El ISIS nació al calor de la ocupación y la fragmentación de Irak. 
El desmantelamiento de las fuerzas armadas iraquíes por parte de EEUU 
contribuyó a su fortalecimiento. Y la guerra siria fue clave para su 
crecimiento.
Turquía y Arabia Saudí, aliados de Occidente, son territorios epicentros de la financiación del ISIS. Turquía ha permitido el flujo de camiones que cruzan la frontera cargados de petróleo procedente de los campos sirios controlados por el "Estado Islámico"
El ISIS ha debilitado y mantenido ocupados a enemigos de Israel, Turquía y Arabia Saudí
SEGUNDA PARTE: El paso al frente de Francia, el crecimiento del ISIS, las injerencias
VÍDEO: Cómo se fomentó el islamismo extremista en detrimento de organizaciones árabes laicas
Turquía y Arabia Saudí, aliados de Occidente, son territorios epicentros de la financiación del ISIS. Turquía ha permitido el flujo de camiones que cruzan la frontera cargados de petróleo procedente de los campos sirios controlados por el "Estado Islámico"
El ISIS ha debilitado y mantenido ocupados a enemigos de Israel, Turquía y Arabia Saudí
SEGUNDA PARTE: El paso al frente de Francia, el crecimiento del ISIS, las injerencias
VÍDEO: Cómo se fomentó el islamismo extremista en detrimento de organizaciones árabes laicas
Olga Rodríguez 16/11/2015 -
http://www.eldiario.es/zonacritica/ISIS-financia-hacen-vista-gorda_6_452914729.html
 
    
 
    
 
    
http://www.eldiario.es/zonacritica/ISIS-financia-hacen-vista-gorda_6_452914729.html
Los inicios de lo que después sería el ISIS
Los antecedentes que dieron lugar al ISIS surgen en el contexto de la 
ocupación de Irak. Tras la toma del país por las tropas británicas y 
estadounidenses (y españolas hasta 2004), se formaron diversos grupos 
armados para luchar contra los invasores.
Entre ellos aparece la autodenominada organización de la
 base yihadista en Mesopotamia (procedente de Jamaa al Tawhid wal-Jihad,
 nacida en 1999), conocida en la prensa como Al Qaeda en Irak. 
Posteriormente se uniría a otros grupos bajo el nombre primero de 
Consejo de Muyaidines y después, en 2006, Estado Islámico de Irak. 
El contexto en Irak
Miles de iraquíes fueron detenidos en cárceles secretas 
estadounidenses, donde recibieron torturas diarias. Algunos arrestados 
desaparecían para siempre. Otros reaparecían años después devastados por
 las torturas, y con una sobrevenida, inquebrantable y extremista fe 
religiosa. 
Tras la ocupación EEUU desarticuló 
inmediatamente las Fuerzas Armadas iraquíes, criminalizó el partido Baaz
 e integró a milicias sectarias en las nuevas fuerzas de seguridad 
iraquíes para luchar contra la resistencia. Fomentó las divisiones y 
entrenó a integrantes de milicias policiales que sembraron el terror.
Fue lo que se llamó los escuadrones de la muerte, comandos que 
arrestaron a miles de jóvenes suníes, muchos de los cuales aparecían 
semanas después muertos en las calles de ciudades como Bagdad, con 
orificios de bala en la cabeza, pies o pulmones, con huesos rotos, 
cráneos aplastados, piel quemada o arrancada, signos de descargas 
eléctricas u ojos fuera de sus órbitas.
Cientos de 
miles de familias huyeron del país. En tan solo unos meses más de cinco 
millones de iraquíes se convirtieron en refugiados. Dos millones y medio
 de ellos se instalaron en Siria.
En poco tiempo 
Irak, que había sido un país donde muchos chiíes y suníes convivían 
juntos, donde un elevado porcentaje de los matrimonios eran mixtos, 
donde no había grandes tensiones sectarias, se convirtió en un infierno.
 Muchos antiguos integrantes de las Fuerzas Armadas desmanteladas 
compartieron celda con miembros de grupos religiosos que iban 
radicalizándose a medida que aumentaba la violencia y la represión.
 
