El PNV pregunta a Zoido en el Congreso por la investigación de un atentado con cuatro muertos de la que no hay rastro en los archivos de Interior
El pueblo de Alonsotegi señala a la policía de la época en una acción indiscriminada contra un bar vinculado a la formación jeltzale
El jefe de las pesquisas fue José Amedo, condenado por terrorismo de Estado: “Me ordenaron que paralizara las investigaciones”
Pedro Águeda - 05/02/2018 - http://www.eldiario.es/politica/Atentado-Bar-Aldana-comando-policial_0_737027168.html
Javier reparó en el coche de la
Policía Nacional aparcado a unos metros del bar Aldana, casi en frente.
Acababa de producirse la explosión y era imposible que le hubiera dado
tiempo a llegar tras ella. Tenía que estar allí antes del instante que
giró para siempre la vida de los vecinos de Alonsotegi aquel sábado de
enero. Dentro de ese coche con distintivos policiales había dos
personas. En ningún momento se bajaron. Entre cascotes y restos humanos,
el vehículo aceleró, dejando atrás el entonces barrio de Barakaldo y
extendiendo sobre él un manto de silencio e impunidad que abarca ya 38
años.
El 20 de enero de 1980, minutos antes de la una
de la madrugada, una bomba con 6 kilos de Goma-2 estalló en la puerta
del bar de Garbi, como lo conocían los vecinos por el nombre de su
dueña, una activa militante del PNV. Cuatro personas fallecieron a
consecuencia de las heridas de una bomba que, por su ubicación -la
puerta del local-, el momento en el que estalló y los efectos provocados
-obligó a derribar la construcción-, estaba destinada a causar una
masacre. El Estatuto de Autonomía había sido aprobado el año anterior y
quedaban tan solo seis semanas para las primeras elecciones autonómicas
en Euskadi.
Testimonios como el de Javier Hurtado de Saratxo aparecen en el documental “Aldana 1980. Explosión de Silencio”
con el que EiTB recuperó una historia apenas conocida. Este miércoles,
el portavoz de Interior del Grupo Vasco en el Congreso, Mikel Legarda,
repetirá la pregunta que los vecinos de Alonsotegi se vienen haciendo
desde hace casi cuatro décadas: "¿Quién puso la bomba?" Y el ministro
del Interior, Juan Ignacio Zoido, responderá lo que ya saben, que no hay
rastro de la investigación en los archivos del Ministerio del Interior.
“Lo que querían era castigar al barrio de Alonsotegi y a Barakaldo. Era
el pueblo más grande que había en España por el número de habitantes,
con una pila de gente venida de todos los sitios, más de un 70%. Sin
embargo, Barakaldo sacó alcalde nacionalista porque en sitios como
Alonsotegi se votó al PNV. Vamos a darles un escarmiento, a ver qué se han pensado,
dirían. Fueron a acribillar, pero no tuvieron más fortuna que matar a
cuatro”. Quien así habla a eldiario.es cuatro décadas después es Iñaki
Arana, de 27 años en el momento del atentado e hijo de Liborio Arana
Gómez, el vaquero que estaba junto al paquete en el momento de la
explosión y una de las cuatro víctimas mortales. "Yo estoy seguro de que
fue la Policía. Lo tengo clarísimo. Sin ninguna duda", sentencia Arana.
A diferencia de otros atentados de la denominada la ‘guerra sucia’ o la
extrema derecha, el bar Aldana no era un lugar de encuentro de la
izquierda abertzale, menos aún de supuestos miembros de ETA. Tampoco eso
sirvió para que las Fuerzas de Seguridad de la época, herederas
recientes del franquismo, hicieran algo por esclarecer el crimen. Los
familiares de las víctimas recuerdan perfectamente quién se presentó
allí al frente de la supuesta investigación, el subcomisario José Amedo,
jefe del Servicio de Información de la Policía en Euskadi, como detalla este artículo de 2016 en eldiarionorte.es.
No pasó mucho tiempo y el juzgado número 4 de Bilbao archivó la causa
por el atentado. ¿Hubo siquiera investigación? ¿Apareció alguna pista?
El abogado Txema Montero relata en el documental de la EiTB cómo puso en
conocimiento de las autoridades una pista “fiable” que apuntaba a dos
miembros de la misma comisaría de Barakaldo. De nada sirvió.
José Amedo, condenado a 120 años de cárcel por actos de terrorismo de
Estado cometidos con posterioridad, habla por primera vez de la
investigación del atentado en el Aldana. “Después de las primeras
informaciones que yo había aportado, fue el entonces jefe superior de
Policía, (Carlos) Santos Anechina, quien me ordenó que paralizase las
investigaciones. Desde Madrid le habían sugerido que no se diese más
publicidad a aquello”, asegura Amedo. A Santos Anechina, una figura
recurrente en las denuncias por tortura durante el franquismo, es
imposible preguntarle. No puede rebatir la versión de Amedo porque murió
hace tiempo.
El Gobierno responde: "No existe informe"
El 3 de marzo de 2015, el Gobierno contestaba a una pregunta escrita de
Aitor Esteban sobre el atentado contra el bar Aldana. "Una vez
consultados los archivos policiales, no existe informe que aporte datos
relativos al esclarecimiento de los hechos", recoge el escrito. Fuentes
del Ministerio del Interior confirman que nada ha cambiado desde
entonces. No hay rastro de una investigación.
