Estamos asistiendo al derrumbe en credibilidad de la prensa tradicional en España. De nuevo han conseguido apartar de la vista asuntos graves que nos ocurren. La agenda la marca la Compi-Prensa
de alguna manera. La que se hunde en ventas en papel y la que crece en
ellas a través de las pantallas. Aunque todavía queda el periodismo, el
que los propios colegas silencian.
Rosa María Artal - 10/03/2016 http://www.eldiario.es/zonacritica/educacion-periodismo-unica-salida_6_493160695.html
El gobierno de Japón ha pedido a las universidades que cierren o reduzcan sus departamentos de Humanidades y Ciencias Sociales
y al menos 50, de las 60 existentes, han obedecido. El Sr. Shimomura,
ministro de Educación, argumenta que se trata de impartir a los alumnos
“una educación más práctica, más profesional, que se anticipe a las
necesidades de la sociedad". En Gran Bretaña ya se ha recortado la
financiación de estas materias obsoletas y poco provechosas para el
lucro. Nuestro becado en París, José Ignacio Wert, también enfocó su
mandato como ministro en potenciar lo práctico:
“no hay que estudiar lo que apetece sino lo que es necesario”, declaró
en varias ocasiones. Y sacó de la enseñanza la filosofía.
Una vida dedicada a las carreras técnicas y a producir y vender bienes
materiales. Y a no pensar. A no indagar en porqués y consecuencias. Ése
es el futuro que ya asoma por la puerta. La cultura y el razonamiento no
son rentables. Para quienes manejan los hilos de nuestras vidas cada
vez con mayor perversión y desfachatez en absoluto. Para cualquier
persona que se precie de tal, en cambio, resultan esenciales: la única
vía para escapar de un destino maldito. Con la información como llave
que abre puertas. A salvo de míticas ciencias infusas, solo el
conocimiento permite formarse el criterio para afrontar decisiones.
También puede cerrarlas. Estamos asistiendo al derrumbe
en credibilidad de la prensa tradicional en España. Una auténtica caída a
los infiernos. Los niveles de enfangamiento a los que ha llegado son
tan escandalosos que invalidan sus propias campañas. Salvo para ese
sector cuyas cabezas han sido ya derrotadas. “Os exprimiremos hasta la
saciedad y luego os llenaremos con nuestra propia esencia”, escribía
George Orwell en su libro “1984” que, como otros similares, resultó
premonitorio.
Este miércoles eldiario.es publica una
exclusiva procedente de sumarios judiciales, libres ya del secreto que
ampara los primeros trámites. Pedro Águeda indagó en ellos como podía
haber hecho cualquier periodista. Y ahí encuentra que los nuevos reyes
de España apoyan a su amigo Javier López Madrid, cinco días después de
conocerse que es beneficiario de una Tarjeta Black de Cajamadrid. Y
cuando la sociedad española es un clamor contra los lujos suntuarios que
proporcionaba, mientras la entidad se hundía para terminar cayendo
sobre nuestras espaldas. Los reyes, escribe Letizia al “compi-yogui”, le
quieren “Lo demás, merde”
Siguiendo la tónica ya habitual, la prensa generalista calla. La Compi-Prensa, en acertada denominación de Diagonal que analiza con pantallazos lo que ocurrió a partir de conocerse la noticia:
Bajo un silencio ignominioso, todos se volcaron… contra Podemos. Y así
desembocamos este jueves en una de las más degradantes colección de
portadas que cabe imaginar. Portadas, editoriales, artículos, neolengua
también en los medios audiovisuales que sin pudor asocia a los partidos
“que ponen problemas a la investidura (de Sánchez)” con prácticamente su
descomposición interna. Castigo divino por su maldad.
En el aciago tiempo que muchos españoles quieren dejar atrás, hemos visto cómo se cambian secretarios generales manu militare y se colocan candidatos digitum designandum.
