EDUARDO BAYONA
“Los datos son escalofriantes y confirman la tendencia: las granjas de menor
capacidad están condenadas a la extinción y las grandes o muy grandes, las
de los grupos 2 y 3, son las únicas que crecen, lo que visibiliza claramente
el proceso de intensificación” de la ganadería del porcino, explica Luir Ferreirim,
responsable de Agricultura de Greenpeace.
Los datos a los que se refiere son los que expone el Ministerio de Agricultura
en sus “Indicadores económicos del sector porcino 2018”, que exponen de una
manera gráfica cómo el proceso de industrialización del ramo está llevándose
por delante el tradicional modelo de explotaciones familiares al mismo
tiempo que, año tras año, bate sus récords de producción y se consolida entre
los primeros del mundo.
“El sector ha experimentado una considerable reestructuración durante los
últimos años, con un notable descenso en el número total de granjas durante
los últimos 12 años” que, en realidad, explica el documento, “se ha limitado
a las explotaciones más pequeñas” con el cierre de “cerca de un 47% en el
caso de las explotaciones reducidas y en torno a un 25% en el caso de las
explotaciones del grupo 1”; es decir, las de menos de mil animales de engorde
y las pequeñas de cría, que son las que tradicionalmente han centrado la
actividad ganadera familiar.
Las primeras pasaron entre 2006 y 2018 de 32.710 a 17.346 mientras las
segundas caían de 24.311 a 18.258, lo que supone un descenso conjunto
de 21.417, el 37,5% del total, más de una de cada tres (...)
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OTRA COSA: Garzón dijo Ganadería Extensiva Sí, Ganadería Intensiva No + PERRODISMO, de Pelayo Martín
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