viernes, 29 de enero de 2021

2020, el año que nos puso ante el espejo de nuestras propias lagunas

 

  28 DICIEMBRE 2020    Miriam Leirós    ELASOMBRARIO.COM  

"Estamos hablando de la salud de la humanidad cuando hablamos del cambio climático y del origen de las pandemias. La salud de la humanidad y la de los ecosistemas están estrechamente vinculadas"

En el tramo final de este 2020 que nos ha puesto al borde del abismo, ‘El Asombrario’ ha querido repasarlo juntando a Miriam C. Leirós, representante de Teachers for Future España, y el biólogo Fernando Valladares, uno de los científicos más brillantes en explicar la relación entre pandemias, crisis climática y deterioro de la biodiversidad. Porque la encrucijada ambiental planetaria es el gran reto que tenemos planteado ahora y en los próximos años.

2020, el año que nos puso ante el espejo de nuestras propias lagunas

El año ha sido convulso y hemos tenido que incorporar muchos cambios urgentes a nuestras vidas adaptándonos a la nueva situación. ¿Qué medidas urgentes tomarías ahora mismo, Fernando?

Llevamos 30 años sobrevalorando la globalidad, la importancia de alcanzar acuerdos globales, desde la Cumbre de Río de 1972, pero la especie humana aún no está bien adaptada para alcanzar una gobernanza global. De hecho, con la pandemia vemos que somos bastante mediocres en gobernanzas nacionales e incluso regionales. Se nos han ido tres décadas cruciales, con avances muy modestos en protección y conservación de la naturaleza y en mitigación del cambio climático. Ahora nos estamos dando cuenta, otra vez, de la importancia de lo local, que es donde realmente sabemos movernos. Y tenemos que avanzar en la coordinación de lo local para que alcancemos respuestas globales. No digo abandonar cumbres planetarias del clima o de la biodiversidad, ni estrategias ni acuerdos internacionales. Son imprescindibles. Pero son insuficientes y van demasiado despacio. Digo que hay que moverse a más ritmo, y esa velocidad mayor hoy por hoy solo podemos alcanzarla en agendas locales. Coordinadas, pero locales. Por ahí irían mis medidas urgentes. Por coordinar lo que ya se hace a nivel local. Por sacar partido y por poner en el punto de mira de la motivación la acción local. Por sentirnos todos más útiles en esta batalla global contra enemigos que hemos creado nosotros, pero que no vemos hasta que nos golpean en forma de pandemias, huracanes o mares repletos de plásticos.

Más allá de tu trabajo como científico o profesor en la Universidad, has comenzado una labor de comunicación muy necesaria. A menudo entender la ciencia o informes muy técnicos resulta una labor ardua para la ciudadanía en general que puede llevar al desinterés por el sobreesfuerzo que requiere. Tú te has implicado mucho en este sentido tratando de simplificar el lenguaje, buscando metáforas y analogías como la que empleas en el vídeo ‘Cambio climático, la otra pandemia. Diapositivas narradas’, en el que te refieres el sistema circulatorio del cuerpo humano para hacernos entender las teleconexiones; en ese vídeo incluso enseñas a interpretar los datos de los informes del IPCC. Yo pienso que esta forma de comunicación realiza una gran labor para llegar a la masa social y concienciar, y evocas el “derecho a ser parte del cambio”, pero ¿cuánto peso recae en la sociedad general para que se produzca el cambio?, ¿qué vías de ayudar tenemos la sociedad?

La verdad es que me encanta el desafío de darle vueltas a las cosas para contarlas de otra forma, más intuitiva, más didactica, más breve… Me desayuno cada día con un artículo científico o dos que me llevan un rato desmenuzar, desmontar, elegir las piezas esenciales, buscar nuevas palabras y reconstruirlos en un tuit o en una infografía para Instagram. Me obliga a entenderlo muy bien y me desafía a la hora de la economía de términos y conceptos. Quiero pensar que todo el mundo disfruta entendiendo las cosas. Y si se lo ponemos fácil a la gente para que entienda bien los problemas que subyacen a las crisis que sufrimos, logramos que disfruten aprendiendo, pero también les damos herramientas para ser parte del cambio. ¡Un auténtico dos en uno! (...)

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