por Drugstore 3 de abril, 2016 http://drugstoremag.es/2016/04/historias-de-bufones/
Dani Mateo 
ha pasado una semana difícil. El miércoles por la noche, lo que empezó 
como una divertida fiesta se torció. Y desde entonces anda triste. Está 
arrepentido de lo que hizo. Los periodistas/humoristas también lloran. 
Claro que la culpa no fue toda suya, se disculpa —o autoexculpa—, sino 
de unos guionistas poco acertados que le escribieron unos chistes sobre 
el sindicalista andaluz Andrés Bódalo, que había entrado en prisión ese 
mismo día, mofándose de él y de sus compañeros.
Mateo no 
necesitó más de tres minutos en su sección diaria en El Intermedio de 
Wyoming y La Sexta para reírse por analfabetos, ignorantes y gordos de 
Bódalo y uno de sus compañeros del SAT. Partió de un tweet de la 
diputada andaluza de Podemos Teresa Rodríguez, en el que ésta 
relacionaba a Miguel Hernández con el caso de Andrés Bódalo, para 
denunciar el carácter político que singulariza el caso del jienense, 
también miembro de la formación morada. Mateo, antes de iniciarse con 
los chistes, apuntó con seriedad que a Bódalo se le encarcelaba no por 
sus ideas, sino por agresiones, y que lo hacía un régimen democrático 
—queriendo decir que atendiendo a derecho y con justicia—. Lo que quizás
 no supiera Dani Mateo es que en el juicio a Andrés Bódalo por el que ha
 sido condenado, no se permitió a su defensa presentar pruebas —entre 
ellas vídeos del momento— que demuestran que Andrés no agredió en ningún
 momento al edil socialista que le denunció, en el contexto de una 
protesta jornalera. De lo que tampoco parece terminar de enterarse Dani 
Mateo es que en esta democracia se encarcela a gente por sus ideas, 
aunque se diga que es por sus actos, y que el derecho no es otra cosa 
que la voluntad de la clase dominante hecha ley.
Más allá de 
los pormenores del caso Bódalo, lo que resulta llamativo es que desde un
 medio que tiene colgada la etiqueta de ‘progresista’ se decidiera sacar
 adelante un guión que hubieran asumido como propio en Intereconomía. La
 noche en la que El Intermedio debería haber utilizado su humor para 
solidarizarse con quien —a todas luces—, en este país de las tarjetas 
black, ha sido encarcelado injustamente y por su activismo social, lo 
que hizo fue ponerse del lado de quienes ponen a obreros en la cárcel y a
 corruptos en el poder. Y lo peor no es solo el fondo, sino la forma. 
Porque las ‘gracias’ de Dani Mateo no tenían ni puñetera gracia, por 
decirlo claramente. Maldita la gracia cuando se hace alardeando de una 
supuesta superioridad intelectual. Fueron chistes de señorito, de niño 
pijo. Reírse de un trabajador humilde porque ha cometido una falta de 
ortografía, o de un hombre porque tiene sobrepeso, es —no hay otra 
palabra, por mucho que ahora a Mateo le duela— de miserables.
Ciertas 
‘gracias’ tienen el eco de la risa tan corto como las patas de las 
mentiras, esas con las que se pretende huir de una situación deshonrosa.
 El intelectual Mateo se rió de Bódalo porque lo compararon con Miguel 
Hérnandez, al que se refirió como “poeta andaluz”. Ay de la 
intelectualidad de gafas de pasta sin cristales, que se ríe de los 
pobres y recita poemas recién aprendidos de memoria, pero se pasa de 
lista, y no sabe que Miguel Hernández era alicantino, o bien se piensa 
que Orihuela está en Andalucía… Ay… 
Tales fueron 
las críticas a Dani Mateo desde el mismo momento de la emisión que tuvo 
que salir compungido a Twitter, un día después, a pedir disculpas y 
reconocer que no estuvo acertado. Por medio, le echó la culpa a sus 
guionistas, que le hicieron decir esas cosa tan feas. Entonó un “no 
volverá a ocurrir”, y a otra cosa. Es triste, como lo son, casi todas 
las historias de bufones. Algunos errores son demasiado graves, por 
irrelevantes que puedan parecer en el todo de una carrera, porque son 
sintomáticos de un calado moral. Si lo has pasado mal, si alguna de 
estas noches no has podido dormir, Dani Mateo, consuélate pensando que 
podría ser peor, podrías haber estado solo y en la cárcel, como Andrés 
Bódalo.
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