La Fundació Bofill revela que existe "sobreeducación": la población
está más formada de lo que los sectores productivos están pidiendo
"La economía no crecerá sin una base cualificada; esto es una condición indispensable", apunta el catedrático Jorge Calero, uno de los autores del estudio
Artículo publicado en El Diari de l'Educació
"La economía no crecerá sin una base cualificada; esto es una condición indispensable", apunta el catedrático Jorge Calero, uno de los autores del estudio
Artículo publicado en El Diari de l'Educació
Pau Rodríguez - 1/11/2015
Un 37% de la población considera que tiene un
trabajo inferior a su nivel de formación. Más en concreto, si se
comparan las titulaciones con los puestos de trabajo, resulta que el 27%
cuenta con una calificación superior a la que necesita. Se trata de
unos porcentajes muy superiores a los de la media de los países de la
OCDE -30 y 18%, respectivamente- que conducen a una pregunta: ¿hay un
exceso de universitarios entre la población adulta española?
"A menudo se ha dicho que el mercado laboral interpela al sistema
educativo diciéndole: 'no me das los recursos que necesito'. Pues es al
revés: el sistema educativo le debería decir al mercado: 'no estás a la
altura'". Así se expresaba Ismael Palacín, director de la Fundació Jaume
Bofill, durante la presentación del estudio Els reptes en matèria de competències de la població adulta
(Los retos en materia de competencias de la población adulta), que a
través de los datos de PIAAC -el llamado informe 'PISA para adultos'-
radiografía las competencias de los adultos.
Entre las conclusiones más destacadas del estudio
resalta que España sufre de "sobreeducación", es decir, que la población
está más formada de lo que el mercado laboral requiere. Es el cuarto
país de la OCDE, después de Rusia, Japón y Corea del Sur, con un
desajuste más pronunciado. "Se está desperdiciando la inversión hecha en
capital humano, porque el sector productivo no aprovecha
suficientemente las competencias de la población", identifica Óscar
Valiente, director de la publicación y profesor de sociología de la
Universidad de Glasgow, que añade que es en los contratos temporales
donde esta sobrecualificación más se acentúa.
Ante el
diagnóstico, en el que la oferta formativa no se ajusta a la demanda
laboral, hay dos caminos: rebajar el nivel de estudios o subir el número
de trabajos cualificados. Los investigadores lo tienen claro: "La
economía no crecerá sin una base cualificada; esto es una condición
indispensable", apunta Jorge Calero, catedrático de Economía Aplicada de
la UAB, que también ha participado en el estudio. El profesor lo
ejemplifica así: "Hay arquitectos e ingenieros en paro o con trabajos
poco cualificados, es cierto, pero es preferible que estén bien formados
por si se vuelve a reactivar la economía".
España
lidera ahora mismo, junto con Italia y Corea, la proporción de
trabajadores asalariados en trabajos elementales, el 13,5%, frente a la
media del 7,8% de la OCDE. En el otro extremo, sólo un 34,8% de los
españoles ocupa un puesto de trabajo cualificado, mientras que muchos
países del norte de Europa o Estados Unidos tienen más de la mitad de la
población empleados en esta franja.
Además, España
no cuenta con más licenciados que el resto de países de su entorno: los
asalariados con estudios superiores representan el 43% de la población,
ligeramente por encima del 39% de la OCDE. En cambio, el 34% tiene
estudios inferiores, un nivel de trabajadores muy superior al 13% de la
media de países. "Tenemos el culo gordo", resume de manera gráfica
Valiente.
En sus conclusiones el estudio de la
Fundació Jaume Bofill reclama "actuar sobre el mercado laboral para
asegurar que se creen más empleos cualificados". "Es necesario que las
administraciones públicas trabajen conjuntamente con los empleadores
para garantizar que las actividades económicas y productivas hagan un
mejor uso de la formación" de los ciudadanos, concluye el informe.
El 41% se forma a lo largo de la vida
Del estudio PIAAC, elaborado con encuestas realizadas durante los años
2011 y 2012, se desprende que el 41% de los españoles ha participado en
actividades formativas en el último año. El porcentaje va en aumento,
pero todavía sigue lejos del 60% alrededor del cual oscilan países
líderes como Finlandia, Dinamarca, Holanda o Gran Bretaña. Además,
recuerda Calero, "los que más reciben esta formación son los que ya
tienen un nivel alto, lo que provoca un efecto acumulativo que acentúa
las desigualdades".
Pero lo que más preocupa a los
autores del estudio es el poco impacto que tiene esta formación sobre
las competencias de las personas. "Hemos encontrado que tiene poca
incidencia sobre las competencias de los adultos", valora Valiente, que
añade que "se ha hecho un esfuerzo para vehicular muchos fondos a la
formación a lo largo de la vida, pero no sabemos si está resultando del
todo útil".
En este sentido, y teniendo en cuenta que el Parlamento de Catalunya ha aprobado recientemente la ley de la Formación Profesional, que
regula también este tipo de formación, el profesor de la Universidad de
Glasgow reclama a la Generalitat "liderazgo" para acercar los intereses
de todos sus departamentos involucrados en la formación a lo largo de
la vida.
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