8/6/23
Familias de centros educativos de la Comunidad de Madrid han expresado su preocupación y han lamentado que sus hijos ya no se sientan seguros a la hora de hacer uso diario de este servicio.
MARÍA MARTÍNEZ COLLADO
Retrasos, averías, problemas de mantenimiento de los autobuses y hasta un incendio han puesto en riesgo a menores que son usuarios de las rutas de transporte escolar de la Comunidad de Madrid. Algunos padres y madres han expresado a Público su preocupación y alarma, y han lamentado que sus hijos ya no se sientan seguros a la hora de hacer uso diario de este servicio. Por ello, reclaman una organización eficaz.
Prueba de estas deficiencias es el aparatoso incendio en un autobús en el que viajaban alumnos del IES La Cabrera, que tuvo lugar hace casi tres meses y acabó con el vehículo, incluidas todas las pertenencias de los adolescentes, calcinado. Por suerte, no hubo heridos graves, pero el susto para los menores fue "de infarto". De hecho, varios de ellos tuvieron que ser atendidos tras sufrir ataques de ansiedad. Pero "esto es sólo la punta del iceberg de un problema de fondo que lleva existiendo mucho tiempo", explican las familias.
"El asunto del accidente lo zanjaron con una sanción de 79,20 euros a la empresa que lo gestiona porque el vehículo 'no había completado la ruta'. No se consideró la magnitud de la tragedia que podría haber supuesto, todo se quemó", han asegurado desde la Asociación de Madres y Padres (AMPA) de La Cabrera. "Además, el autobús contaba con unos problemas que agravaron una situación que ya de por sí fue amarga: la puerta de atrás no funcionaba e iba sujeta con una cuerda y, aunque los menores avisaron del humo del motor, la conductora no paró hasta que saltaron las llaman", han detallado.
Los padres y madres han señalado a este medio que tienen constancia de "presiones a los conductores para llevar los vehículos en mal estado por parte de la empresa". Incluso algunos sospechan de que el vehículo que se quemó "no había pasado la ITV" y "su matrícula no estaba autorizada para transportar alumnado". Las familias critican que "primen los contratos a la baja" adjudicados por el Gobierno de la Comunidad de Madrid "por encima de las seguridad de los estudiantes".
A este episodio "tan alarmante" se han sumado otros después: retrasos de ida y vuelta de hasta una hora, cinturones que no funcionan, o asientos insuficientes para que se sienten todos los alumnos que van en los autobuses —incumpliendo la normativa de tráfico, poniendo en riesgo su salud e integridad física— son algunas deficiencias de las que las familias se han quejado. Asimismo, destacan que las rutas "no siempre pasan por todas las paradas" y que "se las saltan sin previo aviso", provocando que los alumnos de algunas localidades lleguen con retraso a sus clases.
Otros centros han denunciado casos similares a este medio. Una situación de la que ya advirtió la Dirección General de Tráfico (DGT) en 2022, durante una campaña de control enfocada en los vehículos dedicados al transporte escolar. De los 2.563 vehículos controlados, 998 fueron denunciados. Una importante mayoría no contaba con la autorización para realizar traslado de alumnos que exige la ley: se registraron deficiencias en las puertas de emergencias, anomalías en el funcionamiento de los cinturones de seguridad o falta de la ITV en regla, entre otros (...)
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