sábado, 21 de diciembre de 2024

La 'uberización' alcanza el olivar: los fondos buitre, a la compra de grandes fincas

27/11/2024    RAÚL BOCANEGRA

COAG expone en un informe que el proceso por el que los agricultores pasan de trabajar sus tierras a ser empleados de grandes empresas contribuye a un descenso en el 59% de las explotaciones.

Una persona recolecta aceitunas, en un olivar de Holguera (Cáceres) a 24 de noviembre de 2023, en Cáceres, Extremadura. — Gustavo Valiente / Europa Press

"Si el nuevo modelo de oligopolios corporativos se impone en el sector, España camina hacia un olivar sin agricultores", afirmó este martes en Sevilla Juan Luis Ávila, responsable del sector olivarero de la organización agraria COAG, durante la presentación del estudio La uberización del olivar español: zoom en Andalucía.

El proceso de uberización —un fenómeno por el que los agricultores pasan de trabajar sus tierras a ser empleados de grandes empresas que buscan la máxima rentabilidad— del campo es, según COAG, "uno de los factores que ha influido en la reducción sustancial del número de explotaciones en los últimos 20 años".

Los datos que aporta la organización son estos: "La uberización del olivar español borra del mapa al 59% de las explotaciones (de 602.250 en 1999 a 247.318 en 2020), mientras que la producción de aceite de oliva ha crecido un 65%".

"Los fondos de inversión especulativos han puesto el foco en el oro líquido español y acaparan ya las mejores fincas de regadío. Este proceso está poniendo contra las cuerdas a los olivareros profesionales, frenando la incorporación de jóvenes e hipoteca el desarrollo del medio rural y la lucha contra el cambio climático", subrayó Ávila.

"La brutal reconversión que ya se vislumbra amenaza con convertir a los profesionales autónomos e independientes en asalariados de las grandes corporaciones agroalimentarias, como ya está pasando en otras partes del mundo como Argentina o Brasil", asegura el responsable de COAG.

"Sin políticas claras que se opongan a la mercantilización del agua y aboguen por la defensa de su carácter público y su reparto social justo, que garantice la viabilidad de las pequeñas y medianas explotaciones agrarias se está manteniendo la puerta abierta a la uberización de la agricultura", se apunta en el estudio.

"Queremos que el valor añadido de los olivares revierta en el desarrollo económico, social y medioambiental de nuestros pueblos no que sirva para revalorizar los fondos de pensiones de la policía montada del Canadá o de jubilados ricos californianos", reivindica COAG.

Los motivos

El informe avisa de que los fondos se han fijado en el olivar por varias razones. Entre ellas, señala que "el precio habitual de una hectárea de olivar en regadío en España rondaría los 40.000 euros y en secano, los 20.000, valores más bajos que los que se dan en otros países".

En comparación, en California, el valor medio oscilaría entre 50.000 y 60.000 euros la hectárea en regadío y entre 26.000 y 35.000 euros la hectárea en secano, mientras que en Italia serían unos 65.000 euros la hectárea en regadío.

Por otro lado, el sector del olivar se encuentra amparado por las ayudas de la PAC: "El acceso a subvenciones también se considera un parámetro clave para que las inversiones sean atractivas para el capital".

Además, "la superficie de olivar en producción ecológica se encuentra en expansión". Según los datos oficiales, "las hectáreas dedicadas al cultivo certificado en esta forma de producción se han incrementado un 31% entre los años 2018 y 2022, alcanzando las 262.379 hectáreas", algo más del 10% de la superficie de olivar en producción en ese año.

Abunda COAG: "El posicionamiento de los fondos e inversiones de capital también tienen en consideración este tipo de certificaciones de sostenibilidad a la hora de aterrizar en un sector, dado que se considera que el consumidor es cada vez más demandante de productos sostenibles y respetuosos con el medioambiente".

¿Quién invierte y quién saca rédito del olivar en España?

Coag aporta en el estudio datos sobre algunas de las grandes compañías que operan y que han invertido ya en el sector. El grupo Atitlan "fue uno de los pioneros en la inversión en el sector del olivar bajo la enseña Elaia". "Desde el año 2007, esta entidad —analiza COAG— desarrolló una apuesta inversora en el sector agrario que se fue concretando en la explotación de más de 20.000 hectáreas de cultivos en España, Portugal y Marruecos. Una parte de ellos eran fincas de olivar que han sido vendidas en 2022 al grupo De Prado, generando un beneficio de más de 73 millones de euros".

Además, "el fondo de capital riesgo Beka & Bolschare Iberian Agribusiness comenzó su andadura en el sector en 2021 y está destinado a gestionar y desarrollar plantaciones agrícolas, principalmente olivar, aguacate y almendro. Cuenta con más de 1.500 hectáreas de plantaciones super-intensivas en Portugal y Castilla la Mancha, algunas de ellas con certificación ecológica, y almazara propia".

También, "en abril de 2022, la administradora de fondos SLM Partners, que opera a nivel mundial y gestiona más de 300.000 hectáreas, compró 300 hectáreas para la producción de almendra, pistacho y olivar en Murcia".

En 2023, "Fiera Capital, fondo de inversión canadiense con más de 120.000 millones de dólares en activos bajo gestión, ha adquirido Innoliva, empresa que ya contaba con 8.000 hectáreas de olivar en Extremadura y el Alentejo, 2.000 de ellas ecológicas".

Otras firmas de capital privado, "como Miura Partners, han apostado por el sector en otros eslabones de la cadena del olivar", añade el trabajo. En 2023, alcanzaron un acuerdo de asociación con Cándido Miró, compañía líder en la producción de aceitunas de mesa y conocida comercialmente por su marca Serpis, y fundaron la enseña Olive&Co, una sociedad dedicada a consolidar el mercado de aceitunas, encurtidos y snacks saludables".

"Otro caso paradigmático en este ámbito es el de CVC, que en 2014 se convirtió en dueño de Deoleo, empresa propietaria de marcas como Carbonell, Koipe y Hojiblanca, y que aún continúa al frente de esta entidad, a pesar de los intentos de venta que ha realizado en los últimos años", se lee en el trabajo.

Pero "no sólo fondos de inversión" llegan al sector del olivar, añade COAG. "Los grandes capitales también ponen el foco en el mismo y, en ocasiones, saltan a la palestra por presuntos daños ambientales en sus macro-explotaciones".

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