jueves, 6 de junio de 2024

El Salto. No diga colaboración público-privada, diga expolio a la sanidad pública, de Alejandro Giménez Sánchez

 Alejandro Giménez Sánchez   17 MAY 2024

La Ley 15/97, camuflada como colaboración público-privada, ha abierto las puertas a la privatización y corrupción en la sanidad. En lugar de mejorar la eficiencia, ha enriquecido a políticos y empresas privadas a costa del bienestar público.

Suscríbete y te regalamos el primer libro de El Salto, ‘Contigo empezó todo’, del periodista Eduardo Pérez, con 30 momentos estelares de la otra historia de España. ¡Hazte socio/a!

Es evidente que la problemática de la sanidad pública es variada y merece un examen riguroso que no estoy en disposición de dar, ni por espacio, ni por conocer todas las aristas del problema. Pero a pesar de esto, quisiera dar unas pinceladas sobre la ley 15/97. Sí, esa ley que abrió la puerta a la privatización de la sanidad, aunque ahora lo disfracen con la colaboración público-privada, que no es más que el salvoconducto para la pura y dura corrupción. Esa corrupción que ha permitido a verdaderos pelagatos, como Koldo o Isabel Diaz Ayuso y su pareja, hacerse de oro robando al contribuyente, ejerciendo de comisionistas entre las entidades públicas y el sector privado.

Ahora está de moda ensalzar los beneficios de la colaboración público-privada, aunque con vaguedades y términos genéricos, en los que si rascas no encuentras nada concreto. “Mejora la eficiencia del sistema sanitario” ¿La eficiencia de qué aspecto? ¿De llenarse el bolsillo rápidamente? Sinceramente, parecen comerciales de tercera. Lo que esta meridianamente claro es que el que invierte y asume riesgos es el sistema público, el contribuyente, y el sector privado se lleva el beneficio y no contentos con eso si pueden te roban un poco por el camino.

Según voces autorizadas socialistas, que se negaron en los compases finales de la anterior legislatura a aceptar la derogación de la ley 15/97 propuesta por la coalición Unidas Podemos, defendían la necesidad de mantener esta ley ya que habilita a los gobiernos en caso de urgencia o necesidad a poder contratar y o concertar servicios con el sector sanitario privado. La primera vez que escuché esto me quedé patidifuso, especialmente por el cinismo mostrado por el tertuliano de turno que escupía el argumentario del partido socialista. Pero lo peor no es la falta de vergüenza al soltar semejante argumento. Lo peor es que si esta ley sirviera para eso, a la luz de los hechos demostraría que no está funcionando nada bien. No hay más que echar un vistazo a como está el sistema sanitario.

Durante la pandemia, asistimos a como la sanidad privada se ponía de perfil, de hecho, antes que contar con ella tuvieron que montar hospitales de campaña o tirar del ejército y eso que era una situación de emergencia sanitaria, uno de los supuestos para los que se diseñó esta ley. Habrá quien busque escusarse en la extrema gravedad de la situación para justificar que esta ley no sirviera de mucho, así que podemos por ejemplo fijarnos en otros ejemplos.

Hablemos entonces de las insultantes listas de espera y eso que se hacen planes de choque con entidades privadas, que por cierto cogen los pacientes con problemáticas más leves y beneficiosas económicamente, para sangrar de nuevo al de siempre, ya que los precios que ofrecen a las administraciones son bastante altos. Otro motivo más por lo que la colaboración público-privada no sirve de nada y sale muy cara a los bolsillos de la ciudadanía.

Pero si esto no fuera suficiente, voy a dar un último ejemplo, por no extenderme mucho más. Los lugares que están sin personal médico por ser de difícil cobertura y el sistema sanitario tiene problemas para cubrirlos. ¿Por qué no se cubren por la vía de la colaboración público-privada? ¿No es para estos casos tampoco la ley? ¿No es motivo de urgencia que un centro de salud tenga medico? No estas situaciones de centros de salud sin médicos no solo ocurren en la comunidad de la malvada Ayuso y en este caso hablo como valenciano que ha sufrido esta situación en sus propias carnes, bueno para ser justos en las pieles de mi compañera. El caso concreto es que viviendo en un pueblo a 30 km de Valencia en el que el centro de salud solo tiene un médico y cuando sale a hacer un domicilio, si ocurre una urgencia vital tan solo te queda rezar para que la ambulancia llegue a tiempo. Sin un médico determinadas actuaciones de reanimación cardiopulmonar avanzada no se pueden realizar y ha muerto gente en España por esto. ¿Cuánto vale la vida de una persona en comparación con contratar un médico? ¿No era la ley 15/97 para casos de urgencia?

A la luz de los hechos, ¿Para qué sirve esta ley? Para permitir al sector privado sanitario, lo que hace cualquier empresa capitalista por muy amable que parezca su imagen, expoliar a la sanidad pública como expolian y desahucian a los que pagan un seguro privado. Que no se piense la gente que la privada vive de la felicidad de curarte a cualquier coste. Al contrario, viven del dinero que les pagas mientras estas sano. Así que cruza los dedos y no te pongas enfermo, porque si el futuro de la pública no se protege de una manera valiente, no hay seguro ni dinero que te vaya a salvar.

................

OTRA COSA:  Las ideas de Julio Anguita a través de diez reflexiones: "Levántate y piensa", de RAÚL BOCANEGRA

No hay comentarios:

Publicar un comentario