martes, 23 de enero de 2024

La empresa señalada por el vertido en Galicia perdió otros 46 containers hace dos semanas en Dinamarca, de JAVIER H. RODRÍGUEZ , FRAN PÉREZ

 Hace apenas dos semanas, el 22 de diciembre, la mayor empresa de transporte marítimo del planeta, Maersk, perdió frente al norte de la costa de Dinamarca, según sus propios cálculos, cerca de medio centenar de containers causando un desastre medioambiental en el litoral del país donde está su propia sede social.

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La empresa señalada por el vertido en Galicia perdió otros 46 ...



La arena de la costa de Jutlandia, en el norte de Dinamarca, todavía hoy está llena de jeringuillas, ruedas de carretilla, zapatos y electrodomésticos de gran tamaño. Hace apenas dos semanas, el 22 de diciembre, la mayor empresa de transporte marítimo del planeta, Maersk, perdió frente al norte de la costa de Dinamarca, según sus propios cálculos, cerca de medio centenar de containers causando un desastre medioambiental en el litoral del país donde está su propia sede social. Es precisamente sobre esta multinacional donde se han puesto la mayor parte de las miradas para señalarla como presunta responsable del vertido de millones de microplásticos en el océano Atlántico que están inundando la costa gallega desde comienzos del mes pasado.

La empresa fabricante de los pellets que cayeron al mar frente a Viana do Castelo (Portugal), Bedeko Europe, ha sido la primera en señalarla siguiendo la trazabilidad de su fabricación. De hecho, al menos hasta 2022, como explica la propia naviera, el CSAV Toconao era operado por Maersk. Como durante todo este proceso, ni la Xunta ni el Gobierno del Estado han respondido ni una sola de las preguntas de esta redacción, a pesar de reconocer públicamente estar en contacto con los representantes legales de todas las empresas involucradas: el armador del barco Toconao, la empresa de logística y el fabricante.

La dinámica del Gobierno de la Xunta de Alfonso Rueda (PP) en la gestión de crisis ambientales no es innovadora. Al igual que aconteció con el hundimiento del petrolero Prestige en 2002, y a pesar de haber reconocido su conocimiento al poco tiempo de la pérdida de la carga, tal y como reveló este diario, siguieron los pasos de entonces. Tras la presión social y mediática, alegar desconocimiento oficial. Después, señalar la responsabilidad de los ayuntamientos a la hora de abordar la limpieza. Tras eso, culpar al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible y al de Transición Ecológica. Con ello, escenificar una recogida oficial con un par de operarios de la empresa pública Tragsa y la ayuda inestimable de la Televisión de Galicia, cuya cúpula está hoy asfixiada por un juicio por acoso laboral y por una huelga que lleva cinco años denunciando su insólita manipulación informativa.

Sin ir más lejos, el día que la noticia saltó a la mayor parte de medios del Estado, el telediario del ente público ofreció la información a menos de cuatro minutos de acabar y solamente con la voz oficial de la Consellería do Mar, dirigida por Alfonso Villares. Mientras tanto, la sociedad civil y las plataformas ecologistas de Galicia se organizan colectivamente para abordar la limpieza de las playas más afectadas en las rías de Muros e Noia y Arousa. Algo extremadamente lento y complejo dado el diminuto tamaño de estos pellets de plástico de no más de cinco milímetros de diámetro. De hecho, unos 400 voluntarios procedentes de distintas áreas de Galicia se congregaron ayer en diversas playas de Ribeira (A Coruña), especialmente en O Vilar, A Ladeira y Balieiros. Una participación en respuesta a convocatorias difundidas a través de grupos de mensajería y en redes sociales por parte de asociaciones ecologistas, la sociedad civil e influencers (...)


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