6/3/23
No nos olvidemos de aquella máxima comunista de 1917:"todo el poder a los soviets", es decir, a las asambleas. Hay algunos individuos que creen que ser secretario general de un partido comunista es hacer lo que le sale de su capricho y después imponerlo a las asambleas y a eso le llama centralismo democrático, cuando el centralismo democrático emana de los soviet que convierten al secretario general en un portavoz de lo decidido en la asamblea.
Ese olvido es bastante frecuente y lleva a veces a la tiranía, que es contraria a cualquier formato de comunismo.
El comunismo es una forma paciente de hacer las cosas sin el ansia de la inmediatez. Es trabajar por el bien común sin esperar el escrutinio de las urnas.
El comunismo nunca regatea a la baja con los poderes porque sienta al bien común en la mesa de negociación en oposición a los beneficios particulares y cortoplacistas.
Ser comunista es muy difícil en una sociedad capitalista y consumista que se dedica a asar a fuego lento a todo aquel o aquella que osa llamarse comunista y predicar el bien común. Si el comunismo tuviera santoral de mártires de la causa no habría días señalados ni en una década.
Pero recuerda que en esta sociedad capitalista los comunistas estamos en nuestras sedes con curas de urgencia para los derechos civiles conculcados, búscanos, ahí seguimos.
Buenos días queridos logogrifantes republicanos.
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