7/10/2024 JUAN OLIVER
Los jóvenes pacifistas acusados de desórdenes públicos y atentado a la autoridad tras una marcha contra el genocidio denuncian la violencia de la policía, que les imputa delitos que podrían alcanzar varios años de cárcel.
Las cargas policiales del pasado domingo en Santiago de Compostela tras la manifestación en defensa de Palestina que se celebró ese día en la capital gallega terminaron con nueve personas heridas por los agentes antidisturbios, que fueron además detenidas y acusadas posteriormente de diversos delitos por los que enfrentan varios años de cárcel.
Se trata de la primera vez que los actos contra el genocidio en Gaza convocados en España desde la invasión israelí de la franja hace un año reciben una carga represiva similar en violencia y amenazas de prisión a la que enfrenta el movimiento pacifista en países como Estados Unidos, Reino Unido y Alemania.
En Galicia se llevan celebrando decenas de manifestaciones y concentraciones pro Palestina desde hace 12 meses en numerosas localidades, sin que hasta ahora se hubiera registrado incidente alguno.
La del domingo, en cambio, que recorrió las calles de Santiago hasta concluir junto a la Catedral y a la que asistieron más de 4.000 personas en la estimación de las autoridades locales, estuvo custodiada por un dispositivo policial mucho más numeroso que en otras ocasiones, según han asegurado fuentes próximas a la organización.
Protesta contra Burger King
Los hechos ocurrieron en dos espacios separados y en horas diferentes. Primero, sobre las dos de la tarde y una vez concluida la marcha, la Policía detuvo a cinco personas después de que varios manifestantes fueran desalojados de un restaurante de la cadena estadounidense Burger King, al que habían acudido en protesta por el apoyo que a su jucio presta la multinacional al genocidio israelí por sus donativos al ejército de ese país, y en cuyo establecimiento del centro de Compostela suelen celebrar con frecuencia actos pacíficos informativos y de protesta.
A la salida del local, tal y como se observa en el vídeo publicado por Público este lunes, varios agentes se abalanzan sobre una de las jóvenes, primero, y sobre sus acompañantes, después, para reducirlos a golpes e introducirlos luego en varias furgonetas tras algunos escarceos en los que varios policías llegan a resbalar y a caerse unos encima de otros.
El segundo incidente ocurrió horas después, sobre las 19.30, cuando los agentes detuvieron a cuatro personas más frente a la comisaría de la Policía Nacional en Santiago, donde se habían concentrado una veintena de manifestantes en apoyo de sus compañeros detenidos.
Sin mediar provocación
Según se observa en otro vídeo al que ha tenido acceso este diario, cuya fuente ha pedido que no sea difundido, la policía los reduce también con violencia sin que parezca mediar provocación alguna.
Los detenidos son seis chicos y tres chicas, todos en el entorno de los 20 años y sin antecedentes penales, según asegura la letrada que ejerce su defensa, Carme Rodríguez Rey, abogada del Sindicato de Traballadoras e Traballadores do Ensino de Galicia (STEG), una de las organizaciones que apoyó la manifestación.
Rodríguez asegura que todos están acusados de un delito desórdenes públicos, castigado con penas de tres meses a un año de prisión y de uno a seis años en su grado agravado; y varios de ellos con otro de atentado a la autoridad, penado con entre seis y doce meses y de uno a cuatro años en su versión agravada.
Según ha podido saber Público, los detenidos permanecieron hasta nueve horas en los calabozos de la comisaria, esposados en muchos momentos, incluso, en varios casos, cuando solicitaron ser examinados por un médico y fueron trasladados al punto de atención continuada y a las Urgencias del hospital Clínico para ser atendidos de sus heridas.
Contusiones, heridas, ansiedad y labios partidos
Entre ellas figuran contusiones en la cabeza, las piernas, los brazos y el tórax; heridas abiertas en pierna y cabeza; labios partidos y hematomas en los ojos, la espalada y otras partes del cuerpo, así como crisis de ansiedad y dolor articular.
Los detenidos y su defensa aseguran además que a al menos siete de ellos no se les realizaron los pertinentes partes de lesiones, sino meras exploraciones parciales mientras permanecían esposados, sin poder siquiera señalar dónde les dolía, con la ropa puesta y siempre en presencia de los agentes que los custodiaban, que interactuaban con los facultativos para indicarles su opinión sobre lo sucedido.
Público se ha dirigido a la Delegación del Gobierno en Galicia, que dirige Pedro Blanco Lobeiras, para obtener su versión de los hechos y una valoración de las denuncias de los afectados sobre la inoportunidad de las cargas, su extremada dureza y la indefensión que dicen haber sufrido en comisaría y en los centros médicos. A la hora en la que se terminó de redactar este artículo no había obtenido respuesta.
Por esa razón, este diario tampoco ha podido contrastar las informaciones de varias fuentes que aseguran que uno de los policías implicados tiene un brazo roto. Según la defensa de los detenidos, que fueron puestos en libertad, ninguno de ellos ha sido acusado del delito de lesiones.
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