martes, 5 de abril de 2022

Pasolini, el ojo implacable de un temperamento intempestivo, de Rafael Narbona

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Clarividente y demoledor, exigente e insobornable, Pier Paolo Pasolini hubiese cumplido 100 años el 5 de marzo. Reputado como cineasta, destacó al mismo nivel en una abundante obra literaria en la que no faltaron la novela ni la poesía. Rafael Narbona recorre su peripecia existencial


No parece casual que Pier Paolo Pasolini haya filmado la mejor película sobre Jesús de Nazaret. Pese a ser comunista, homosexual y ateo, comprendió perfectamente al joven que se enfrentó a los poderes terrenales de su tiempo. Pasolini nunca pretendió imitar a Cristo, pero sí asumió el papel de ojo incómodo que saca a la luz las contradicciones de su época.

Aficionado a buscar chaperos en los barrios bajos con su Alfa Romeo plateado, murió brutalmente apaleado en una playa de Ostia la noche del dos de noviembre de 1975. Su asesino, un ratero adolescente que se prostituía de forma ocasional, afirmó después de diez años de reclusión que solo había sido el peón de un plan concebido por la Mafia, la Curia Romana y la Democracia Cristiana.

Nada acredita esa teoría, pero indudablemente Pasolini era un personaje molesto. Sus opiniones, que le enemistaron con intelectuales, políticos y artistas, siempre fueron sumamente polémicas. Su desordenada e incorrectísima vida sexual, que incluía encuentros con menores, no le impidió afirmar que la promiscuidad era tan indigna como un atentado terrorista.

Feroz opositor del estalinismo, elogió el regreso al mundo rural promovido por la Revolución Cultural de Mao. Nunca ocultó su odio al progreso y la economía de mercado. Les acusaba de haber destruido los valores tradicionales, provocando que los chicos se dejaran el pelo largo y las mujeres se olvidaran de la castidad.

Indignando a Alberto Moravia y Natalia Ginzburg, declaró que el aborto era un “crimen legalizado” y exaltó el coito como un acto trascendente que abría las puertas de la vida. Algunos le consideraban un profeta; otros, un payaso y un oportunista. Eso sí, todos se sintieron estimulados por su temperamento intempestivo.

Pier Paolo Pasolini nació en Bolonia un 5 de marzo de 1922. Hijo de un teniente del ejército y una maestra, creció en la región del Véneto. Su padre fue arrestado por deudas de juego y fue el primero en identificar y retener al joven anarquista Anteo Zamboni, instantes después de que disparara sobre Mussolini. Zamboni, de quince años, fue apuñalado, tiroteado y estrangulado por un grupo de fascistas. Su horrible muerte parece un signo del destino, pues contiene el mismo espanto que se abatiría más tarde sobre el cineasta.

Influido por Rimbaud y la belleza natural de Casarsa della Delizia, Pasolini empezó a escribir poesía muy temprano. Disgustado por los continuos traslados de su padre, que implicaban volver a empezar una y otra vez en una localidad desconocida, se refugió en la literatura. Leyó a Tolstói, Shakespeare, Dostoievski, Novalis, Coleridge, distanciándose de la fe católica que había profesado hasta entonces con fervor (...)

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