La diputada del Partido Democrático
 del Pueblo (HDP), Aycan Irmez, describió el asesinato de las tres 
activistas kurdas, junto con otra persona más aun no identificada, como 
una ejecución deliberada de las fuerzas represivas de Turquía.
Las tres eran reconocidas activistas 
políticas kurdas. Seve Demir era integrante del Parlamento por el 
Partido DBP, Pakize Nayır de la Asamblea del Pueblo de Silopi, y Fatma 
Uyar activista del Congreso de las mujeres (KJA).
El lunes por la noche fueron asesinadas 
junto a otra persona en el distrito de Silopi, cuando las fuerzas 
policiales abrieron fuego intenso durante horas sobre la población en el
 barrio de Karşıyaka en Silopi.
Miembros del HDP dijeron la policía no solo abrió fuego sobre la población, sino que bloqueó toda posibilidad de escape.
Según la diputada del HDP, Leyla Birlik,
 recibieron una llamada de parte de una de las víctimas: “Estamos 
heridos y sangrando, así que sacadnos de aquí”.
“Intentamos llegar hasta donde estaba 
ella, pero no pudimos. Después llamamos a emergencias, pero ellos 
tampoco ayudaron.”, aseguró otra testigo.
Aycan Irmez dijo que llamó personalmente
 al hospital estatal de Silopi, al Ministerio de salud y hasta la 
Asociación médica, pero que nadie respondió. Oficiales turcos le dijeron
 que nadie enviaría ambulancias a la zona debido a la “gente armada” que
 había allí. Desde el HDP denunciaron que el gobierno obstruyó la 
llegada de una ambulancia, argumentando que había disturbios en la zona.
“Sus caras estaban destrozadas”
Demir, Nayir y Uyar solo pudieron ser 
reconocidas -una vez que sus cuerpos llegaron al hospital- por su pelo, 
ya que sus caras estaban destrozadas, explicó Irmez.
“Todo esto sucede con el conocimiento 
del Estado. Nuestras amigas fueron ejecutadas y torturadas 
deliberadamente. Esto es una barbarie.”
Ofensiva militar contra el pueblo kurdo
La región de Silopi está bajo toque de 
queda desde el pasado 14 de diciembre, cuando el Estado turco 
intensificó su ofensiva militar sobre las regiones kurdas de Turquía.
En un artículo publicado en Izquierda 
Diario, Baran Serhad y Suphi Toprak, dan cuenta de la dimensión de esta 
ofensiva, así como la resistencia del pueblo kurdo:
En Farqin, Girge Amo, Nisebin, Cizire, 
Sur, Kerboran, la juventud kurda ha venido combatiendo en forma 
militante contra la ofensiva militar por meses. Con tanques, 
helicópteros de combate y diez mil miembros de fuerzas especiales de la 
policía y el ejército, el Estado turco ataca brutalmente al pueblo 
kurdo. Desde el 7 de julio de 2015 -día de elecciones donde el AKP de 
Erdogan no pudo formar gobierno- el estado de emergencia fue proclamado 
54 veces, en 18 ciudades y distritos, por 175 días. En aquellas áreas 
mayormente afectadas por la guerra, no solo la energía eléctrica y el 
suministro de agua, sino también las líneas telefónicas y las conexiones
 de Internet fueron interrumpidas. El Estado turco eligió especialmente a
 los civiles kurdos como objetivos para debilitar el apoyo al movimiento
 de resistencia kurdo. Muchas casas fueron requisadas por la fuerza. Las
 instituciones públicas fueron destruidas. Alrededor de tres mil 
maestros fueron despedidos y sus escuelas fueron cerradas. Las fuerzas 
especiales turcas usaron las escuelas como bases militares. Los techos 
fueron ocupados por francotiradores. Se le ordenó a la gente dejar la 
región lo más pronto posible, lo que llevó a que decenas de miles 
huyeran. Cientos de personas, la mayoría de ellos civiles, fueron 
asesinados durante los últimos meses y el número se incrementa.
El asesinato de las tres activistas 
kurdas busca intimidar al conjunto de la población kurda y especialmente
 a la juventud, que es la que está a la vanguardia de la resistencia 
contra el régimen asesino de Erdogan.
Hace unos días Erdogan reafirmó su idea 
que no existe como tal “la cuestión kurda” en Turquía, sino tan solo un 
problema de “terrorismo”.
La UE, mientras se llena de la boca en 
defensa de la “libertad” y los “derechos humanos”, mantiene un silencio 
cómplice con los crímenes de Erdogan, aliado clave en la OTAN, y lo 
recompensa con 3.000 millones de Euros para que contenga a los 
refugiados sirios en su frontera.
Estos crímenes no deben quedar impunes, 
el repudio internacional y las movilizaciones en los países europeos en 
solidaridad con el pueblo kurdo, como la masiva movilización realizada 
hace unos días en Alemania, tienen que multiplicarse.
| Josefina L. Martínez/Resumen Medio Oriente/La Izquierda a Diario, 8 de enero de 2016..............................................

Lo pongo a circular, q se sepa. Que rule!!!!

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