Fernando Broncano R 30/10/20
No sé si conocen qué es El Casino de Madrid: es el lugar de encuentro de la alta burguesía. Solo se puede participar pagando una cantidad anual obscena que se permiten los grandes patrimonios o algunos esnobs arribistas al poder con pretensiones. Es el lugar de las élites reales, las que viven en La Finca, en La Moraleja y en los múltiples apartamentos y fincas repartidos por el mundo para pasar tiempos de ocio. Y está la prensa formadora de opinión (qué otra cosa hace si no ahora la prensa cuando no quiere poner fondos para investigar lo que habría que investigar o informar de lo que no se informa). Y está el momento, en que la segunda ola impone todo tipo de restricciones que dejan un estado de confrontación generacional y de polaridad entre la indignación y la depresión. Todo ello nos da una pista sobre el significado de este acto: "todo va bien entre nosotros", "podemos darnos unos a otros premios y palmadas en la espalda", "cuando esto acabe, el país estará más barato y podremos comprarlo a menor precio, al fin y al cabo una crisis es una oportunidad sin límites".
+ https://www.diariodelaire.com/ Félix Población 28 octubre 2020
LOS CAMAREROS DE LA CENA DE "EL ESPAÑOL"
El diario se llama El Español y el otro día cumplía un lustro, por lo que don Pedro el de la Jota se pasó por alto las prevenciones sanitarias de obligado cumplimiento y montó una cena-festejo político mediático a la que acudieron algunos ministros, diputados, potentados empresarios y financieros, militares de alto mando y profesionales de la información.
Hemos leído que a la convocatoria asistieron 150 personas, aunque Ramírez lo ha desmentido afirmando que no pasaron de 80, con el aforo reducido según las ordenanzas. Claro que la palabra de Pedro el de la Jota tiene muy escaso valor, sobre todo si advertimos en las imágenes del evento la inexistencia de distancia de seguridad entre los comensales y el despojo de mascarillas del que hacen pública ostentación.
Todos los asistentes eran conscientes -haciendo aún más grave su presencia- de que un acto de esa naturaleza iba a contar con la presencia de cámaras de televisión y fotógrafos que dejarían constancia del mismo y de quienes han representado ante un país sumido en un estado de alarma en el que fallecen más de 200 personas al día otro episodio esperpéntico deplorable de la vida nacional.
La sola organización del evento en estas circunstancias es ya de por sí censurable y deja al diario que la promociona en muy mal lugar. Al Gobierno y al líder de la oposición también les afecta haber acudido a la cena. Muy de lamentar, sobre todo, la presencia del ministro de Sanidad, por breve que fuera su estancia, pues por su cargo y la dignidad con la que lo ha llevado hasta ahora nunca lo hubiera imaginado en una reunión así.
Los únicos que nos representan en esa bochornosa cena, a la que no acudió ni un solo representante de Unidas Podemos, son los camareros, tal como apunta mi estimado Justo Braga y podemos apreciar en la fotografía.
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OTRA COSA: Cocinar nos hizo humanos, pero las especias nos mantuvieron a salvo
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