Diario Público - Memoria Pública
En este sentido, también el recuerdo de la abogada y maestra navarra Julia Álvarez porta virtudes imprescindibles en épocas bien peligrosas y así nos lo hace saber Isabel Lizarraga gracias a otro libro de actualidad: ¡Que venga la Julia!, biografía novelada en la que el espíritu de la villafranquesa acompaña al lector tras la senda del Frente Popular y otras organizaciones similares en tiempos necesitados de esperanza. La esperanza en una sociedad más justa que movía a estas y otras mujeres, realmente inolvidables y no siempre reconocidas en su justa medida.
La vizcaína de Gallarta vivió “los primeros días de la Segunda República en Somorrostro, donde su marido entra como concejal comunista en el Ayuntamiento, convirtiéndose en uno de los pocos ediles del partido en toda España”. Como puede suponerse, la cosa se las traía: “El PCE era en 1932 un partido abiertamente antirrepublicano que abogaba por una revolución obrera y campesina que superase la República del 14 de abril e implantase en España una Unión de Repúblicas Socialistas Ibéricas. Consecuentemente, las autoridades gubernamentales vigilarían estrechamente las actividades del partido (…)”
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