http://www.ecorepublicano.es/2016/03/hay-que-hundir-podemos-cueste-lo-que.html
La
orden fue dada. Ahora o nunca, hay que liquidar a Podemos, cueste lo
que cueste. El debate Sánchez–Pablo Iglesias marcó un antes y un
después; lo de la “cal viva” fue una señal, un dato especialmente
significativo: ¿de qué? De que Podemos va en serio, que no votará o se
abstendrá ante un previsible gobierno de coalición Ciudadanos-PSOE.
Ahora se trata de tirar del manual, un grueso libro, siempre renovado y
puesto al día, trabajosamente elaborado por expertas manos de las
cloacas periodísticas del Estado y demás aparatos paralelos de los que
mandan. En el centro del manual se recoge cómo destrozamos IU y cómo
conseguimos poner fin a la carrera política de Julio Anguita.
Para
que el asunto funcione tiene que haber una perfecta coordinación entre
periodistas, hombres de negocios, políticos y servicios paralelos o
simplemente bien relacionados con los que mandan. No hace falta que sean
muchos, tienen que ser, por así decirlo, los cabales, los
significativos, los determinantes en este tipo de operaciones. Hay que
encontrar el medio que haga de vanguardia, dado el signo de la operación
—salvar al PSOE— el honor le toca al El Paísy el mundo mercenario de
Prisa. Su “manual de estilo” es excelente y de probada eficacia.
El
guión del operativo es previsible y apenas ha sufrido modificaciones
con los años. Se ha hecho más sofisticado, más complejo y –esto tiene su
importancia– más centralizado. Las tecnologías ayudan más que antes,
pero la sociedad ha cambiado, las pautas comunicacionales también, y las
viejas consignas ya no tienen la eficacia de antaño. Reeditar sin más
la “operación pinza” no parece ya adecuado; hay que ir más lejos, mucho
más, hasta excluirlos del sistema político. La pieza maestra es demoler a
Pablo Iglesias. Hay que hacerlo sistemáticamente, poniendo en juego su
vida privada y pública; su discurso debe ser reconfigurado, desintegrado
hasta hacerlo irreconocible. Hay que demonizarlo, convertirlo en
desagradable, prepotente, rígido, mesiánico, impolítico y fanático,
profeta del pasado y anacrónico. El objetivo final: un hombre así no nos
puede gobernar.
Para
que esto pueda funcionar hace falta algo más: construir una “oposición
interna” al secretario. Toda organización, por definición, es una
estructura de poder, con líneas de demarcación singulares, con
contradicciones más o menos explicitas y con diferencias políticas de
mayor o menor calado. En el caso de Podemos la cuestión es más fácil. Es
más grande e influyente que IU, pero orgánicamente más débil, con una
identidad más difusa y con liderazgos menos consolidados. En Podemos
todo está en proceso de formación y, mientras tanto, se han convertido
en una fuerza política determinante y con posibilidades reales de ser
alternativa y no mera alternancia. Lo dicho: ahora o nunca.
Construir
una “oposición interna” a Pablo Iglesias. El acento hay que ponerlo en
el verbo construir. Se trata de convertir las legítimas diferencias, los
modos y formas de concebir problemas, la pluralidad de culturas
–esenciales para una organización democrática y de masas–, hasta los
distintos talantes, en oposición organizada al secretario y, esta es la
clave, con complicidades con los poderes establecidos, especialmente con
los estrategas de los medios. La vía maestra siempre ha sido la
respetabilidad, ser respetados y respetables, ser responsables y marcar
diferencias con la línea mayoritaria en la organización.
Se
podría decir que el operativo se alcanza cuando se construye un
liderazgo alternativo al secretario general. Atención, toda organización
–incluida Podemos– tiene liderazgos diversos y su riqueza reside ahí,
en que los mismos se organizan en una dirección colectiva plural capaz
de reflejar la complejidad de lo social y de la propia base electoral y
militante. No, no se trata de esto, sino de encontrar líderes que
construyan complicidades con los poderes fácticos con el objetivo de
plantarle cara a la dirección legítima de la organización y de construir
una oposición sistemática en el tiempo, en el espacio y, sobre todo, en
los medios de comunicación siempre disponibles para ello.
En
estos días estamos ya en un salto de cualidad. Basta mirar, leer y oír
al complejo mediático Prisa para saber que la guerra es total, sin
miramientos, definitoria. Acorralar a la dirección de Podemos, generar
desconfianza y temor, desagregar votos y arruinar la imagen pública de
una fuerza política que hay que eliminar, cueste lo que cueste. Quien no
se dé cuenta de esto está ciego o, lo que es peor, no entiende lo que
nos estamos jugando en este país.
Ahora
la clave está en la madurez de su equipo dirigente, de su coherencia
política y de su coraje moral e intelectual. Sin unidad del equipo
dirigente, el futuro es problemático y no está en peligro solo Podemos,
sino la posibilidad de construir un nuevo proyecto de país frente a una
oligarquía dura y terrible y unas fuerzas políticas sumisas a los
poderosos y en proceso de reconstrucción. Restauración y más
restauración.
Al
final, esta ofensiva puede tener un significado positivo si se encara
de frente y con lucidez. Una fuerza se construye en las victorias y en
las derrotas, en la defensa y en la maniobra, en los momentos duros y en
los momentos menos duros. Lo que no hay que hacer es replegarse
identitariamente sino defender el proyecto con audacia, con fuerza, con
alegría, con innovación. No convertirse en “trinchera petrificada” sino
reconstruir espacios, conseguir aliados y recomponer relaciones con los
movimientos, con los círculos, con las personas comprometidas con un
cambio verdadero. Se puede ganar si queremos y nos organizamos, si somos
capaces de imaginar y soñar.
Manolo Monereo
Fuente: Cuarto Poder
Los payasos de la TV!!!
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