Acusa a la dirección provincial y regional de concebir el partido como el "cortijo de unos pocos"
El exconcejal del Partido Popular de Puertollano, Joaquín García‑Cuevas | Archivo
CIUDAD REAL.- El PP de Puertollano se encuentra "fracturado" y "a la deriva", convertido en el "cortijo"
de unos pocos que mueven los hilos a su antojo, en el que la hipocresía
y la falta de libertad están a la orden del día. Esta es la estampa que
de la formación ofrece el que ha sido hasta ahora uno de sus concejales
en el Ayuntamiento puertollanero, Joaquín García-Cuevas, tras dejar el Grupo Municipal Popular y pasar como concejal 'no adscrito'.
Un García-Cuevas que ahora se expresa así, "con libertad, sinceridad y transparencia" al no estar ya "bajo la disciplina de un partido". Y aunque valora que haya que "guardar las formas", esto no justifica que por ello se deban "sesgar las aspiraciones" de aquellos que quieren ejercer su derecho en el cumplimiento de los estatutos de su partido.
Reconoce que no es fácil mantener silencio ante "una provocación política" de aquellos a quienes tanto esfuerzo se les ha dedicado, aunque tiene presente que "si te mueves no sales en la foto", pero ahora ya fuera de esa mordaza, al haber pedido también su baja en el partido, rompe ese silencio.
Así, junto a unos estatutos "que no se cumplen" y una libertad "que no existe", García-Cuevas se atreve a denunciar la "persecución" que existe en el PP y que "solo responde a la sinrazón de unos pocos". Aquellos que "se creen con el derecho de opinar de los demás sin el menor respeto y delicadeza política, sin conocer la esencia de la verdad en defensa de los propios ciudadanos y pueblos", pero que sin embargo "se creen con la autoridad de criticar a unos y a otros, de ningunear al que se les antoje".
Para el ya exedil del PP, ese "guardar las formas" que se ha venido haciendo para que la imagen de los partidos políticos quede "indemne" de las críticas ajenas, hace que se asuma el fracaso "sin responsabilidad" y que haya quien se aferre al poder orgánico del partido por cuestiones partidistas, "como si de una enredadera trepadora se tratara", y no por la defensa de las siglas políticas.
En este punto, rechaza que haya dirigentes provinciales y regionales "apaga fuegos", los cuales creen tener el derecho de opinar de quienes hacen una política "mucho más humilde y sincera", algo que ellos "no conocen ni han querido conocer", apostilla.
Por ello, cuando hay quien olvida que un partido político debe ser un instrumento de cambio social, de participación de los ciudadanos en la vida pública, "pasa lo que pasa", que el partido acaba "como un cortijo de unos pocos políticos", aquellos que "llevan tantos años moviendo sus hilos a su antojo".
Políticos a los que la militancia "no importa", buscándola únicamente cuando hay que ayudar en campaña y movilizar voto, algo que termina venciendo la paciencia de los militantes, "cansados de que les tomen el pelo una y otra vez".
Y es que, advierte García-Cuevas, si no se escucha a la militancia, a los ciudadanos, lo que queda son los "personalismos" y con ellos "no se construye un futuro sólido de nada".
LA "DEJADEZ" DE LAS CÚPULAS DEL PP
Cuestiones todas ellas que quedan plasmadas en la decisión de mantener la gestora en el PP de Puertollano, en lugar de permitir que los afiliados elijan a su líder en un congreso local. Algo que para Joaquín García-Cuevas es "ofensivo", puesto que se impide el uso de la libertad de opinión y de participación de muchos afiliados, imponiéndoles "lo que deciden aquellos que caprichosamente solo demuestran el desinterés de un partido local abocado al fracaso por la dejadez de algunos dirigentes provinciales y regionales".
Recuerda García-Cuevas que son muchos quienes han terminado marchándose del partido, pero advierte que "aún serán más los que se marchen". Todo ello fruto de la "mala gestión", del "trato dispensado" y de la falta de sensibilidad.