    
Fragmento de un vídeo del ISIS o Daesh 
 
      
El grupo de la cárcel de Camp Bucca
Abu Baker Al Bagdadi, que se convertiría en 2010 en el líder del Estado
 Islámico de Irak, fue arrestado por los estadounidenses en 2004 en la 
ciudad de Faluya, duramente golpeada por las fuerzas de ocupación, que 
bombardearon viviendas, mercados, escuelas, hospitales y emplearon 
fósforo blanco, un armamento letal que abrasa la piel de sus víctimas. 
El dolor provocado en aquella ciudad es recordado hasta día de hoy por 
sus habitantes.
Al Bagdadi fue enviado a la cárcel de
 Camp Bucca, donde las torturas estaban a la orden del día. Algunos se 
empaparon allí de las doctrinas más extremistas y desvirtuadas del 
Islam, como el wahabismo. De aquella prisión saldrían muchos hombres 
listos para integrar las filas del Estado Islámico (ISIS o Daesh).
Las revueltas en Irak
En 2010, en un Irak totalmente roto, irrumpió un movimiento pacífico de
 protesta contra el gobierno central, que tomó fuerza tras el estallido 
de las revueltas en Túnez o Egipto en 2011.
 Entrevisté por
 aquél entonces a uno de los organizadores de aquellas manifestaciones 
iraquíes, Udai Al Zaidi, hermano del famoso periodista que arrojó un 
zapato a George Bush y fue encarcelado por ello. Al Zaidi, chií, se 
manifestaba en Irak con miles de suníes y chiíes más, contra un gobierno
 al que tachaban de corrupto y sectario.
El gobierno 
de Al Maliki, aferrado al poder, reprimió aquellas multitudinarias 
protestas empleando balas contra los manifestantes, y apoyado por el 
Ejército estadounidense. Murieron cientos de personas y miles fueron 
encarceladas.
 
    
Manifestantes iraquíes en 2011 tratando de derribar un muro de la Zona 
Verde controlada por EEUU. En la misma época en Siria estallaban las 
revueltas 
 
      
El 'Estado Islámico' en Siria
La represión gubernamental iraquí contra todo tipo de queja o protesta 
aumentó y llevó al extremismo a algunos sectores de la oposición.
Lo mismo ocurrió en Siria, donde las revueltas habían estallado en 
marzo de 2011. El 'Estado Islámico' de Irak envió una delegación a Siria
 en agosto de 2011, cuando la guerra civil siria ya estaba en marcha, 
tras el aplastamiento de las revueltas por Bashar al Assad. 
El líder del 'Estado Islámico' de Irak, el clérigo Al Bagdadi, 
formateado tras su paso por la cárcel de Camp Bucca y la guerra, anunció
 en 2013 la creación del 'Estado Islámico' de Irak y Levante (Siria). 
El auge del ISIS
En 2014 el 'Estado Islámico' se hizo fuerte en Siria e Irak. Miles de 
hombres del ISIS, armados y protegidos con humvees y tanques, tomaron 
varias ciudades iraquíes sin apenas resistencia.
Contacté entonces con algunos antiguos efectivos de las fuerzas armadas 
iraquíes desmanteladas por EEUU y de varios grupos de la resistencia 
iraquí. En un momento en el que ellos mismos habían ganado posiciones en
 territorio iraquí, se hacían la siguiente pregunta:
¿Interrumpimos nuestra lucha contra nuestro enemigo, el gobierno de Al 
Maliki [apoyado por EEUU], para luchar contra el Estado Islámico, 
superior en número y fuerza a nosotros, o nos unimos al Daesh, a pesar 
de nuestras diferencias, para evitar ser derrotados?
La respuesta elegida por muchos fue la segunda. Prefirieron ser cómplices que enemigos.
Quién les iba a decir a algunos oficiales de las fuerzas del laico Baaz
 iraquí en 2003 que años después combatirían mano a mano con yihadistas 
extremos que proclamaban un Califato y dictaban las normas más violentas
 y medievales en nombre de un distorsionado e instrumentalizado Islam.
 
