El sociólogo de la Universidad de Berkeley afirma que está empobreciendo los países del Sur con la política de austeridad para obtener mano de obra barata y competir con China. Publicado: 23.07.2015 - CORINA TULBURE
http://www.publico.es/sociedad/ramon-grosfoguel-capital-financiero-aleman.html
BARCELONA.- Ramón Grosfoguel,
sociólogo de la Universidad de Berkeley, afirma que el capital
financiero alemán está empobreciendo el Sur de Europa mediante la
política de austeridad para obtener mano de obra barata y poder competir
con China. Autor de varios libros donde expone su pensamiento decolonial, advierte de que "la extrema derecha española está en el Partido Popular" y denuncia que "el racismo siempre es institucional".
Bajo la dirección de Alemania, ¿estamos viviendo un enfrentamiento entre el Norte y el Sur de Europa?
Sí, eso ha quedado claro estos días. Pero esta
división lleva produciéndose desde el siglo XVII, cuando el Sur de
Europa estaba visto como un lugar inferior justo después de la guerra
de los Treinta Años, cuando Ámsterdam desplaza a España y a la península
Ibérica del centro del sistema-mundo creado a partir de la expansión
colonial en 1492. El Sur vive una especie de alienación mental: por un
lado están subordinados a los poderes del Norte, y por otro ejercen de
Norte poderoso en relación a otros lugares del planeta. Se ven a ellos
mismos como parte del Norte, aunque con muchas contradicciones. Incluso
después de veinte años de ilusión de la Unión Europea, el Norte de
Europa no mira al Sur como un igual.
"O el Sur se descoloniza, planteándose
otro proyecto geopolítico y económico más allá del capitalismo
imperialista occidental, o va a seguir arrodillado dentro de Europa"
En el Norte utilizan términos como PIGS y dicen que la
causa de la crisis son los países del Sur, porque son vagos, perezosos y
corruptos. Como si en el Norte no existiera la corrupción, como si la
corrupción fuera un atributo del Sur europeo. No reconocen que la causa
de la crisis es el pillaje del capital financiero internacional. Pero no
es nada nuevo. Es el mismo discurso que ha empleado Occidente para
explicar la pobreza en África, América Latina y Asia.
Es un discurso totalmente racista que ha estado siempre
ahí desde hace cuatrocientos años, y que vuelve a emerger ahora con
fuerza a partir de la crisis. O el Sur de Europa se descoloniza y se
asume como Sur de una vez por todas, planteándose otro proyecto
geopolítico y económico más allá del capitalismo imperialista
occidental, o va a seguir arrodillado dentro de Europa.
¿Por qué dentro de la misma UE tenemos tres Europas con un nivel de vida muy diferente? Me refiero a Europa del Norte, Europa del Sur y Europa del Este…
El capital financiero alemán de cara al siglo XXI
necesita periferia. Alemania siempre fue un imperio que perdió la
batalla de las periferias en África, Asia y América Latina. Por eso mira
hacia el Este de Europa, que es su periferia histórica, y al Sur de
Europa como su nueva periferia de cara al siglo XXI. Sin periferias no
tienen como competir frente al ascenso de China y frente a los Estados
Unidos. ¿Y qué pasa? El Sur de Europa en los últimos veinte años “se ha
hecho muy caro” en sus costes de producción y en su mano de obra frente a
la competencia del capital financiero alemán en relación con China. De
ahí la política de austeridad del capital financiero alemán vía la
troika para pauperizar el Sur de Europa y así producir mano de obra
barata. En las actuales negociaciones, Grecia cede y aún así los
alemanes le ponen más restricciones, porque lo que se quiere en el fondo
es que acaben de salir.
En el último referéndum de Grecia, las opciones de la papeleta eran NO-SÍ, pero dentro de la UE.
Lo que me parece increíble es que los líderes
griegos hayan ido a una negociación con la troika sin saber que la
agenda alemana es sacarlos del euro y, peor aún, sin una hoja de ruta de
salida del euro como plan B ante el fracaso de quedarse dentro de la
eurozona en condiciones dignas. Al menos esto es lo que Varoufakis ha
reconocido públicamente. Lo que ocurrió muestra que si vas a luchar
contra la troika, tienes que tener una hoja de ruta de salida del euro y
de reinsertar tu país en otros bloques económicos y geopolíticos en el
mundo. No es posible, después de la imposición alemana sobre Grecia y la
claudicación de Tsipras, pensar en una política de izquierda que no
tenga como agenda una hoja de ruta para salir del euro. Dentro del euro y
de la Unión Europea, no es posible una política fuera de las lógicas
austericidas de la troika. Ese es el mensaje que han impuesto y que no
piensan modificar. Dado el ascenso de la derecha y la extrema derecha en
el Norte, una política de izquierda antitroika y antineoliberal tiene
que asumir la salida del euro; y esto solamente se logra si se hace un
giro descolonial, asumiéndote como parte del Sur y dejando la ilusión europea de una vez por todas.
En Europa del Este llevan décadas de austeridad. Los trabajadores ganan 300 euros al mes… ¿Se les considera menos europeos?
Por supuesto, ya tienen conquistada Europa del Este.
Ahora toca el Sur. ¿Por qué? Porque de cara al desafío que representa
China, el capital financiero alemán necesita una periferia laboral en
Europa, reproducir las condiciones laborales de China en Europa.
