NOTICIAS CAS SEMANA 9-13 DICIEMBRE
COORDINADORA ANTI PRIVATIZACION DE LA SANIDAD
(2015-12-08) La agricultura intensiva nos esta envenenando
http://www.portaloaca.com/articulos/mundo-natural/11201-declaracion-del-tercer-congreso-nacional-de-medicos-de-pueblos-fumigados.html
Cinco años después del primer
Encuentro en la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba, científicos,
médicos y miembros de los equipos de salud de los pueblos fumigados de
Argentina, reunidos en el Aula Magna de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Buenos Aires (UBA), verificamos que lo que afirmábamos
entonces es dramáticamente cierto y se acentúa día a día: el sistema de
producción agrícola vigente en el país contamina el ambiente y los
alimentos de los argentinos enferma y mata a las poblaciones humanas de
las zonas agrícolas.
En los últimos 25 años el consumo de
agrotóxicos aumentó un 983% (de 38 a 370 millones de kilos), mientras
que la superficie cultivada aumentó un 50% (de 20 millones de ha a 30
millones de ha). Un sistema productivo basado en la aplicación
sistemática de agrovenenos implica, irremediablemente, que la naturaleza
responda en forma adaptativa y que, por la tanto, para lograr los
mismos objetivos los productores deban aplicar mayores cantidades de
agrotóxicos en los campos. Año a año se fue generando un sistema
diseñado por y para los vendedores de agrotóxicos, quienes todos los
años aumentan sus ventas netas (en 2015 el aumento fue del 9%) mientras
que nuestros pacientes, también, año a año se contaminan más y más.
Ya no hay dudas que la exposición masiva
y creciente a pesticidas modificó el perfil de enfermedades de las
poblaciones rurales argentinas y también que el cáncer es la primera
causa de muerte entre ellos (y la peor manera de morir).
Las investigaciones presentadas en este
congreso muestran estudios en distintas escalas, todos coincidentes.
Desde pequeños pueblos hasta en poblaciones más amplias de nivel
provincial (como en Chaco y en Córdoba) o de nivel nacional, en los que
se comparan distintos niveles de exposición a glifosato u agrovenenos en
general, y se encuentra afectada la salud reproductiva con aumentos de
abortos espontáneos y malformaciones congénitas, problemas endocrinos
como hipotiroidismo, trastornos del desarrollo neurológico o
cognoscitivo y tasas de cáncer que se disparan triplicando las
incidencias, prevalencias y mortalidad por enfermedades oncológicas en
relación directa a la exposición de agrotóxicos. Paralelamente, los
datos de investigaciones en modelos experimentales demuestran que la
genotoxicidad del glifosato y otros agrotóxicos contienen los mecanismos
biológicos que explican la racionalidad de su relación con la
enfermedad que los médicos encontramos en nuestros pacientes. Y que
además, esta genotoxicidad se verifica en poblaciones agrícolas (adultos
y niños) expuesta a agrotóxicos y no se verifica en poblaciones no
fumigadas.
Durante el año 2015 la Agencia
Internacional de Investigación en Cáncer (IARC de OMS) reconoció el
carácter carcinogénico humano de varios agrotóxicos, incluyendo
glifosato. Este es el pesticida más utilizado en el mundo y Argentina
consumió 240 millones de kilos en el último año generando una carga de
exposición potencial de 6 kilos por año por habitante, la más alta del
planeta. Glifosato se compra y guarda en cualquier lugar y se aplica sin
ningún tipo de restricción sobre escuelas, barrios, plazas y pueblos,
sometiendo a la población a una exposición injusta e innecesaria.
La contaminación del ambiente con
químicos tóxicos e incluso carcinógenos en los alimentos que llevamos a
las ciudades no deja de aumentar. Se comprobó que una porción normal de
una ensalada común contiene alrededor de 600 ug de veneno; e incluso
ahora sabemos que los algodones, gasas, toallitas íntimas y tampones
comercializados en nuestro país contienen glifosato. No existen
límites máximos de residuos que sean seguros para químicos cuando estos
producen cáncer, se debe garantizar su ausencia absoluta.
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Este no es un problema argentino solamente, idénticas situaciones se presentan en otros países del mundo con resultados replicables en Brasil, Uruguay, Centro América, Paraguay, etc. En todos lados crece la resistencia a la agricultura tóxica y en todos lados médicos y científicos honestos acompañan estas luchas aportando sus diagnósticos y estudios como insumos técnicos a las mismas.
Reclamos que buscan priorizar valores como la salud y el ambiente sobre los intereses económicos y comerciales de las grandes empresas de biotecnología y pooles de siembra en defensa de los derechos humanos vulnerados por políticas productivistas fuertemente extractivistas que destruyen el ambiente poniendo en crisis la salud colectiva.
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