Documentos muestran que multinacionales como Apple, Volkswagen o
Samsung se abastecen por empresas que obtienen el cobalto necesario para
las baterías en minas donde los menores son explotados, según una
investigación de Amnistía Internacional
La organización concluye que ninguna de las multinacionales mencionadas ha proporcionado los datos suficientes para poder verificar de manera independiente de dónde procede el cobalto de sus productos
"Hay un montón de polvo, es muy fácil coger resfriados , y nos duele todo el cuerpo", dice Löic, que con 12 años trabajaba en las minas de cobalto
La organización concluye que ninguna de las multinacionales mencionadas ha proporcionado los datos suficientes para poder verificar de manera independiente de dónde procede el cobalto de sus productos
"Hay un montón de polvo, es muy fácil coger resfriados , y nos duele todo el cuerpo", dice Löic, que con 12 años trabajaba en las minas de cobalto
Gabriela Sánchez - 19/01/2016
Sus dolores musculares y problemas pulmonares
son demasiado comunes para tener poco más de 10 años. Lo son también los
gritos recibidos, los abusos físicos y psicológicos, las decenas de
horas de trabajo diario en una mina. El dolar y medio obtenido por cada
fatídica jornada de extracción de cobalto, material fundamental para la
fabricación de las baterías que acaban siendo comercializadas por una
empresa china cuyos materiales, a su vez, acaban abasteciendo a
Volkswaguen, Apple, Microsoft, Samsung, o HP, según los documentos a los
que ha tenido acceso Amnistía Internacional.
Una investigación de Amnistía Internacional y Afrewach ha
seguido el rastro del cobalto obtenido de las minas artesanales de
República Democrática del Congo donde centenares de menores son
explotados. El equipo de ambas organizaciones ha perseguido los
vehículos que transportan el material manchado de atroces vulneraciones
de derechos humanos a los mercados donde lo acaban comprando empresas
más grandes que, a su vez, aseguran suministrar a conocidas
multinacionales.
" Pasaba 24 horas
allí abajo, en los túneles. Llegaba por la mañana y me marchaba a la
mañana siguiente", dice Paul, huérfano de 14 años, a los investigadores
de la ONG. Lleva trabajando en la mina desde los 12 años, cuando la
escuela dejó de formar parte de su rutina. "Mi madre adoptiva quería que
fuera al colegio, pero mi padre adoptivo estaba en contra y me
explotaba haciéndome trabajar en la mina".
Según Amnistía Internacional, buena parte del material responsable de
los abusos sufridos por menores como Paul acaba en la filial congolesa
CDM, propiedad del gigante chino del comercio de minerales Huayou
Cobalt, abastecedor de cobalto de tres fabricantes de componentes de
baterías de iones de litio: dos con base en China (Ningbo Shanshan y
Tianjin Bamo) y una en Corea del Sur (L&F Materials), indican desde
AI. En 2013, las tres empresas compraron cobalto a Huayou Cobalt por
valor de 90 millones de dólares estadounidenses.
Entonces, Amnistía Internacional accedió a los listados de clientes
"directos o indirectos" de estas tres empresas, y encontró marcas
reconocidas a nivel mundial: Apple, Volkswaguen, Microsoft, Samsung,
Sony o HP.
La organización asegura que ninguna de estas
multinacionales ha proporcionado los datos suficientes para poder
verificar de manera independiente de dónde procede el cobalto de sus
productos. Por esta razón, concluyen que " no tienen en cuenta los riegos para los derechos humanos".
No pueden demostrar si el origen de la batería de sus productos está en
una de esas minas que Mathy describe con horror. Recuerda los maltratos
y extorsiones recibidos por parte de los guardias de seguridad de la
extracción en 2012, cuando tenía 12 años.
"Ellos pidieron dinero, pero no teníamos. Agarraron a mi amigo y le empujaron hacia un tanque que contenía aceite diesel. Yo corrí. Fui capaz de hui. Tenía miedo, me escapé y me escondí, pero vi lo que sucedido. Lloré...
", relata la menor. Este tipo de extorsiones y abusos son repetidos en
otros testimonios presentados en el informe de Amnistía Internacional.
Las condiciones de trabajo descritas por los menores son análogas a la
esclavitud. "Todas las tareas realizadas por los niños en las minas les
obligan a llevar sacos pesados del mineral. Los niños aseguran llevar
bolsas de entre 20 y 40 kilos", denuncia Amnistía Internacional en su
informe. La organización recuerda que llevantar estas grandes cargas de
peso de forma habitak "pueden dar lugar a daños a largo plazo, como
deformidades articulares y óseos, lesiones en la espalda o musculares",
añaden.
"Hay un montón de polvo y te duele todo el cuerpo"
Löic, otro menor que pasó por la mina, se acuerda del polvo que
dificultaba su respiración. "Hay un montón de polvo, es muy fácil coger
resfriados , y nos duele todo el cuerpo", dijo el pequeño en testimonios
recogidos por Amnistía Internacional.
“Los fascinantes escaparates y anuncios de las tecnologías de
vanguardia contrastan acusadamente con los niños cargados con bolsas
llenas de piedras y los mineros que desfilan por estrechos túneles
excavados artificialmente, expuestos a sufrir daños pulmonares
permanentes”, seapunta Mark Dummett, investigador de Amnistía
Internacional sobre Empresas y Derechos Humanos.
"Los abusos que se cometen en las minas son como el dicho de 'ojos que
no ven, corazón que no siente', porque en el mercado global de nuestros
días los consumidores no tienen ni idea de las condiciones existentes en
la mina, la fábrica y la cadena de montaje. Hemos comprobado que se
compra el cobalto sin hacer preguntas acerca de cómo y dónde se ha
extraído", sostiene Emmanuel Umpula, director ejecutivo de Afrewatch.
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