Has hablado del racismo del Norte contra el Sur. En Europa aumentan los partidos de extrema derecha. En España no hay una Marie Le Pen, ¿crees que hay menos racismo?
Eso es una falacia. La extrema derecha española está
en el Partido Popular. En el PP están todos los discursos de Marie Le
Pen, pero camuflados, como si fuera la derecha clásica. Y si hay dudas,
solo hace falta echar un vistazo a las políticas aplicadas en los
últimos cuatro años. Ellos son la extrema derecha en la práctica; en
sus políticas tienes racismo, austeridad, lógicas neoliberales salvajes,
lo tienes todo. El PP camufla la extrema derecha y, en este sentido, es
peor que los partidos de extrema derecha, cuyo discurso es directo.
¿Entonces cómo se manifiesta el racismo en la vida cotidiana de uno?
El racismo es siempre institucional. En las actuales
sociedades, cuando se define el racismo, se piensa que es un problema
de prejuicios y estereotipos. La idea de que el racismo se limita a un
grupo de personas con prejuicios es muy problemática, porque reduce todo
a unos extremistas minoritarios en la sociedad. De este modo, lo que
hay que hacer es educar a estos extremistas para que cambien, pero el
resto de la sociedad está bien. Y eso no es así.
"El racismo es un cáncer terminal de
la civilización occidental, porque está organizando desde dentro y de
forma transversal todas las formas de dominación de la existencia
humana"
El racismo es una práctica institucional. Es decir,
para que haya racismo no basta con que haya gente con prejuicios, tiene
que haber instituciones que lleven a la práctica estos prejuicios.
Cojamos por ejemplo a la policía: si hacen un examen de tolerancia, tal
vez muchos policías pasen este examen. Pero cuando se aborda el
funcionamiento de la policía como institución, uno detecta que, en
función del barrio, utiliza distintos métodos de actuación.
El problema no es el extremista con prejuicios sino
que las propias instituciones normativas de las sociedades
occidentalizadas están construidas sobre prácticas racistas hacia
inmigrantes o minorías. Estas prácticas las encuentras en el mercado de
trabajo, en la ausencia de derechos ciudadanos, en la falta de acceso a
recursos, etc. El racismo es un cáncer terminal de la civilización
occidental, porque está organizando desde dentro y de forma transversal
todas las formas de dominación de la existencia humana.
¿Cuáles son los marcadores del racismo?
El racismo tiene muchos marcadores. El color de la
piel, la identidad religiosa, étnica, nacional... El color de la piel es
el más habitual debido a la historia del secuestro masivo de africanos
por parte de los imperios europeos y su desplazamiento forzado a las
Américas para ser esclavizados. Pero el racismo no se relaciona solo con
el color. Los grupos que padecen racismo institucional están sujetos en
cualquier momento a la violencia o a políticas de despojo de recursos.
La opresión de clase se vive también de forma diferente si se pertenece a
un grupo afectado por el racismo o no. En una compañía de aviones de
Estados Unidos o de Francia, un obrero gana unos 150 euros a la hora,
trabaja ocho horas al día y, si hay un conflicto con la compañía, puede
acudir a un Tribunal u organizar una marcha en la calle, y sabe que esa
noche regresará a casa vivo a dormir. En cambio, los obreras de un grupo
que sufre opresión racial, y digo obreras porque el 90% del
proletariado mundial son mujeres del Tercer Mundo, ganan uno o dos
dólares al día. Y no trabajan ocho, sino catorce o dieciséis horas al
día. Estas mujeres, si intentan hacer una huelga o llevar a esta
compañía a un Tribunal, saben que se juegan la vida porque en las “zonas
del no-ser” el sistema gestiona los conflictos con violencia y
desposesión. Por ejemplo, las maquiladoras en Estados Unidos o en Asia.
Pero eso no pasa solo en México, en Marruecos o en el llamado Tercer
Mundo. Eso pasa dentro del mundo occidental, en sus ciudades globales,
donde hay zonas de manufactura con mano de obra migrante que intenta
reproducir los costes de China.
Consideras que la Universidad occidentalizada y el pensamiento que produce y difunde es racista, sexista y eurocéntrico…
Mi pregunta es: ¿cómo es posible que solo el
pensamiento de hombres de cinco países, como Francia, Reino Unido,
Alemania, Estados Unidos e Italia constituya la base del pensamiento
actual? No se dio por un proceso natural sino que se basa en cuatro
genocidios-epistemicidios: la conquista del Al Ándalus, la conquista de
las Américas contra los indígenas americanos, la conquista de África y
la esclavización masiva de africanos, y la quema de brujas. Estos cuatro
genocidios-epistemicidios son constitutivos a la estructura racista y
sexista del mundo moderno occidental. En el momento en que Descartes
dice “yo pienso, luego existo”, ese “yo” no podía ser un judío, un
musulmán, un africano, ni un indígena. Y, tras la quema de brujas,
tampoco podía ser una mujer. El “yo pienso, luego existo” está precedido
por 150 años de “yo conquisto, luego existo”, mediado por el “yo
extermino, luego existo”. No es solo “yo conquisto” e impongo una
estructura de poder, es que además “yo extermino” a personas y
conocimientos, destruyo a seres humanos y los conocimientos de estos
para destruir su memoria y erigirme como la única autoridad de
pensamiento.
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