mayo 18, 2016 --- https://ecupres.wordpress.com/2016/05/18/democracias-golpe-a-golpe/
Por Adolfo Pérez Esquivel - Buenos Aires, Desde matutino Página 12
El gobierno democrático de Brasil cayó bajo la intriga palaciega de
diputados y senadores, la complicidad de sectores jurídicos y
empresariales. El Parlamento criminalizó un acto de gobierno público y
legal que habían utilizado otros gobiernos y, sin que hubiese un delito
comprobado -como exige la Constitución-, destituyó a Dilma Rousseff.
Se aplicó la metodología de “Golpe de Estado Blando”, ya
experimentado en Honduras y Paraguay, abriendo una seria advertencia a
actuales y futuros gobiernos del continente que intenten ampliar
márgenes de soberanía y aumentar la distribución de ingresos hacia los
pueblos.
En mi reciente viaje a Brasil pude hacer lo que varios organismos
internacionales no pudieron: me reuní con la presidenta, los senadores
oficialistas y opositores, con el presidente del Supremo Tribunal
Federal, el Secretario General de la Conferencia Nacional de Obispos y
los movimientos sociales. Los detalles los publiqué en Folha de S.
Paulo. Esto me permitió una mirada lo suficientemente amplia de lo que
ocurre allí como para saber que hay sectores que no tienen intenciones
de resolver la actual crisis política y económica, sino navegarla para
dirigirlo todo, sin más permiso que el que ellos mismos se otorgaron.
Luego del desplazamiento de la presidenta, el Secretario General de
UNASUR dijo que “pone en riesgo la estabilidad democrática de la
región”; el de la OEA consideró que genera “inseguridad jurídica” y
elevó una consulta a la Corte Interamericana de Derechos Humanos; El
Salvador desconoció al gobierno interino y llamó a su embajadora; los
países de la alianza ALBA integrada por Venezuela, Cuba, Nicaragua,
Ecuador y Bolivia dijeron que se trató de un “golpe”; y Chile y Uruguay
mostraron su “preocupación”.
El primer gobierno en reconocer el golpe y pedir que se “respete el
proceso institucional” fue el de Mauricio Macri, en sintonía con el
pedido de la administración de Barack Obama de “confiar en las
instituciones brasileras”.
Domesticar a gobiernos y recolonizar América Latina es el objetivo.
Lo que la derecha no logra conseguir por las urnas, buscará alcanzarlo
mediante la destitución ilegal de presidentes, la privatización de
empresas del Estado, y la entrega de recursos naturales.
No soy de creer en las casualidades. Según documentos revelados por
Wikileaks, el actual depositario de la presidencia, Michel Temer, fue
colaborador de la inteligencia norteamericana entregando documentos
sensibles a su embajada. Y la actual Embajadora de Estados Unidos en
Brasil es la misma que estaba en Paraguay cuando se realizó el golpe
destituyente a Lugo.
Por su parte Temer ya anunció sus próximas medidas económicas no
votadas por el pueblo de Brasil: aumentar impuestos, “privatizar todo lo
que se pueda” (sic), y reducir el gasto público y social. Para eso
conformó un gabinete que confirma sus prioridades: no hay ninguna mujer,
ningún indio, ni mulato. Todos hombres blancos y millonarios.
Incluyendo al mayor vendedor de soja del mundo como responsable del
Ministerio de Agricultura, y muchos involucrados en graves casos de
corrupción que se supone vinieron a combatir.
Ninguna Democracia ni gobierno electo es perfecto. Pero no podemos
permitir que grupos conspiradores violen la Constitución en nombre de su
defensa. Toda Democracia es perfectible si cuenta con participación
social. Hoy está en cuestionamiento la democracia delegativa, donde el
pueblo vota, queda por cuatro años en estado de indefensión, y los
gobernantes hacen lo que quieren y no lo que deben. El desafío actual es
pasar a la democracia participativa, donde la sociedad decida sobre los
grandes problemas que afectan al país, en vez de los grandes núcleos de
poder económico internos y externos. A los pueblos de Nuestra América
nos queda la resistencia social, cultural y política para defender los
derechos de todos, incluidas nuestras democracias.+ (PE/Pagina12)
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