, cuando fuimos al sur, mientras estaba dentro de un centro de la ONU, era impresionante la frecuencia de bombardeos. Se supone que los bombardeos son selectivos, pero la artillería naval no es selectiva, son proyectiles que dependen de la temperatura, del viento...”, ha dicho el anestesista, quien ha recalcado que una de las noches de la semana del 23 de octubre “más del 65% de las muertes de la franja se produjeron en el sur”. “Entonces, todo el mundo se pregunta: ¿Si nos dijeron que fuéramos al sur, por quéd están bombardeando el sur además en esos términos tan atroces?”. Alrededor de 1,5 millones de personas se han desplazado en el interior de la franja. De ellos, unos 717.000 están refugiados en 149 instalaciones de la UNRWA (la inmensa mayoría en el sur) y 122.000 en hospitales, iglesias y edificios públicos, según la ONU (...)
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