Un salario fácil de entre 7 y 10 dólares al día en un país en el que una de cada cinco personas vive con menos de dos dólares diarios: Camboya. Este era el jugoso acuerdo que una empresa americana, Ambrosia Labs, llevaba cerca de dos años ofreciendo a madres camboyanas que vivían en zonas pobres del país. Su trabajo era sencillo, pero polémico: sólo tenían que donar a la empresa su leche materna para que fuera exportada a Estados Unidos.
El jugoso acuerdo, sin embargo, se les acaba de terminar. El gobierno camboyano acaba de prohibir de forma permanente este controvertido negocio después de haber puesto en suspensión la práctica la semana pasada. “Aunque Camboya sea pobre, no es bueno para la gente que se venda leche materna”, decía la carta del Consejo de Ministros en la que se prohibía la práctica.
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Una vez importado a Estados Unidos y pasteurizado, el producto estaba dirigido fundamentalmente a mujeres con problemas para producir leche, aunque también se publicitaba como una ayuda para hacer frente a la agitada vida social americana. “Ya sea que mamá vuelve al trabajo y necesita un pequeño extra o si te vas de fin de semana y quieres estar segura de que tu pequeño tiene suficiente, el lote de diez es para ti”, reza la página web donde aún se pueden adquirir los sobres.
"Un tejido humano, como la sangre"
Ambrosia tenía su centro de donación en Camboya en Stung Meanchey, uno de los suburbios más pobres de la capital, Phnom Penh, conocido por ser un antiguo vertedero. Las mujeres eran pagadas por onza de leche por lo que organizaciones como UNICEF habían denunciado que la empresa promovía que se abandonara la lactancia para poder vender la mayor cantidad posible de leche. “Los bancos de leche materna no deben operar con la explotación de mujeres y niños camboyanos pobres y vulnerables sólo por motivos comerciales”, asegura Debora Comini, representante de UNICEF en Camboya, organización que ha aplaudido la prohibición del gobierno. “La leche materna debe ser considerada un tejido humano, como la sangre, y su comercialización en Camboya no puede ser apoyada”, continúa Comini. Según la representante de UNICEF, aunque los programas de leche materna estén dirigidos a ayudar a niños en riesgo de malnutrición y no con objetivos comerciales, “deben ser gestionados de forma correcta para que la capacidad de la madre para alimentar a su propio hijo no se vea afectada”.La empresa ha asegurado en entrevistas a varios medios internacionales que sus prácticas son seguras y que no se están aprovechando de la necesidad de las madres camboyanas. “No se lo estamos quitando a esos niños”, aseguró Ryan Newell, uno de los cofundadores de la empresa, a The Guardian. “Sólo estamos tomando el extra que esas madres estarían perdiendo si dejaran de dar el pecho a sus hijos”, continuaba Newell. La empresa recibía las donaciones de unas 30 mujeres que, según Newell, cobraban “de dos a tres veces” lo que ganarían en cualquier otro sitio.
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La lactancia materna ha sido un asunto polémico durante décadas en países en vías de desarrollo como Camboya, donde marcas internacionales han desplegado agresivas campañas para convencer a las madres de que las fórmulas de leche infantil eran más seguras que la leche materna. Así, la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses se ha reducido en Camboya del 75 por ciento en 2010 al 65 por ciento en 2014, algo que ha contribuido al incremento de la malnutrición infantil en el país, según UNICEF. La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna de forma exclusiva durante los primeros seis meses de vida del niño y como complementaria, al menos cinco veces al día, entre los seis meses y los dos años.
La leche materna no ha sido la única polémica relacionada con la maternidad que se ha vivido en el país durante los últimos meses. El pasado mes de noviembre el gobierno también prohibió la maternidad subrogada que estaba empezando a florecer en el país, después de que su vecino, Tailandia, la hubiera vetado meses antes.
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“Existe una amplia población
pobre que funciona como proveedora de una pequeña élite rica. El centro
de la cuestión se encuentra en aquello que se ‘importa’ o compra:
fluidos, tejidos y criaturas procedentes del cuerpo de la mujer”. 27 Junio 2017 Cristina Fallarás
http://www.lamarea.com/2017/06/27/vientres-alquiler-proveedoras-hijos-fluidos-la-elite/
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