"Se va en sueños. Sin darse cuenta de nada. Son momentos de mucha emoción, porque muere rodeado del amor de sus seres queridos, no en la soledad de una residencia o un hospital. No diría que hay felicidad, pero sí alivio al ver que su enfermo, que estaba sufriendo un martirio, se va tranquilamente", relata Adriàn Conesa, nacido en Badalona y médico en Bélgica que ha ayudado a morir a una veintena de personas durante su vida profesional.
“Quienes piden la eutanasia tienen una idea de la libertad y la autonomía muy marcada. Son gente muy digna. No quieren ser dependientes. Quieren vivir y morir como ellos deciden”, defiende en una entrevista interesantísima en El País
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OTRA COSA: Poema: Estoy cansado, de Antonio Gamoneda
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