Pero las autoridades españolas, a pesar de conocer el riesgo que suponía que regresara a Argelia, lo deportaron. Era el 24 de marzo de 2022. Los peores temores se han confirmado: lo acusaron de terrorismo y de amenazar la seguridad de su país y ahora está condenado a muerte. Incluso su abogado está detenido también.
No es la primera vez que Argelia actúa de esta forma: hay al menos 290 personas encarceladas por motivos políticos en Argelia, recluidas en prisión preventiva abusiva o condenadas por su activismo pacífico. Además, el país mantiene a al menos 1.000 personas condenadas a muerte, aunque no ejectua desde hace décadas.
Es urgente actuar: por favor, firma la petición https://www.es.amnesty.org/actua/acciones/argelia-anulen-la-condena-a-muerte-contra-un-denunciante-de-corrupcion/
para exigir al Presidente de Argelia, Abdelmagid Tebboune, que retire de inmediato su condena a muerte y lo liberen. Además, deben retirar otros cargos que pesan sobre él y que podrían suponer hasta 20 años de cárcel.
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