Uno de cada cuatro menores en el mundo "no puede disfrutar de su
infancia" por el matrimonio precoz, el trabajo infantil o el
desplazamiento forzoso, denuncia Save The Children
"Cuando mi padre decidió casarme, me rompió el corazón. Nadie me preguntó ni se preocupó", relata una menor afgana obligada a contraer matrimonio
"Cuando mi padre decidió casarme, me rompió el corazón. Nadie me preguntó ni se preocupó", relata una menor afgana obligada a contraer matrimonio
Ahlam, Kamal, Majerah, Tawa,
Yassira, Juan y Saida son niños que han dejado "demasiado pronto" de ser
niños. El matrimonio forzado, el trabajo infantil, el hambre, los
embarazos precoces, el abandono de la escuela o la violencia truncan
cada año la infancia de muchos menores en el mundo, según el informe Infancias robadas elaborado por Save The Children.
En el estudio, la organización analiza cómo estos factores han creado
"una crisis global para la infancia de enormes proporciones". A pesar de
los avances, las cifras aún se cuentan por millones: s
e estima que uno de cada cuatro niños en el mundo, al menos 700
millones, "no puede disfrutar" de su niñez por alguna de estas
situaciones.
La causa última, casi
siempre, es la misma: la pobreza. La investigación, que clasifica a
172 países en función del impacto de estos factores en la infancia,
revela la brecha existente entre los países ricos y los países
empobrecidos e n un ranking encabezado por Noruega y con Níger en el último puesto.
Ahlam, desplazada en Irak
La historia de Ahlam es la de dos huidas. La primera, cuando el ISIS
tomó el control su ciudad, Baiji, al norte de Irak. La segunda, cuando
el grupo terrorista llegó dos años después a Hawija, de donde tuvo que
volver a escapar junto a su familia. "Caminamos siete horas durante la
noche por las montañas. Íbamos por la carretera y se producían
explosiones. Había minas que explotaban. Las vimos", recuerda Ahlam, de
12 años, en un testimonio recogido por Save The Children.
Ahora vive en un campo de desplazados en Qayyara, al sur de Mosul.
"Allí dejé mis juguetes, mi escuela… Lo tenía todo. Aquí no tengo
juguetes. Prefiero volver a casa. Hace mucho que no vemos nuestra casa.
También tenía un columpio. Teníamos un televisor en casa. Solía ver
dibujos animados", comenta la menor, que ahora cursa quinto curso y
quiere ser "ingeniera o médica" de mayor.
Casi 17
millones de niños y niñas como Ahlam se convierten en desplazados en sus
países. Otros 11 millones son refugiados y solicitantes de asilo. En
total, uno de cada 80 niños ha abandonado su hogar. El informe denuncia
que en "demasiados casos" los menores migrantes son detenidos, lo que
tiene "unos efectos demoledores en su desarrollo".
Irak es uno de los países donde los niños "sufren más por los
conflictos", según la ONG, junto a Siria, Sudán del Sur, Somalia,
República Centroafricana, Colombia, Afganistán, Yemen, Sudán y Eritrea.
Kamal, forzado a trabajar en India
Empujado por la pobreza y forzado por sus padres, Kamal,
de India, tuvo que dejar la escuela a los 11 años y ponerse a trabajar
en un restaurante de carretera. Pasó dos años cocinando, limpiando y
sirviendo mesas para ganar los únicos ingresos que entraban en su casa,
73 dólares al mes.
Tras varios obstáculos y la
negativa de sus padres, Kamal pudo matricularse de nuevo en el colegio
con el apoyo de una ONG local y Save The Children. Ahora tiene 14 años y
ha empezado a ganar carreras de atletismo. "Yo trabajaba, nunca pensé
que podría volver a estudiar o representar a mi distrito en
competiciones deportivas", dice el adolescente.
Cerca
de 168 millones de menores en el mundo son forzados a trabajar para
mantener a sus familias, según la investigación. La mitad, 85 millones,
lo hace con trabajos peligrosos como la pesca en aguas profundas, las
fábricas textiles, la recogida de algodón, la minería o la construcción.
Las tasas nacionales más altas de trabajo infantil se encuentran en
países del África subsahariana como Camerún, (el 47% de los niños),
Somalia (49%), Guinea-Bissau (51%), Benín (53%) y Malí (56%).
Majerah, obligada a casarse en Afganistán
El sueño de Majerah de convertirse en médica se "hizo añicos" cuando la
obligaron a contraer matrimonio y abandonar sus estudios. Tenía 14
años. "Cuando mi padre decidió casarme, me rompió el corazón. Nadie me
preguntó ni se preocupó", lamenta la joven, que vive con su marido, que
es 10 años mayor que ella y "la ha golpeado en varias ocasiones".
También vive con su familia política, quienes "la tratan como a una
esclava" y la menosprecian "porque no ha sido capaz de tener un hijo",
según la ONG. "Ya no me siento viva. No se puede vivir sin esperanzas y
sueños", lamenta Majerah, que ahora tiene 17 años.
El
matrimonio precoz tiene "consecuencias devastadoras" para la vida de
las niñas, según Save The Children, que calcula que 40 millones de
menores de entre 15 y 19 años están casadas o viven en pareja. Cada año,
cuatro millones de niñas menores de 15 años contraen matrimonio.