Y no en un solo partido. Luchas internas de tal calibre en las sedes
que salpicaban a los transeúntes. Un partido, el PP, en el que los
cargos públicos dimiten –o no- cuando llegan al Juzgado a responder de
su saqueo de las arcas públicas. No es ningún “consuelo”, ni excusa, ni
partidismo, constatarlo; es exclusivamente sentido de la justicia y la
proporción.
La dimisión de varios miembros del
Consejo ciudadano de Podemos en la Comunidad de Madrid y otros problemas
territoriales son noticia por supuesto. Pero ni siquiera la principal
de la política. Lo es la formación de gobierno con novedades notorias:
Pedro Sánchez montado en una veleta a ver dónde encuentra apoyos para su
investidura. Imponiendo hasta en las conversaciones a un Albert Rivera
que contesta en las televisiones en nombre del PSOE y que declara sin
disimulo alguno ya que podría dar su apoyo a un gobierno del PP si echa a
Rajoy. Como si fuera el único problema Rajoy. Como si los 40 escaños
(aún) de Rivera fueran necesarios si otros partidos se ponen de acuerdo.
Lo escandaloso es ese despliegue mediático a los problemas internos de
Podemos. Por los reales lo sería, cuando además se añaden ficticios
entramos en otra dimensión. El diputado del Parlament catalán, Albano
Dante Fachín, se quedó estupefacto al verse abriendo portada en El País
casi como cabecilla de una rebelión de Podemos en Catalunya. Por el
único hecho cierto de que están sin secretaría general desde Octubre,
eso sí, por la dimisión de Gemma Ubasart. Y, como suele ocurrir, hay
distintos candidatos para sustituirle.
El análisis
de lo que andan publicando sobre Podemos precisaría incluso un análisis
psiquiátrico. Una prensa seria de un país serio no puede andar con
especulaciones de creadores de líderes horripilantes formados en
laboratorios del Averno con caldo de sabandijas y polvos de ársenico.
Igual son de Fierabrás. En toda investigación criminal lo primero que se
busca es a quién favorece el desenlace. Y ahí tenemos precisamente la
clave.
De nuevo han conseguido apartar de la vista
asuntos graves que nos ocurren. La agenda la marca la Compi-Prensa de
alguna manera. La que se hunde en ventas en papel y la que crece en
ellas a través de las pantallas. Menos mal que aún queda el periodismo,
el que los propios colegas silencian.
Pero la
desproporción en su alcance lastra los esfuerzos. Y aumenta los riesgos.
Es enfrentarse a un poder que, como vemos, no se detiene ante nada. Al
que no le importa ni mostrarse en su descarnada realidad. El gobierno en
funciones, fiel a toda su trayectoria, reaccionaba este jueves con el
anuncio de una investigación por la publicación de los mensajes de los
reyes. Por la publicación. Son tiempos realmente tenebrosos.
El proyecto es evitar que los ciudadanos reflexionen. Expulsar de las
Universidades y de la calle el pensamiento y la cultura. Está pasando
ya. El objetivo es dirigirles en lo que deben creer, sentir, amar, odiar
y... votar. Una sociedad creada para el lucro de unos pocos que no
admite disidencias ni tropiezos. En la que ya hay niños que pasan del
calor del vientre materno a dormir en el barro de los campos de
refugiados sin techo. Nunca habían visto algo así, dicen en Médicos Sin
Fronteras. Lo cuentan periodistas españoles sobre el terreno. Es, por
ahora, el no va más de la sociedad de las desigualdades, la injusticia y
la desvergüenza que con tanto ahínco defienden. En la que gobiernos que
amparan la venta de armas, la promoción de los desequilibrios sociales,
la corrupción troncal, se desentienden de sus víctimas. Y al que cada
día arrojan a más personas que nunca pensaron verse en esa tesitura. Que
ni siquiera parecen ver o dolerse de las mermas que ya están
padeciendo. Incluso en su dignidad. Ignoran que todo empezó, que todo
empieza, un día.
Huir de las propias
responsabilidades es letal cuando impera la codicia. Por eso, la
educación y la información son nuestra única esperanza.
Hay una peli antigua que trata de la prensa es Cuidadano Kane. Sobre como se controla las masas con la prensa al servicio de los poderosos!
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