Amedo
tiene su propia versión sobre el posible motivo de la desaparición
del informe policial. "Poco antes de la llegada al poder en el año 82
del PSOE, desde el Ministerio del Interior se ordenó a todas las
comisarías de España expurgar todos los archivos policiales, eliminando
informes de carácter político o materias sensibles. A los juzgados
posiblemente sólo llegaron unas diligencias rutinarias en las que se
daban por concluidas las investigaciones sobre aquel atentado por
desconocerse los autores del mismo", afirma el expolicía.
Pero, ¿encontró Amedo alguna pista que corrobore la sospecha de
víctimas y otros vecinos? "Mire, que yo recuerde, las investigaciones
que practiqué daban lugar a pensar que tras el atentado asomaba la mano
de los aparatos del Estado. Y por ese motivo se ordenaron paralizar por
el Ministerio del Interior. De todas formas nunca se llegó a tener
pruebas efectivas de que eso fuese así", asegura Amedo, quien hoy dice
renegar de haber participado en la 'guerra sucia'.
Los familiares de las víctimas no guardan un buen
recuerdo del policía, del que aseguran más que recabar datos practicó
interrogatorios para sacar información de la gente del pueblo. Amedo lo
niega y asegura que solo quería "esclarecer" los hechos.
Peor parados aún salen los policías que acudieron en primer lugar. "El
dueño del bar, José Ángel, les acusó de que entraron ahí y no
aparecieron ni los cambios. Mi padre era el típico aldeano que siempre
tenía en la cartera como mínimo 60.000 pesetas de la época, las manías
de cada uno, y a nosotros nos entregaron una cartera a cero. Cuando se
lo reprochó José Ángel de que se habían llevado el dinero, le sacaron la
pistola", rememora el hijo de Liborio Arana.
El
Diario Vasco recibió días después una reivindicación del atentado de
unos denominados Grupos Armados Españoles (GAE). Su historial suma seis
asesinatos, los cuatro del Aldana más un concejal independiente que
había concurrido por Herri Batasuna en San Sebastián, el año anterior, y
el un miembro de Gestoras Pro Amnistía en Lezo, cinco días antes de la
bomba en Alonsotegi.
24 atentados de la extrema derecha sin una sola pista
El Gobierno vasco contabiliza un total de 67 asesinatos de la extrema
derecha entre el Batallón Vasco Español (BVE), la Triple A y el GAE, a
los que hay que añadir 27 de los GAL. De ellos, solo 18 cuentan con una
sentencia de los tribunales. En cuanto a los atentados de ETA, Vitoria
cifra en 197 los asesinatos sin esclarecer. "Son casi todos de los años
setenta u ochenta. Apenas había información y la mayoría fueron
sobreseídos por los tribunales. El caso del bar Aldana es uno de los 24
atentados de la extrema derecha los que no hay un solo dato", afirma
Monika Hernando, la directora general de Víctimas y Derechos Humanos del
Gobierno vasco.
Ante el muro infranqueable de la
impunidad que provoca la falta de información, los casos amnistiados o
los que están prescritos, Hernando apuesta por "poner un poco de luz en
la verdad de lo sucedido, que se conozcan los hechos en la medida de lo
posible y que las víctimas tengan ese reconocimiento moral de que no
fueron bien atendidas y que se sientan acompañadas".
Es lo que se buscó en Alonsotegi en 2016 con la ofrenda floral ante un
moral en el lugar donde una vez estuvo el bar de Garbi. Entre los
participantes, el lehendakari, Iñigo Urkullu, un chaval del barrio de
Alonsotegi en aquel 1980 que corrió a ayudar y buscó supervivientes
entre los escombros.
Hace una década, el Ministerio
del Interior reconoció como víctimas del terrorismo y pagó la
indemnización correspondiente a Liborio Arana y a las otras tres
víctimas mortales, la pareja treinteañera formada por Pacífico Fika
Zuloaga y María Paz Armiño, y Manuel Santacoloma Velasco, de 57 años.
El hijo de Arana, Iñaki, rememora cómo la familia salió a buscar "los
trozos del aita" con la primera luz del día y cómo tuvieron que
encararse con la brigada de limpieza para que les dieran tiempo. Al poco
dejó la vaquería familiar en manos de sus hermanos e intentó buscar las
respuestas que la Policía española no le daba alistándose en los
Berrozi, la primera policía vasca de la democracia que luego se
convertiría en la Ertzaintza. Hoy jubilado, satisfecho de una vida en la
Policía autonómica, recuerda aquello como un gesto casi ingenuo porque
les dedicaron a labores de escolta.
Iñaki Arana nunca
le contó a sus hijos cómo murió el abuelo "para no crearles un odio".
"En casa no le hemos hablado. Jamás le hemos dicho nada de eso. Ahora
saben un poquito más. Hay cosas que hemos dicho en el documental que ni
sabían. Yo dejé a mi padre allí en el bar aquel día”, explica. Y
recuerda cómo a las llamadas que la dueña del Aldana siguió recibiendo
con amenazas de la extrema derecha durante años se suman las que a su
madre, por escrito, le llegaban de la “izquierda radical” por haber
decidido él hacerse ertzaina.
El ministro del
Interior, Juan Ignacio Zoido, recuerda casi a diario los aniversarios de
las víctimas de ETA en su cuenta de Twitter. A veces, incluye alguna de
los grupos de extrema derecha. El 20 de enero pasado no hubo mención
alguna a Liborio, Pacífico, María Paz y Manuel.
................................
OTRA COSA: El Estado se dispone a eliminar todo aquello que huela a disidencia.
OTRA COSA: El Estado se dispone a eliminar todo aquello que huela a disidencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario