jueves, 2 de agosto de 2018

El nuevo Gobierno italiano impulsa al movimiento antivacunas con su desconfianza en la inmunización

Fernando Broncano R
·El movimiento antivacunas es un caso ejemplar de fractura en la sociedad del conocimiento. El patrón es el siguiente (Wikipedia tiene un excelente artículo sobre el movimiento antivacunas): aparece algún artículo en el que un investigador establece alguna correlación entre algún componente de una vacuna o la convergencia de varias vacunas y una potencial consecuencia secundaria dañina. Las redes amplifican la noticia y se convierte en correlación causal. Baja la confianza en el sistema bajo el impulso de teorías de la conspiración más o menos fundadas sobre los beneficios de las farmacéuticas. Una parte estadísticamente relevante de la población renuncia a vacunar a sus hijos. Se crea un movimiento positivo contra-vacunación. Se crea así un nuevo sistema de conocimiento sin los controles del conocimiento científico, aunque depreda y se apoya en algunos resultados del sistema científico (nunca sopesando la evidencia a través de controles programados). El resultado es la pérdida de efectividad de las vacunas, que necesitan de la confianza masiva de la población para erradicar enfermedades. Aunque suene apocalíptico, el movimiento antivacunas es uno de los signos del fin de la ciencia tal como la conocemos y su sustitución por un sistema heterogéneo de posverdades socialmente construidas. No es extraño que el gobierno italiano apoye el movimiento.

La ministra de Sanidad anula la obligación de los padres de demostrar en los colegios públicos que sus hijos están vacunados
"Desgraciadamente, es un hecho que Italia tiene una cobertura contra el sarampión similar a la de Namibia", dice un profesor de Microbiología

No hay comentarios:

Publicar un comentario