"Es un problema mundial que trasciende países, culturas, religiones y
etnias", concluye la ONG. África subsahariana y Asia meridional
presentan las mayores cifras con países como Sudán del Sur (40% de niñas
de entre 15 y 19 años casadas) y Bangladesh (44%), aunque también varía
por regiones en función de sus índices de pobreza.
Tawa, madre adolescente en Sierra Leona
Cuando el brote de ébola estaba llegando a su fin en
Sierra Leona, Tawa se quedó embarazada de un joven con el que tuvo
relaciones una sola vez. Al enterarse, el chico huyó a Liberia y Tawa no
ha vuelto a saber nada de él. Durante el embarazo, tuvo que enfrentarse
a los comentarios y las burlas de sus vecinos. Ahora tiene 17 años y
una hija, Mary, de 10 meses.
"Estoy muy estresada,
cuando mi hija se pone enferma, incluso me cuesta trabajo encontrar el
dinero para llevarla al hospital. Es difícil hasta obtener alimento que
darle", explica la joven.
Se estima que cada dos
segundos, una menor da a luz en el mundo. Cada año, 17 millones de
menores tienen un hijo. Un millón de ellas no llega a los 15 años. Las
complicaciones en el embarazo y el parto son "la segunda causa de
muerte" de la adolescentes en el mundo, alerta Save The Children. Siete
países concentran la mitad de todos estos embarazos: Bangladesh, Brasil,
República Democrática del Congo, Etiopía, India, Nigeria y Estados
Unidos.
Juan perdió a su primo en El Salvador
"Era como mi hermano". Así recuerda Juan, un salvadoreño de 13 años, a
su primo, asesinado por las bandas el año pasado. "Llegué a casa y me
encontré a mi hermano y a otra prima llorando. Sentí algo extraño, la
cabeza me daba vueltas. Le pregunté a mi prima qué pasaba y no me
respondió, seguía llorando. Me dijo ‘Le han matado’. Sentí que mi
corazón se partía por la mitad", relata.
"He soñado
con él tres veces. En el sueño me abraza y me dice que siempre estará
conmigo. Hace la maleta, se da un baño y me dice que se va a hacer un
largo viaje del que no volverá. Me desperté del sueño y quería compartir
mi tristeza. Decidí que nunca me autolesionaría como hacen otros cuando
tienen problemas, porque pienso que no es bueno" añade el menor, que
recibe terapia psicológica de la ONG.
"Sufrir,
presenciar o temer la violencia no debería formar parte del
crecimiento", sentencia el estudio, que revela que más de 75.000 niños y
niñas menores de 20 años fueron asesinados en 2015. El Salvador, forma
parte de los cinco países con mayores tasas de homicidio infantil junto a
Honduras, Venezuela, Colombia y Brasil.
Saida padece desnutrición en Yemen
Pasar hambre ha marcado para siempre la vida de Saida.
Sufrió desnutrición de pequeña y, como consecuencia, tuvo retrasos en su
crecimiento: no pudo desarrollar todo su potencial, ni mental y físico.
A sus 18 años, Saida parece que tiene ocho. Según la ONG, aunque su
alimentación mejoró, tras el estallido de la guerra en Yemen ha vuelto a
caer en la desnutrición y está siendo tratada en Saná.
En Yemen, el 47% de los niños sufre retrasos en su crecimiento como
consecuencia del hambre. Que un bebé no obtenga nutrientes suficientes
durante sus primeros 1.000 días de vida es "en gran medida
irreversible", según Save The Children, que denuncia que los niños que
sufren estos retrasos –156 millones de menores de cinco años en total–
"afrontan una vida de oportunidades perdidas en cuanto a educación y
trabajo".
Yassira abandonó la escuela en Níger
Yassira, de 11 años, tuvo que dejar los estudios para ayudar
económicamente a sus padres. Atrás dejó su escuela, y a sus amigos.
"Ahora van por delante de mí. Me han dejado atrás", apunta la pequeña.
Con el apoyo de la ONG, su madre se ha unido a un grupo de agricultoras y
Yassira ha vuelto a la escuela en febrero. "Mi asignatura favorita es
la lectura, cuando sea mayor quiero ser profesora", dice.
En África subsahariana las escuelas "suelen estar demasiado lejos y las
familias son demasiado pobres como para sostener la educación de sus
hijos", explica el informe. En el mundo, hay más de 263 millones de
niños y niñas fuera del sistema educativo.
Amina perdió a dos hijos en Nigeria
En una aldea del noreste de Nigeria vive Amina, que ha perdido a dos de
sus cuatro hijos por enfermedades "tratables" y "evitables", según la
ONG. Su primer hijo, de seis meses, murió en 2009.
"No sé por qué murió, pero sufría diarrea severa y estaba muy
desnutrido. No tenía ni idea de cómo ayudarle porque en nuestra aldea no
hay centro médico, hospital o enfermería. Me sentí muy triste cuando
murió. En segundo lugar tuve una niña, que hace cuatro años que murió",
dice.
El estudio revela que cada día mueren 16.000
niños antes de cumplir cinco años por causas que se pueden "evitar" y
"tratar" como los nacimientos prematuros, la neumonía, las
complicaciones en el parto y la diarrea.
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(*) Algunos de los nombres utilizados son ficticios para preservar la identidad de los menores.
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OTRA COSA: Latouche: LA GENTE FELIZ NO SUELE CONSUMIR
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