8/9/2024
El número de heridos ha alcanzado los 94.761. Se estima asimismo que los cuerpos de unos 10.000 desaparecidos continúan enterrados bajo los escombros, sin que los equipos de rescate puedan acceder a ellos.
De hecho, numerosas organizaciones internacionales han denunciado públicamente el peligro al que se enfrentan sus trabajadores y voluntarios cada vez que prestan asistencia en el enclave. Algunos han sido incluso asesinados por las fuerzas israelíes, como ocurrió el pasado mes de abril con siete trabajadores de la ONG del chef José Andrés, World Central Kitchen (WCK).
La barbarie de las operaciones militares llevadas a cabo durante todo este tiempo en los territorios palestinos ha provocado que actualmente el número de asesinatos haya alcanzado los 40.972, la mayoría mujeres y niños, lo que se suma a los 94.761 heridos.
Además, más de 10.000 gazatíes permanecen desaparecidos entre los escombros después de que sus viviendas fueran bombardeadas por el Ejército israelí. Sus cuerpos siguen sin poder recuperarse ya que los servicios de rescate tienen prohibida la entrada en el terreno.
Los ataques aéreos y terrestres han sido especialmente feroces esta última semana: La pasada madrugada cuatro personas fueron asesinadas tras un ataque por aire contra una vivienda ubicada en en el campamento de refugiados de Yabalia, en el norte de Gaza.
Además, la artillería israelí ha disparado proyectiles contra las zonas del norte del campamento de desplazados de Nuseirat, en el centro de Gaza, donde este sábado por la noche tres niños y dos mujeres han perdido la vida en manos de las fuerzas de Netanyahu. Según medios palestinos, "las tiendas de campaña fueron bombardeadas y quemadas mientras los desplazados preparaban comida" en este campo palestino.
Estos últimos días se han sucedido igualmente los ataques a escuelas, a pesar de que ello supone una flagrante violación del derecho internacional humanitario, que prohíbe acometer ofensivas en lugares de refugio de civiles.
Bajo el pretexto de querer desarticular infraestructuras operativas de Hamás, el Ejército incursionó este sábado contra la escuela de Amr Ibn Al As, en la ciudad de Gaza. Se trata del segundo centro escolar que las tropas atacaron en menos de 24 horas. Estos lugares constituyen el principal espacio de refugio de miles de desplazados palestinos que han perdido sus hogares durante los bombardeos.
Por este motivo, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) ha pedido una vez más un alto al fuego inmediato y permanente: "Mientras vacunamos a los niños contra la polio, muchas otras enfermedades siguen propagándose en Gaza". Las negociaciones en El Cairo para que se materialice esta tregua, en las que EEUU ha actuado como potencia mediadora, han quedado en saco roto ante la negativa de Netanyahu de retirarse del corredor de Filadelfia.
Esta franja de cuatro kilómetros une Gaza con Egipto y el Ejército israelí asumió su control a finales de mayo con el objeto de "cortar el oxígeno" de suministros de armas a Hamás a través de sus numerosos túneles subterráneos. El propio ministro de Defensa hebreo, Yoav Gallant, imploró a Netanyahu que procediera a la retirada de sus tropas para poder conseguir una tregua y evitar una escalada del conflicto.
Hasta entonces, la vida se ha vuelto imposible en un territorio completamente asolado y donde, tal y como ha explicado recientemente la UNRWA, "los montones de basura se acumulan junto a las tiendas y los refugios. Las aguas residuales siguen inundando las calles. El acceso a los productos de higiene es cada vez más limitado. Las condiciones sanitarias son inhumanas".
De este modo, la proliferación de todo tipo de enfermedades y la imposibilidad de curar hasta las más leves dada la ausencia cada vez mayor de hospitales operativos están siendo otros de los agentes causantes de muertes masivas en el enclave. Asimismo, el fallecimiento por desnutrición y deshidratación ya ha elevado a 37 el número total de personas, al menos 30 de ellas bebés, desde finales de febrero, según datos del Ministerio de Sanidad gazatí. No obstante, el recuento total de fallecidos por esta causa resulta verdaderamente complicado ante la falta de datos actualizados procedentes de Gaza dada la coyuntura.
Además, según ha reportado recientemente UNICEF, más de 17.000 niños se han quedado huérfanos y, al no contar con la protección de sus familiares, corren un riesgo elevado de sufrir abusos o explotación. Un sinfín de niños en esta situación han sido acogidos en instalaciones de la UNRWA, muchas de las cuales han sido posteriormente bombardeadas o desalojadas a la fuerza.
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