lunes, 11 de noviembre de 2024

CTXT. Crímenes de guerra grabados por sus perpetradores, de Andy Robinson

Andy Robinson Londres , 9/10/2024

 Un año después del 7 de octubre, hay que ver el nuevo documental sobre los abusos cometidos por los militares israelíes en Gaza de Richard Sanders

Imagen extraída del documental Gaza de Richard Sanders (2024). / Al Jazeera 


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Richard Sanders, al que entrevisté hace unos meses para averiguar más sobre su revelador documental 7 de octubre, que analiza con lupa lo ocurrido durante el ataque de Hamás a Israel el siete de octubre de 2023, acaba de publicar otro brillante ejemplo de periodismo de investigación sobre los crímenes de guerra cometidos por Israel en Gaza que puede verse aquí. La película titulada Gaza –retransmitida en Al Jazeera– incluye imágenes de abusos cometidos por los militares israelíes sacadas de más de 2.000 vídeos obtenidos por el equipo de Sanders, muchos de ellos realizados por los propios militares israelíes. Jamás en la historia de los genocidios habrán tenido los abogados de derechos humanos tantas pruebas de tortura y sadismo publicados en las redes sociales por los propios torturadores… Si en algún momento se juzga a los responsables del genocidio en Gaza, los vídeos serán pruebas inapelables de los crímenes de guerra cometidos. Pese al silencio de muchos grandes medios sobre estas películas, Sanders es un periodista de enorme rigor, de largo recorrido en el periodismo de investigación, con más de 50 documentales rodados bajo su dirección, la mayoría para el prestigioso canal británico Channel Four. Sanders es quien “más cerca llega a la verdad (…) y nada más que la verdad” de lo ocurrido hace exactamente un año, resumió entonces el columnista de The Guardian Owen Jones. Y ahora cuenta la verdad y nada más que la verdad sobre los siguientes meses de genocidio en Gaza. Tras hablar con Sanders después de publicarse el primer documental 7 de octubre hace seis meses, pude comprobar la seriedad de su trabajo. Al igual que el nuevo documental, 7 de octubre puede verse sin coste, con subtítulos en hebreo, alemán, francés o español en YouTube.

En su día, la entrevista sobre 7 de octubre solo fue publicada en mi blog y distribuida en CTXT, y mis intentos de darle mayor difusión en medios grandes cayeron en saco roto. Cuando hace un par de semanas le comenté, exasperado, a Sanders lo difícil que me resultaba publicar información sobre su trabajo y de otros investigadores sobre lo que realmente pasó el 7 de octubre del 2023 en Israel, y desde entonces en Gaza y el Líbano, en los grandes medios, Sanders me tranquilizó al constatar que, en tiempos de redes sociales, da lo mismo: “Es mucho más difícil suprimir información ahora que antes”. Esto se confirma de manera concluyente en el nuevo documental cuyo contenido, en muchos casos, viene de los propios vídeos –escenas que oscilan entre el sadismo más inimaginable y el infantilismo más nauseabundo– de los militares israelíes que, ellos mismos, inconscientes de las repercusiones que puede tener en un juicio sobre crímenes de guerra, han publicado en medios sociales como Facebook y TikTok.

Los soldados filman, con una evidente sensación de impunidad, a los palestinos detenidos desnudos, tirados en el suelo, pistoleados y humillados. “Son claros crímenes de guerra, pero los suben a redes sociales; es asombroso”, dice un abogado especializado en derecho internacional entrevistado por Sanders. Palestinos entrevistados confirman que la tortura de detenidos es sistemática. En un vídeo, un soldado israelí, hablando en francés, reconoce haber torturado a un detenido. En otro, se ve la estrella de David trazada con un cuchillo en el estómago de un preso palestino. Los militares de la mal llamada Fuerza de Defensa Israeli llevan cámaras en sus cascos que usan para grabar el asesinato a sangre fría de personas desarmadas. “Es increíble. Lo han filmado ellos mismos; deben de sentirse totalmente impunes”, afirma un abogado que ve la cinta de Sanders. Otras imágenes demuestran “una falta absoluta de disciplina en el ejército israelí”, con soldados saqueando los hogares de los palestinos a los que han forzado a abandonar sus casas. Militares israelíes, que hablan inglés con acentos de Nueva York o Londres, bromean sobre la ropa interior de las palestinas huidas o muertas. A veces, se visten con esta misma ropa interior y se pavonean delante de la cámara. “Postean las imágenes en redes de citas”, explica una fuente de Sanders. En un vídeo que no puede sino recordar los de Abu Graib en Iraq, una soldado israelí se burla de uno de los presos palestinos atado, amordazado, con los ojos vendados y forzado a arrodillarse en el suelo. “¡Mira, el niño se ha hecho pipi!”, dice la militar con una carcajada. Un expreso explica en una entrevista cómo los soldados israelíes “ponen un líquido en el trasero de un detenido para que lo viole uno de sus perros”. El documental es un necesario complemento del primer filme de Sanders sobre los crímenes cometidos (y no cometidos) hace un año por los combatientes de Hamás en Israel.

Pese a intentarlo, no he podido volver a hablar con Sanders sobre la nueva película (estuve en Londres la semana pasada pero el periodista me dijo que, debido al estreno del nuevo documental, era imposible vernos). Lo intentaré más adelante. Pero, para complementar los debates sobre los dos documentales, recomiendo volver a leer la entrevista sobre lo ocurrido el 7 de octubre del año pasado.

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