Rosana Pérez es la titular y una de las dos trabajadoras de la empresa avícola
La Granja de la Abuela Pilar, en Casas de Ves. Hace casi seis años, esta
titulada en Humanidades rompió con su vida anterior, se volvió al pueblo
con su hija y montó con la ayuda de su hermana -la otra trabajadora de la
empresa- una pequeña explotación avícola con 1.600 gallinas a las que
conoce por su nombre, una a una.
«Somos el prototipo de esas explotaciones rurales llevadas por gente joven,
de las que tanto hablan los políticos cuando se refieren a la despoblación
-señalaba recientemente a La Tribuna- y hace una semana la Junta de
Comunidades por fin nos escribió, pero no para felicitarnos, interesarse
por nosotras o darnos una ayuda, sino para sancionarnos».
Para ser exactos, la sanción impuesta por la Administración autonómica es de
5.400 euros, que de acuerdo al acta se le imponen por defectos en el etiquetado
de los huevos, de acuerdo al acta de una inspección que tuvo lugar en su
explotación el pasado mes de junio. Una inspección y unos defectos que ella
no niega, en absoluto. Lo que sí critica son las formas y, sobre todo, el
procedimiento seguido para imponer la multa, a su juicio poco correcto.
«La sanción se impone por tres motivos: primero, porque en lugar de poner
'consumir preferentemente antes del' pongo 'consumir preferentemente antes
de', esto es, por una letra», indica la afectada, «segundo, porque en el
etiquetado del producto no se indica el peso mínimo y tercero, porque incluyo
la frase 'alimentación basada en cereales' cuando según el acta debería contar
con una autorización para ello».
Páez expresa su estupor «porque he pasado numerosas inspecciones desde que
puse en marcha la granja sin un solo problema y porque entiendo que cuando
cometes algún tipo de falta la Administración debería darte alguna clase de
apercibimiento o la posibilidad de presentar alegaciones, pero no ha habido
nada de eso, solo una inspección y una multa» (...)
Vivimos cada vez más en un mundo de ciudades. Las gentes de los pueblos del interior, en cualquier comarca, se desplazan hacia otros pueblos mayores y hacia ciudades, grandes o pequeñas, da igual, pero se resisten a quedarse. Estamos construyendo un mundo de ciudades. Todo lo demás es paisaje. El campo ya casi […] |
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