Sinazucar.org es un proyecto que denuncia en imágenes la cantidad de azúcar presente en bebidas, cereales, salsas y otros productos industriales. Aviso: un yogur "de frutas" puede contener hasta cuatro. Mikel López Iturriaga
Un yogur de frutas Danone “0%”, 4 terrones de azúcar. Un 
brik de 200 mililitros de salsa de tomate Hacendado, otro tanto. Un vaso
 de zumo “veggie” de Zumosol, 7 terrones. Y un café Mocca Blanco Venti 
de Starbucks, con nata y sirope de chocolate, la prodigiosa cantidad de 
20.
Cuando consumimos cualquiera de esos alimentos, rara vez 
somos conscientes del montón de azúcar que nos estamos metiendo en el 
cuerpo, un azúcar que puede crear dependencia y cuyo abuso produce sobrepeso, diabetes, caries o riesgo cardiovascular.
 O no leemos las etiquetas donde se indica, o no entendemos a qué 
corresponden exactamente las cantidades que allí se indican. Esta 
ceguera es la que empujó a Antonio Rodríguez Estrada a crear SinAzúcar.org,
 una iniciativa para difundir imágenes en las que los productos aparecen
 acompañados de la cantidad de azúcar que contienen, medido en una 
unidad familiar y comprensible para todos: el terrón.
“Una de las causas de la epidemia de obesidad actual es el 
abuso de productos industriales en la alimentación diaria”, explica este
 fotógrafo entusiasta de la alimentación sana. “SinAzúcar.org pretende 
visualizar el azúcar oculto en estos alimentos procesados de una forma 
simple y gráfica para que puedan ser compartidas facilmente a través de 
las redes sociales. Es mi granito de arena para mejorar los hábitos de 
consumo”.
 
 
Aunque la idea quizá no sea muy original -la web estadounidense Sugar Stacks o la cuenta de Instagram @dealerdesucre
 llevan haciendo algo similar desde hace tiempo-, el proyecto presenta 
dos novedades: los productos retratados provienen del mercado español y 
las imágenes, brillantes y pulidas, imitan deliberadamente la estética 
publicitaria con la que se suelen anunciar. “La industria alimentaria 
nos presenta sus productos de forma brillante para seducir al 
consumidor. Si queremos luchar contra este marketing debemos ser capaces
 de ponernos a su nivel y usar sus propias armas para crear imágenes 
atractivas que comuniquen eficazmente”, asegura el fotógrafo, que 
terminó hace unos meses un curso de nutrición deportiva en el Instituto de Ciencias de Nutrición y Salud.
Rodríguez Estrada comenzó publicando fotos de productos con
 grandes cantidades de azúcar, como las bebidas azucaradas. Pero 
enseguida entendió que sorprendían más los alimentos en los que este 
ingrediente resulta más inesperado, como una salsa de tomate o un yogur 
para bebés. Por ello ha decidido dar prioridad a la denuncia de este 
tipo de comestibles frente a los que el consumidor baja la guardia con 
más facilidad, sobre todo cuando presentan reclamos saludables como "0%"
 o vienen avalados por sociedades médicas sin demasiados escrúpulos.
 
 
 
 
Para calcular la cantidad de azúcar, el fotógrafo usa la 
información que da el propio fabricante en el etiquetado. En el caso de 
alimentos más genéricos como tostadas de pan de molde, tarta de queso, 
donuts de chocolate o golosinas, toma una marca de referencia y aplica 
la misma norma. Cada uno de los terrones de las fotos pesa cuatro 
gramos.
Algunas de las imágenes de la iniciativa empujan a 
pensárselo dos veces antes de darles ciertos preparados a los niños o 
zumbarnos una bebida “energética”, unas galletas o unos cereales. ¿Pero 
cómo se explica que nos hayamos vuelto tan insensibles a semejantes 
cantidades de sacarosa? “Unas de las consecuencias del abuso del azúcar 
es la subida del umbral de sabor dulce”, expone Rodríguez Estrada. “Cada
 vez necesitamos más para que algo nos sepa bien. Si educamos desde 
pequeños nuestro paladar con batidos, yogures azucarados o refrescos, 
cuando somos adultos un café con 20 terrones de azúcar nos resulta 
delicioso”.
 
 
 
Como era previsible, SinAzúcar.org ha recibido el apoyo de 
no pocos dietistas-nutricionistas a través de las redes sociales, a 
quienes el fotógrafo espera ayudar en la pelea por una alimentación 
mejor y en contra de las malas prácticas de la industria alimentaria. 
Por el contrario, entre las marcas retratadas en las imágenes reina por 
ahora el silencio. “Todavía no me ha contactado ninguna”, afirma 
Rodríguez Estrada con sorna, “pero cada vez que entro al Starbucks noto 
que me miran mal”.
OTRA COSA: Primero nos prepararon un golpe de estado violento y sangriento en el que sacaron de sus casas a los que según sus listas eran "peligrosos" y los fusilaron o encerraron, de Marisa Peña
OTRA COSA: Primero nos prepararon un golpe de estado violento y sangriento en el que sacaron de sus casas a los que según sus listas eran "peligrosos" y los fusilaron o encerraron, de Marisa Peña
 
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