    
Abu Baker Al Bagdadi se convirtió en líder del Daesh (ISIS) en 2010. Iraquí arrestado en Faluya e internado en Camp Buca 
 
      
La toma de más territorio
Grupos suníes de diversa procedencia, solo unidos por un enemigo común,
 terminaron integrando las filas del Daesh.  Tomaron varias ciudades 
iraquíes y llegaron  muy cerca de Bagdad. Apenas encontraron resistencia
 por parte del ejército iraquí, marcado por la corrupción:
“Los militares se fueron corriendo, no había aviones, no había nada que
 los parara. Para ser sincero, los únicos que hicieron algo para detener
 [al Daesh] fueron los militares iraníes y las milicias chiíes”, 
confesaba recientemente el exministro de Defensa iraquí Ali Allawi en un
  documental de Al Jazeera.
Desvincular Irak como contexto y desarrollo del Daesh sería hacer un 
análisis cojo de su evolución. En 2014, tras la toma de un amplio 
territorio en Irak, el Daesh proclamó el Califato del Estado Islámico de
 Irak y Siria, controlando un espacio similar al de Jordania. A sus 
filas se unieron chechenos, musulmanes procedentes de los Balcanes, del 
norte de África y de Asia. 
En agosto de 2014 llegó 
la respuesta internacional. Obama prometió acabar con el Daesh, y una 
alianza militar integrada por EEUU, Arabia Saudí, Emiratos o Jordania 
empezó a bombardear focos supuestamente controlados por el grupo 
terrorista.
La vista gorda y la financiación
El Daesh ha sido visto por algunos actores regionales -Israel, Turquía,
 Arabia Saudí, etc- como un arma potencial contra Irán. Ha mantenido 
débil al régimen chií de Irak y ha tenido ocupados a grupos enemigos de 
Israel, como Hezbolá, que lucha en Siria contra diversos grupos de la 
oposición, entre ellos el Daesh.
Turquía, integrante 
de la OTAN, ha hecho la vista gorda ante el Daesh. El primer ministro 
Erdogan ha querido ver en movimientos islamistas radicales una forma de 
detener tanto la influencia chií en la zona como a los kurdos. Ha 
permitido el paso de yihadistas por su frontera, ha bombardeado a las 
YPG kurdas -unidades de protección popular- cuando se suponía que esos 
ataques tenían que dirigirse al Daesh, y ha permitido el flujo de 
camiones que cruzan la frontera cargados de petróleo procedente de los 
campos sirios controlados por el ISIS.
De ese modo 
cree evitar la posibilidad de una soberanía de los kurdos -que están 
luchando contra el Daesh- junto a su territorio.
La 
compra de petróleo en el mercado negro turco ha sido uno de los modos 
más eficaces de financiación para el Daesh, junto con el cobro de 
grandes sumas de dinero por el rescate de algunos secuestrados.
También recibe apoyo económico de individuos saudíes ante los que el 
régimen de Riad hace la vista gorda. Esas personas entregan dinero al 
Daesh y hacen lobby por él, presionando para que otros lo apoyen.
La guerra contra el terror
Los aliados de EEUU en Siria en la coalición que bombardea el país han 
sido entre otros la monarquía absolutista de Arabia Saudí, que sigue 
consintiendo el apoyo al Daesh desde su país.
Washington y los saudíes también operan juntos, con Emiratos, en la 
coalición que bombardea Yemen, donde están creando más caldo de cultivo 
para el terrorismo con ataques como el que el pasado septiembre mató a 
131 personas e hirió a cientos más.
Las matanzas como
 la de París son habituales en Oriente Próximo y Medio, ya sea por 
ejércitos o por grupos terroristas. La llamada guerra contra el terror, 
la estrategia de las bombas y las intervenciones, se ha mostrado 
ineficaz: lejos de menguar, el terrorismo y la violencia crecen. 
François Hollande decía el sábado que la masacre de París es un acto de
 guerra. En realidad Occidente participa en una contienda desde que se 
involucró en Afganistán armando a los muyaidines que devinieron en los 
talibanes. Luego llegarían Irak, Libia, Siria, Yemen… Pero al ser 
guerras que se libran lejos de nuestras fronteras, solo nos acordamos de
 ellas cuando algún macabro eco llega a nuestros territorios.
 Segunda parte de este artículo:  El paso al frente de Francia, el crecimiento del ISIS, las injerencias
— eldiario.es (@eldiarioes)  noviembre 17, 2015
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