21/5/22
La hostelería tiene más problemas que nunca para encontrar personal y pide un cambio de mentalidad Maria Garcia
Para los entrevistados, la falta de personal es un problema que hace años que colea, pero este año se ha disparado por varios motivos. Por un lado, a consecuencia de los dos años de pandemia, con meses de cierre total en la hostelería. “Muchos cambiaron de sector, ya sea porque trabajaban en negro y se quedaron desprotegidos o porque con el ERTE cobraban menos y optaron por buscarse la vida en otros lugares, sobre todo en el comercio, porque la única diferencia es que no tienen que trabajar festivos ni fines de semana”, señala desde la UGT Igor Abascal, que también cree que las condiciones laborales son desalentadoras. “Las grandes cadenas pagan menos, con contratos muy flexibles, que significa que trabajas cuando ellos lo dicen: ahora una semana haces 20 horas, ahora otra 30. Además, por convenio se tienen que hacer ocho horas diarias y dos días de fiesta semanales, pero en la práctica son entre 10 y 14 horas con un día de fiesta”, reprocha.
(...) Con el objetivo de intentar mejorar la calidad de vida de camareros y cocineros, en los últimos años varios restaurantes han intentado implementar cambios. Por ejemplo, el restaurante Plaça del Vi 7 de Girona, desde sus inicios, cierra los domingos y los lunes “para que todo el personal haga dos días seguidos de fiesta, uno de los cuales en fin de semana”, expone su propietario, Roger Viusà, que, aun así, también tiene problemas para encontrar a gente.
Otros como Albert Adrià han optado por probar un nuevo horario: el nuevo establecimiento que pondrá en marcha, el Enigma, abrirá de la una del mediodía hasta las nueve o las nueve y media de la noche, porque así “todo el equipo podrá cenar en su casa". Y es que Adrià es el primero que quiere intentar hacer posible la conciliación, pero considera que también hace falta un cambio de mentalidad en la sociedad: “Con el Tickets cerrábamos a las dos de la madrugada, porque después de cenar la gente quería tomarse el gin-tonic. Pero, si queremos que los camareros trabajen ocho horas, esto de la sobremesa se tiene que acabar. Si no, no salen las horas ni los números”, admite.
(...) Pero, sobre todo, para Lluís Coll, lo que hace falta urgentemente es dignificar los trabajos de la hostelería, especialmente la de los camareros: “Es el único oficio en el que no te piden formación para poder trabajar. Y está considerada como un trabajo puente, que coges mientras estudias o encuentras otros trabajos. Y hacemos mucho más que llevar platos”, reivindica el profesor, que también es el presidente de la Asociación de Profesionales de Sala de Girona.
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