Y es que, subraya, el cambio político comienza "desde la humildad, la honradez y la honestidad", nunca desde "el interés personal y la hipocresía" que lleva a quienes se contagian por la ambición de responsables provinciales y regionales, a hacerse "cómplices" de esa situación. Aquellos que, utilizando la política de forma hipócrita y sin mesura, "siguen haciendo el avestruz", reprocha el exconcejal del PP.
Está convencido de que "renunciar a ser útil a quien lo necesita es un delito y ceder el paso a los indignos es cobardía", de ahí que se haya decidido a dar el paso y abandonar el Grupo Municipal Popular, pasando a la condición de concejal no adscrito, algo que ha abierto una grave herida en el seno de los conservadores puertollanenses, cuyos dirigentes dicen que la decisión de García-Cuevas responde a "intereses personales" y le piden que renuncie a su acta de concejal.
Un García-Cuevas que ahora se expresa así, "con libertad, sinceridad y transparencia" al no estar ya "bajo la disciplina de un partido". Y aunque valora que haya que "guardar las formas", esto no justifica que por ello se deban "sesgar las aspiraciones" de aquellos que quieren ejercer su derecho en el cumplimiento de los estatutos de su partido.
Reconoce que no es fácil mantener silencio ante "una provocación política" de aquellos a quienes tanto esfuerzo se les ha dedicado, aunque tiene presente que "si te mueves no sales en la foto", pero ahora ya fuera de esa mordaza, al haber pedido también su baja en el partido, rompe ese silencio.
Así, junto a unos estatutos "que no se cumplen" y una libertad "que no existe", García-Cuevas se atreve a denunciar la "persecución" que existe en el PP y que "solo responde a la sinrazón de unos pocos". Aquellos que "se creen con el derecho de opinar de los demás sin el menor respeto y delicadeza política, sin conocer la esencia de la verdad en defensa de los propios ciudadanos y pueblos", pero que sin embargo "se creen con la autoridad de criticar a unos y a otros, de ningunear al que se les antoje".
Para el ya exedil del PP, ese "guardar las formas" que se ha venido haciendo para que la imagen de los partidos políticos quede "indemne" de las críticas ajenas, hace que se asuma el fracaso "sin responsabilidad" y que haya quien se aferre al poder orgánico del partido por cuestiones partidistas, "como si de una enredadera trepadora se tratara", y no por la defensa de las siglas políticas.
En este punto, rechaza que haya dirigentes provinciales y regionales "apaga fuegos", los cuales creen tener el derecho de opinar de quienes hacen una política "mucho más humilde y sincera", algo que ellos "no conocen ni han querido conocer", apostilla.
Por ello, cuando hay quien olvida que un partido político debe ser un instrumento de cambio social, de participación de los ciudadanos en la vida pública, "pasa lo que pasa", que el partido acaba "como un cortijo de unos pocos políticos", aquellos que "llevan tantos años moviendo sus hilos a su antojo".
Políticos a los que la militancia "no importa", buscándola únicamente cuando hay que ayudar en campaña y movilizar voto, algo que termina venciendo la paciencia de los militantes, "cansados de que les tomen el pelo una y otra vez".
Y es que, advierte García-Cuevas, si no se escucha a la militancia, a los ciudadanos, lo que queda son los "personalismos" y con ellos "no se construye un futuro sólido de nada".
LA "DEJADEZ" DE LAS CÚPULAS DEL PP
Cuestiones todas ellas que quedan plasmadas en la decisión de mantener la gestora en el PP de Puertollano, en lugar de permitir que los afiliados elijan a su líder en un congreso local. Algo que para Joaquín García-Cuevas es "ofensivo", puesto que se impide el uso de la libertad de opinión y de participación de muchos afiliados, imponiéndoles "lo que deciden aquellos que caprichosamente solo demuestran el desinterés de un partido local abocado al fracaso por la dejadez de algunos dirigentes provinciales y regionales".
Recuerda García-Cuevas que son muchos quienes han terminado marchándose del partido, pero advierte que "aún serán más los que se marchen". Todo ello fruto de la "mala gestión", del "trato dispensado" y de la falta de sensibilidad.
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