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Fernando Broncano R 12 de mayo de 2021
Quienes vieron la película de Ken Loach "Sorry We Missed You" (2019) recordarán probablemente la historia de aquel trabajador que, deseando mejorar, compra a plazos una furgoneta y se integra en una empresa de reparto que le ofrece viajes controlados por una plataforma digital. Aquella historia se ha multiplicado en los últimos tres años al compás de la extensión de este nuevo gremio del transporte diario en múltiples vehículos, desde bicicletas a furgonetas. La ley del Gobierno sobre falsos autónomos prevé la creación de una comisión de buenas prácticas en el uso de los algoritmos para evitar las peores lacras de la explotación del trabajo controlado por algoritmos y Joan Coscubiela comenta que sorprende que sea el ámbito laboral el primero en el que se comienza a pensar en regular estos mecanismos de control.
Ciertamente, las comisiones sobre buenas prácticas no son más que remedios en primera instancia para una transformación radical de las formas de trabajo y en general de vida bajo las condiciones de la sociedad digital, pero bienvenidas sean. En otros ámbitos laborales en los que se ha olvidado ya aquello que se llamaba horario de trabajo, y en los que los correos con tareas urgentes te llegan los fines de semana, a las doce de la noche y así, quedan aún océanos (no lagunas) de defensa de los trabajadores. Tiempos aquellos en los que había sindicatos de clase que elevaban algunas defensas y obstáculos a la explotación. Ahora tenemos comisiones de buenas prácticas.
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